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—¿D-iga?

—Mina, que bueno que has respondido—Se escuchó la voz de una mujer con notoria alegría 

—¿A qué se debe su llamada? — Respondió

—Necesito tu ayuda, por favor, sé que no debería hacerlo incluso podría parecer un descaro de mi parte pero realmente eres la única que puede ayudarla....— Su voz ahora sonaba a una de súplica

—¿De qué me está hablando señora?—frunció el ceño levemente sin entender las palabras de la mujer

—¡Mina! .....¿Mamá estás hablando con Mina?—Se escuchó aquella voz, luego de muchos años la japonesa volvió a escucharla creyendo que nunca más lo haría.

Sus ojos se agrandaron y su corazón volvió a latir con fuerza.

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De nuevo llegaría tarde a su trabajo, seguramente su jefe le daría un castigo ya que esta no era la primera vez que sucedia pero todo era culpa del despertador que nunca sonaba.

Se levantó apresurada, un día lunes no podría comenzar de la menor manera para la japonesa, no le dio tiempo ni para comer por que estuvo corriendo de un lado a otro.

Normalmente usaba ropa cómoda en el trabajo ya que se les permitía vestir como les gustará, está vez fue con unos jeans celeste una camisa azul de tirantes junto a un saco blanco y unos tenis blancos, mientras tomaba sus cosas cepillaba su cabello, su departamento era un caos pero sólo salió de inmediato a su auto, si o si debía llegar al trabajo, debía estar en media hora

Luego de una larga y agitada trayectoria llegó a la empresa en la que trabajaba. Rezando en que no se encontrara a su Jefe, ya que ya la había captado en varias ocasiones seguidas de su llegada tardía y este sería el último por que podría recibir una fuerte llamada de atención,  subio con impaciencia por el elevador, vio su reloj que marcaban las 8:35, suspiro con desespero ya que su oficina era hasta al décimo piso, al abrirse las puertas se encamino a su oficina casi corriendo hasta que  finalmente logró entrar no sin antes marcar su entrada.

— Maldición 45 minutos tarde Myoui
— Se regañó así misma con frustración

De una ves se adentro a su oficina 
Dejó escapar un largo suspiro pero seguido una sonrisa apareció en su rostro cuando encendió las luces de su oficina, le encantaba llegar a su oficina era realmente hermoso para ella

Algunos se preguntarán por que tanta emoción al llegar a una simple oficina de trabajo, ya que es normal ver como muchos llegan frustrados a la suya y nadie se ve contento al entrar.

Mina era una creadora y diseñadora  de videojuegos, realmente amaba su trabajo, desde pequeña ese era su sueño, poder crear sus propios juegos y que estos fueran exitosos. A lo largo de estos años a ido mejorando ahora que se encuentra en una gran empresa muy reconocida por la cantidad de videojuegos exitosos que ha tenido en Japón.

Su oficina era lo mejor para Mina, todo se adaptaba a sus gustos, la puerta era de cristal, ella podía observar lo que había afuera pero al contrario de la visualización desde afuera no se podía ver nada, habían muchas pegatinas y pósteres de sus juegos favoritos, habian luces led de color celeste que decoraba las esquinas de la oficina, tambien contaba con unos  estantes de cristal que se encontraban  llenos de personajes de algunos videojuegos incluso algunos eran de anime que le gustaba o que ella misma había creado , tenía una laptop gamer  totalmente personalizada con stickers  especialmente para ella en su escritorio que siempre se encontraba ordenado y limpio. Ya que siempre le ha gustado el orden en su oficina.

Recuerdos Perdidos - MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora