Traición. One shot.

Epilogo

Haruka y Michiru regresaron a la Tierra, después de pasar el día en compañía de su Reina, sus guardianas, así como las Starlights que tenía pinta de que se convertirían en sus nuevas guardianas a tiempo completo, así como en sus parejas.

En cuanto llegaron a su casa de la playa, Haruka recogió la invitación de boda que había dejado tirada en el suelo el día anterior mientras la miraba con una sonrisa un tanto maquiavélica.

- Creo que tengo una idea de como hacer pagar a Rei su traición – dijo Haruka mientras hacia una bolita con la invitación y miraba echando casi fuego hacia el frente.

- ¿Cómo? – preguntó Michiru, que aunque no se sorprendía del carácter de su pareja si tenía algo de miedo por lo que estuviera planeando no por Rei, sino por la propia Haruka. No quería que el Rey se volviera contra su amada.

- En su boda – dijo Haruka con una voz tétrica – Tenemos dos meses de plazo hasta el acontecimiento, tiempo más que de sobra para saber la posición de Lita en este asunto. Y sí ella es inocente, el mismo día de su boda le comunicaremos a Rei que ha dejado de ser una de nosotras. Así como alguna que otra cosa... ella arruinó la felicidad de mi Koneko por dieciséis años, yo arruinaré su boda. No dejaré que sea feliz ese día. Y aún así no me parece suficiente castigo, pero Koneko ya ha decidido que su castigo sea perder sus poderes con lo que perderá le bendición del cristal plateado y tanto ella como el Rey envejecerán y morirán como seres humanos normales y corrientes debido a eso.

- ¿Crees que de verdad arruinaremos su felicidad con decirle que no será una Sailor más? – pregunto Michiru algo escéptica – Si no le importó traicionar a su princesa en el pasado, supongo que por el amor que le tiene a Mamoru... ¿Crees que le importará el hecho de dejar de ser una de nosotras?

- ¡Claro que sí! – dijo Haruka sin ápice de duda en su ser – Siempre ha presumido de ser una Sailor Scout, de ser siempre leal a su misión cuando no era cierto. Saberse descubierta y que alguien más es conocedor de su traición la destruirá. Además, yo no he dicho que no vaya a ver más que eso... ella pagará, pero la venganza es un plato frio y ella irá pagando a lo largo del tiempo.

- ¿Qué planeas, Haruka? – dijo Michiru curiosa – Aunque seamos leales a nuestra Reina, seguimos siendo Sailor de este planeta, debemos lealtad al Reino.

- No te confundas, Michi – dijo Haruka seria volviéndose hacia su pareja – Yo juré lealtad a mi Princesa y Reina, jamás juré lealtad al Rey o al Reino. Protegeré a la pequeña Dama, por qué es inocente de todo esto y es hija de mi Koneko, pero el Rey puede protegerse él mismo o despertar a sus guardianes muertos, jamás obtendrá mi protección.

- Pero... si haces eso, deberemos decirles a Hotaru y Setsuna nuestros motivos – dijo Michiru preocupada por romper la promesa a su Reina de vivir una vida normal – Ella nos pidió que no lo hiciéramos.

- No les diremos nada – dijo Haruka – Setsuna esta viviendo con su pareja, y ambos planean irse a EEUU, no necesitará saber que sucede aquí o en la luna por ahora y Hotaru vive una vida de adolescente normal, incluso aunque viniera un enemigo no le permitiré luchar salvo que sea necesario así que tampoco necesita saber nada. Por el momento, volveremos a ser como al principio las únicas Sailor que protegen el sistema solar externo.

- Está bien, amor – dijo Michiru acercándose y poniendo sus manos sobre el pecho de Haruka – Si quieres que hagamos las cosas así, las haremos. Considero al igual que tú que ambos merecen un escarmiento por lo que han hecho, pero se sutil. No quiero que el Rey pague su ira contigo.