Lo anterior al comienzo del fin

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El año de 2019 fue una tortura borrosa que sólo pude tragar consumiendo antidepresivos y alucinógenos, pero hubo un tiempo en el que yo había podido ser feliz. Plenamente feliz. No fue mucho tiempo, pero los primeros meses del año anteriormente mencionado fueron medianamente tranquilos, pero creo que lo que realmente hace que hable de una felicidad plena es la existencia de Lui. Conocer a alguien con quien compartís tantas cosas y con quien podés ser vos mismo sin temor a nada ya es bastante, pero además de eso, la calidez que me transmitían sus abrazos realmente era genuina. De alguna manera, ahora que lo veo bien, fue la calma antes de la tormenta; más bien tsunami. 

Lo conocí en febrero, le compré unos cartones* y desde ese momento más que un tranza se convirtió en un amigo. Hablábamos de todo, desde los textos de Borges y Cortázar hasta cuantos chorros de agua tiraba la fuente de la plaza a la que íbamos usualmente. Era (más bien, es) una de esas conexiones que uno piensa sólo existen en comedias románticas dulzonas, pero mezclado con la amargura de la realidad; un amor agridulce como la salsa que tanto me gusta comer. Y no me malentiendan, no había nada malo entre él y yo, nuestros problemas individuales eran los que picaban. Por un lado, y si se quiere ver de alguna manera el lado más tranquilo, estaban mis problemas de autoestima e inseguridad, además de mis obvios problemas de confianza y una leve dependencia a la gente que amo. Por otro, y acá empieza mi caída, sus problemas que luego resultaron ser de ambos. ¿Se acuerdan de cómo lo conocí? Él vendía drogas en una plaza conocida por mucha gente en común. Vendía cartones, rola, antidepresivos y alguna que otra vez había vendido keta. Merca no, y la única vez que recuerdo haberle preguntado para ver si me conseguía me dijo que ni en pedo, que no me iba a dar eso para arruinarme la cabeza, y que si quería realmente él no me iba a ayudar. "Si querés merca andá a meterte a alguna villa y conseguí, yo eso no te voy a dar". Me quedó bastante claro que yo con eso no me tenía que meter. Uno pensaría que es algo obvio, pero cuando estás sumergido en un lugar donde prácticamente todos lo hacen es difícil no querer probar, aunque sepas que es una mierda. Para darles un dato, mi mamá dejó a mi papá porque al último de la relación estaba ido, irresponsable y muy diferente a cuando se conocieron. Pista: tenía problemas con las drogas. 

Además de ese "problema" que en el momento no nos repercurdía tanto en ese momento, estaban sus amigos. A mí me caían de diez, eran (son) gente buena, pero  bueno, como conté más arriba, cuando uno está en cualquiera es dificil existir en paz.

La caída de mi mente empezó el cuatro de julio. Llevábamos casi un mes saliendo con Lui, y unos tres de habernos conocido. Nunca nadie me ha hecho tan feliz como él. Es como si tuviese una receta para la felicidad escrita en sus ojos marrones.

Yo había salido para Cosquín por las vacaciones de invierno, fuí con mi mamá a la casa de mi tía. Pasó un sólo día paz, al siguiente Lui me mandó varios mensajes, los abrí pensando que quizás me estaba contando cómo le había ido en el día, que había hecho o que había comido, como era de costumbre. 

Para ponerlos un poco en contexto, Agustín tenía un grupo de amigos bien conformado. Estaban Fausto, Mai, Gero, Ale y Rami. Se conocían hace bastante tiempo, habían pasado muchas cosas juntos. Se bancaban cuando a alguno lo echaban de casa, cuando alguien no tenía para comer y en general; para todo. Lui era más cercano con Fausto, Ale y Rami. Se habían alejado un poco de Mai después de que ella escapara de su casa. Ellos le decían que vuelva, y más que nada que deje de decirle a su madre que estaba con ellos cuando en realidad estaba haciendo cualquiera, porque después su mamá los llamaba a ellos ya que Mai no contestaba, y Lui, Rami y Ale no sabían bien qué carajo decir. Se preocupaban por ella, pero hubo un quiebre. Lui le prestó plata a Mai más de una vez para que pudiera comer, pero se enteró que esa plata la usaba para drogas, y medio que se pudrió. 

Por otro lado Gero se había mudado a Chile los primeros meses del año por un problema familiar, no diría que se alejaron, pero consecuentemente con su mudanza, dejaron de verse mucho.

Ahora bien, unos días antes de mi viaje a Cosquín, Lui me contó de una pelea que tuvo con Rami. Él también vendía drogas, pero últimamente se la había estado gastando en merca, y eso a Lui no le copaba, como quedó claro en párrafos anteriores. Me mostró capturas de pantalla en las que Rami le pedía que le prestara plata para comprar planchas de cartón porque ya no tenía más para comprar,en los mensajes Rami le prometía a Lui que se lo devolvería todo cuando venda los cartones, pero que necesitaba su ayuda. 

Usualmente Lui le hubiese prestado la plata y ya, pero sabía que Rami la estaba usando para sus excesos con la merca, y no quería que siguiese haciendo eso. Le decía que pare, que no se la mande, que tenga cuidado. Rami le decía que no flaye, que él estaba bien y que sabía lo que hacía. A raíz de esto, se pelearon. Lui no quería que uno de sus mejores amigos esté enganchado con algo así, y la triste realidad es que tenía razón en preocuparse. 

Volviendo a los mensajes. Cuando abrí su chat me encontré con algo horrible. Rami se había quitado la vida. Se había tirado de un piso once estando drogado. 

De repente todo el resto de las cosas se me hacía pequeño e irrelevante. Yo había visto a Rami una sola vez, y aún así la noticia me destruyó...Imaginaran cómo estaba Lui. 

Recuerdo que le preguntaba cómo estaba y qué sentía y él sólo podía acertar a decirme "No sé. Mal, vacío." Mirando atrás hubiese dado todo lo posible por volver de Cosquín rápido para acompañarlo y estar ahí con él.  Estaba frío, destrozado. Más que eso, un tiempo después me confesó lo que yo ya sabía; se sentía tremendamente culpable. Él y Rami se habían metido a ese mundo de drogas y excesos juntos, así que Lui no podía parar de pensar que por meterse en esas cosas todo había terminado así, pensaba que si lo hubiese ayudado con sus adicciones capaz no habría hecho lo que hizo. Entró en un estado de shock combinado con tristeza, culpa y nihilismo. 

Me dijo " Perdón si estos días no respondo tanto o estoy distante, te amo mucho, es sólo que me siento mal, y no tengo ganas de nada". Le dije que estaba bien, que tenía que hacer su proceso de duelo, y que podía contar conmigo para hablar cuando lo necesitara, que lo entendía y que apenas llegara nuevamente a la capital le iba a dar el abrazo que los dos necesitábamos compartir.

Desafortunadamente ese momento tuvo que esperar.

El día siguiente a ese Lui contestó dos de mis mensajes a la mañana, luego ninguno. Ni uno. No quería asustarme pero eventualmente mi psiquis empeoraba pensando en qué estaba haciendo y en si estaba bien. Pasó un día, y nada.

Pasó casi por completo el otro, y decidí hablarle a uno de los chicos que a veces nos cruzabamos en la plaza. Le pregunté si sabía como estaba Lui, que sabía lo que había pasado con Rami y que temía porque Lui no sólo no respondía mis mensajes, sino que  ni siquiera le llegaban;

- Y mira reyna, la situación de Lui está como complicada.

Yo-¿Pero porqué? Podrías contarme que pasó? Estoy muy preocupada y realmente no se a quién preguntarle.

- Sisí entiendo. La cosa es que a Lui se lo llevaron detenido

Todo en mi mente se nubló, no caía en lo que estaba pasando, porqué o cómo.

-Resulta que él estaba en la plaza con otros chicos más y cayó la policía. Revisaron a tres, incluyendolo a él. Me contaron que tenía bastantes cosas y que tuvo que venir hasta la policía federal.

Yo-...

-Igual vos quedate tranquila reina, es normal que esas cosas pasen, pero él es menor de edad y además es su primera causa, seguro sale en unos días.

Esos días se volvieron meses. Cuatro meses. Me mandó una carta y sólo pudimos hablar por teléfono una sola vez.

Mis problemas con mis inseguridades, confianza, sustancias y la depresión aún no diagnosticada que tenía flotaron hasta arriba. Ya no estaban en las profundidades del inconsciente, y ya no había nadie que me ayudase a sobrellevarlos. 

Mi psiquis en ese tiempo sufrió dolores irreversibles y por los que sigo pagando hasta el día de hoy.

(....)


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