"Baile al Hel"

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Al borde de la comarca se celebraba la victoria ante una guerra que había durado el mismo tiempo que la determinada infancia de un niño, este festeje era en un mansión menor de uno de los acólitos del rey quien no se encontraba entre ellos aquella noche. 

En medio del salón principal, se escuchaban balbuceos, risas y escarnios, incluso historias de las antiguas guerras de nevada; de lo que entre esta multitud se encontraba un joven el cual había sido  acogido bajo la mano de el rey, que lo había encontrado malherido tras un ataque a su aldea. El joven estaba viendo a través de uno de los ventanales mientras todos festejaban como si no hubiese otro amanecer; este al ver como se ponía la luna escuchaba atentamente, ignorando su alrededor un voz suave y gentil que se le hacía más familiar que su difunta verdadera madre y empezó a buscar con revuelo de entre todos los invitados quien era la causante de dicha voz; mientras que, en el balcón del último piso había una joven con un vestido en blanco y negro que venía con una pieza de velo largo que entonaba una pequeña melodía la cual a oído sordo uno sabría que esta incompleta, faltante de un fragmento. La chica se limpia una ultima lagrima y decide entrar y bajar al salón.

Habiendo pasado una hora y el joven empezaba a rendirse en averiguar de donde provenía aquella voz, aquella que había perforado su mente e inconscientemente comenzó a tararear una tonada similar a la de la joven, mientras veía cada rostro y cada gesto de los invitados hasta que encontró a un círculo de hombres maduros y de su misma edad rodeando a una doncella la cual se incomodaba con cada palabra que salía de sus bocas, aislándola en una nube de olor a alcohol y nicotina; se hace una apertura por encima de los hombros de los hombres y la chica miró de reojo a el chico y quiso extender su mano hacía el pero uno de ellos le sujeto la muñeca.  el muchacho retira la mano y la toma con gentileza y sale sujetándola de el salón. Saliendo de este la chica nerviosa se suelta y sale corriendo sin dejar rastro, el chico corre siguiéndola.

Al haber corrido ciegamente ambos se encontraban fuera, en el jardín de rosas blancas de la mansión y eran abrazadas por la luz tenue de la luna, la chica estaba sentada acariciando el pétalo de una rosa blanca y de unas cuantas negra, luego de unos instantes ella se para de espaldas viendo a la luna y el chico sin pensar comienza a tararear de nuevo la melodía que entonó al estar buscando la voz que le daba una sensación cálida como un hogar; en el punto en que el chico se iba a detener por una nota que no conocía, la chica la continuaba con el fragmento que ella conocía.

Ambos se sincronizaron enseguida, completando la segunda, la parte de la melodía que portaba la chica, para acercarse a otro final incompleto ambos cantan un pequeño verso.

-"Ahora cae la luz y el cielo se nubla, la noche brilla mientras juntos existimos; y, sin dudar, sin pensar, cruzare todo el mar para llegarte a alcanzar... Porque esos son tus sueños, y a través del viento te escucho cantar...nada igual que poder volver a mirar......"-

Tras unos segundos ambos callan y el chico sin hacer ruido, se apretaba el pecho y se acercaba a ella lentamente mientras saca lentamente  de su bolsillo una carta arrugada, casi quemada y manchada de pocas gotas de sangre.

-Pensé aquella tarde, que no debía leerla, solo pensaba en como es que corriste tan rápido de vuelta y porque tarde en levantarme...pero -pocas pero notable lagrimas brotaban de sus ojos- incluso ahora no la he leído, pensé que te había perdido y no la leería hasta que te encontrará de nuevo y han pasado ya...10 inviernos y creí que era un asunto ya sin respuesta, que enloquecería... -se decidió a leer la carta aquella que guardaba desde hace tantos inviernos esperando encontrar algo preciado, algo tomado

Y sin que el chico lo notase, mientras iba leyendo, cada palabra que entonaba, la chica se iba desvaneciendo, parecía de un espejismo a una sombra pero no dejaba de sonreír

"Nota a mi misma: para aquel al que quiero sorprender, debo conseguir lo necesario para pedir un pastel el día de mañana, será un día único pues ya hace un invierno de habernos conocido, espero y le alegre ya que parece muy serio todavía pero se ha abierto más a mi, jugaremos a las escondidas y lo llevaré a su casa, que emoción!! NO LE VAYAS A CONTAR A NADIE QUE..."

El chico levanto la vista y la casi notable figura de la joven estaba abrazándolo alrededor del cuello para luego ser arrastrada a unas escaleras descendiente que emergían de las rosas que ella estaba observando, el chico trató de tomar su mano evitando que se la llevasen pero no la alcanzo y sin dudarlo bajo corriendo aquellas escaleras que parecían infinitas para encontrarse con unas grandes puertas; no piensa y las abre para encontrarse un salón aún más grande que el que hay en la mansión del acólito del rey y encontró a la chica en el medio de este. Parecía desmayada e hilos colgaban de sus muñecas y demás extremidades; el joven no pensó nada más que abrazarla.

Tras alcanzarla, dichos hilos la levantaron como una muñeca y empezó a bailar, mientras su rostro mostraba una sonrisa, mientras unas lagrimas caían de sus ojos. El chico se quedó aturdido un momento pero dejó el razonamiento de lado y tomó su mano y su cintura de la chica y empezó a bailar junto a ella, mientras el aire se acababa, las escaleras se sellaban y las paredes se cerraban.

En el último momento la chica repetía un fragmento más de la melodía, seria el que la completase, el chico solo la abrazó fuerte entre sus brazos mientras parecían ser aplastados y una lagrima daba origen a una antigua memoria.

Un niño jugaba con una niña a la orilla de un arrollo en las cercanías de la aldea natal del niño pues la niña era huérfana cuando el y su padre la encontraron, y se escuchaba un ultimo fragmento, el cual entonaba casi como la música de las cajitas musicales de las bailarinas

- Allen - decía la chica - que pensarías si pudieses volver a un pasado y haber cambiado tu destino?

- Anda Alice, a pesar de ser de mi misma edad siempre dices cosas que no comprendo del todo, te gusta molestarme con ello verdad?

- Como no tienes idea - dijo con una sonrisa de mejilla a mejilla - bueno que tal un último juego de las traes antes de partir a casa?

- De acuerdo, pero el último, y que sea más bien una carrera a casa - 

- Si! - salió corriendo -

Allen notó que ella había soltado una nota, no la leyó y siguió su rastro tras unos momentos

- Rayos como es que ella puede ser tan... enérgi..ca...? -

Al regresar vio como su  aldea ardía en llamas y fue corriendo a su casa mientras gritaba

- Alice!!!!!, Padre!!!!-

Al llegar a casa se quedo estupefacto, ambos habían sido asesinados por un cimiento de las casas que cayó encima de ellos, este cae de rodillas y empieza a gritar sin controlar sus lagrimas para de pronto ser tomado por el torso por un hombre guerrero y subido a un carro que salía de la zona

- Alice!!!! Padre!!!- gritaba con último aliento mientras lo sujetaban y se alejaba estirando su brazo - 

2 Días después de que terminará la celebración, el acólito encontró al joven Allen con su traje destrozado dormido y llorando encima de las rosas 

-  "Quiero volver a mirar hacía atrás...cuando te podría soñar~"

Lo habían corrido la noche de la fiesta por hacer alborotos sobre una mujer, una joven la cual no estaba en la fiesta, corría por el pasillo al ser echado gritando espera!!, a pesar de que no estaba siguiendo a nadie ni a nada. Hoy actualmente Allen entona, con una nota en mano, una melodía, aquella que el solía entonar con un alma a su lado, solo que ahora la entona solo a diferencia de hace tantos inviernos...

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