¿Alguna vez se pusieron a pensar "quisiera ser diferente" "desearía no estar en donde estoy" "quisiera otro entorno" "anhelo tener otra vida"?
Pues, ¿te cuento un secreto? estos pensamientos son los que reinan mi mente; sin embargo, si una frase podía definir mi vida, sería: "sentimientos reprimidos".— Elena, ponte bonita. En dos horas empezará la ceremonia.— mi madre entró a mi habitación, y luego de hablar, volvió a salir.
Ceremonia de Ingreso. De niña soñaba con llegar a este momento... pero ahora, solo siento que lo hago porque no tengo otra cosa qué hacer.
Pasó una hora y media para terminar de bañarme, ponerme el uniforme de la escuela, maquillarme y todo lo que conlleva la frase "ponerse bonita". Lo malo es que no me ponía "bonita" para mí, sino para los demás.
— ¿Ya estás lista, hija?— volvió a entrar a mi madre.
— Eh... sí, ya termino.— respondí mientras le daba los últimos retoques a mi cabello.
-Te ves tan hermosa...- mencionó al verme.
-... gracias.- supongo que me hubiesen gustado más esas palabras si tenía la intención de serlo.
¡Vaya! aún no te cuento mucho sobre mí. Te daré algunos datos que según los demás me hacen especial: hija de los mejores hechiceros, la mejor estudiante de la clase, la más bella. ¿Leyeron algo que hable por cómo soy? no, no quiero ser recordada solo por esas características.
— Será mejor que te apresures, tus compañeros ya se están reuniendo en la escuela.— me hizo dejar de pensar.— solo faltan diez minutos.
— Bien.— respondí brevemente.
Terminé de arreglarme y me paré enfrente de mi madre.
— Fascinarás a todos.— me dijo con una sonrisa, pensando que eso me hacía sentir bien.
¿Y cuándo llegará el momento en el que me fascine a mí misma?
— Vamos, tienes que dar el discurso de apertura al evento.— mencionó mientras abría la puerta de mi habitación.
— Sí, lo sé.— hablé dando un suspiro.
Vivía en la escuela para brujas, así que solo tardé unos minutos para llegar al lugar.
— ¡Wow! es Elena, la chica perfecta.
— ¡No lo puedo creer! es tan bella como decían.
— ¿Te conté que aprobó el examen final con la mejor nota de toda la escuela? quisiera tener la vida de Elena Valente.
Escuchaba comentarios así por algunas personas, mientras pasaba directamente al centro de la ceremonia.
— Para empezar con buen pie... tenemos a Elena Valente, quien nos va a deleitar con unas bonitas palabras.— el presentador me brindó el micrófono.
— Como ya me presentaron.—comencé a hablar, como siempre, acompañada de una sonrisa.— soy Elena Valente, y diré algunas palabras en nombre de esta promoción... que están más cerca que nunca de ser verdaderos brujos.— noté que todos me veían con atención.— desde que nacemos, luchamos por llegar a este lugar... para ser dignos de lo que somos: brujos. Me siento muy orgullosa de todos ustedes, y de mí, por superar cada uno de los retos que se nos han presentado hasta el día de hoy. ¡Promoción! Muchos éxitos en toda su vida. Han logrado bastante.— terminé por decir, para luego escuchar abundantes aplausos. Bajé del escenario.
— ¡Eso estuvo increíble!— mi madre me recibió con un abrazo.
— Sí, gracias.— respondí brevemente.
— ¡Elena, Elena, Elena!
Volteé a ver de quién era esa voz. Al verla mejor, me di cuenta de quién se trataba: mi mejor amiga.
— ¿Me ayudas con esto?— me mostró su lentes rotos.— Sombra lo volvió a hacer.
— Vaya, ese gato es todo un desastroso.— cogí el objeto con mi mano izquierda, hice un leve movimiento sobre los lentes con la mano que me sobraba y ya estaban arreglados.
— Como nuevos.— reí, mientras se los devolvía.— es un ejercicio de fase tres, ¿aún no puedes hacerlo?— le pregunté.
— Sabes que soy una de las peores en la clase.— me recordó.— aún sigo sin saber porqué eres mi amiga.
— Y yo te vuelvo a repetir, "es porque eres especial".— le toqué los hombros. solo... eres tú, y eso hace que quiera estar junto a tu lado, siempre.— la abracé.
— Entonces seguiré siendo yo.— me respondió, pero a los pocos segundos me soltó.— tenemos que irnos con los demás.— me cogió una de mis manos y comenzamos a correr hacia donde estaba la celebración.
— ¿Puedo hablar contigo, hija?— mi padre se me acercó.
— Está bien.— le respondí.
Al instante le di una señal a Liana, mi mejor amiga, para que sepa que luego la busco. Ella asintió y caminó hacia un lugar que no pude divisar.
— Estoy muy orgulloso de ti.— comentó mientras me guiaba a una parte libre de gente.
— Gracias.— sonreí.— yo también. A pesar de los brillantes progenitores que tengo... ha sido algo difícil.— le confesé.
— Estoy seguro de que sí.
Nos sentamos en una de las bancas que habían cerca, y miramos hacia el cielo.
— Hoy hay muchas más estrellas que otros días.— le dije.
— Eso estaba pensando.— sonrió, mientras volvía a fijar su vista hacia mí.
— Papá... ¿crees que esto es lo que quiero ser?— le pregunté al hacer lo mismo que él.
— Eso solo lo sabes tú.- me respondió.- yo creo en ti, Elena. No creo en ti solo como bruja, sino como persona.
Si había algo que necesitaba escuchar, era exactamente eso.
— Sonó hermoso.
— Es tu vida la que estás viviendo, nadie la va a gozar más que tú.
— Es cierto... gracias, papá. Siempre estas apoyándome en todo.- toqué su hombro.- te quiero
— Y yo mucho más.— se levantó del banco en el que estábamos.— todo está muy bien; pero no quisiera que te pierdas la fiesta, así que anda y encuentra a tu amiga. Hoy es tu noche.
— Hoy es mi noche.— respondí con una sonrisa.— nos vemos luego, papá.— hice un movimiento con mi mano derecha, para luego correr hacia el centro de la ceremonia.
— Elena, ¿qué haces? cámbiate, ya va a empezar el baile anual de la promoción.— se me acercó mi mamá.
— ¿Ya es hora?— me sorprendí.— ya vuelvo.
Apenas terminé de hablar, me dirigí a mi habitación y me cambié con el vestido y los zapatos que tenía planeado usar aquel día. Al terminar, volví con rapidez al evento.
— Mamá, ¿has visto a Liana?— le pregunté al volverla a ver,
— No, y deberías alejarte de esa chica... no es buena bruja, oí que era una de las peores de las clase.— habló con tono disgustado.
La miré con gran desagrado.
— Yo decido quienes son mis amigas, madre; hazme el favor de no meterte en eso.— le contesté con el mismo tono.
Luego de dicho momento de tedio, busqué por mi cuenta a mi mejor amiga.
—Ah, ¿qué estoy haciendo?- me detuve al darme cuenta de que podía usar un hechizo de ubicación.- Bien. patas de gallo, patas de burro, patas de murciélago y patas de rana, tráeme a la bruja que tengo en mi mente a este lugar.- y haciendo un movimiento con mis dos manos, logré hacer que Liana aparezca enfrente mío.
— ¡Ay no! ¿qué te pasó?— expresé con preocupación al verla llena de una sustancia verde.
— Verónica y sus amigas, otra vez.- suspiró.— me tiraron baba de caracol.
— Esto no se va a quedar así...— negué con mi cabeza.— créeme que no. Esta vez, no.
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Elena Valente
FantasyElena jamás pensó que llegaría a enamorarse, y menos de un humano... sobretodo si ella era una bruja. Lamentablemente, en su familia no existía el humano+bruja= amor. Por lo que sabía que debía olvidarse de ese chico de ojos color caramelo. Llegó a...