Una cruda realidad: una infidelidad

La cabaña

Abrí los ojos algo desorientada, por la ventana del auto veía como pasaban los árboles enormes haciendo imposible ver más allá del bosque, se sentía agradable tanto la vista como el aroma, podía percibir un olor a frescura y humedad, sin embargo era cómodo, me transmitía una sensación de tranquilidad y calma. Suspiré estirando mis pies y brazos, noté como el asiento estaba más recostado de como lo había dejado antes de dormirme. Empecé a enderezar mi postura mientras escuchaba el volumen medio de la radio, Sasuke estaba tranquilo manejando con la vista al frente, se veía sereno y tan serio a la vez, me sorprende como puede verse siempre tan guapo y perfecto

- Al fin despiertas - le escuché decir

- ¿Dónde estamos?- pregunté aun estirando los músculos de la espalda

-A 30 minutos de llegar- me miró con gracia, tenía una sonrisa de medio lado como de costumbre, a lo que respondí asintiendo alegre con la cabeza

-Tu... ¿tú fuiste quien movió el espaldar de la silla?- le pregunté acomodando el asiento a su modo habitual

-Sí- habló brevemente

-Wow en verdad estaba dormida- me recosté de nuevo mirando por la ventana- no sentí nada

-Hmp desde ayer he notado lo difícil que es despertarte- me miró con una ceja alzada en forma de burla

-Bueno eso fue... es diferente- ah vamos, la idea de esto era NO RECORDAR NADA, esto no me estaba ayudando mucho

-Aun no has dicho de que se trataba- dijo tranquilamente mientras acomodaba la palanca de cambios. Quedé en silencio por unos segundos, ¿Qué diablos debía decir? Fue evidente que fue una pesadilla gracias a mi muy peculiar reacción, pero no sabía que decir en defensa

-Fue...- pensé por unos segundos tratando de parecer serena- no recuerdo claramente, siendo sincera ya no recuerdo nada- levanté los hombros con inocencia

-Bien- exclamó un poco ajeno a la charla- ¿tienes hambre?- cambió radicalmente de tema

-Oh, un poco si- a quien engañaba, me moría de hambre, no había desayunado bien y tampoco había llevado algún snack para el camino

-Comeremos en el hotel- no fue para nada una pregunta

Estuvimos hablando los siguientes minutos de cualquier cosa- más bien debería decir que yo hable mientras el asentía de manera maquinada- básicamente, lo que siempre hacíamos; luego de unos minutos finalmente habíamos llegado, Soragakure era un lugar peculiarmente amistoso a su modo, su arquitectura es rocosa y su ambiente frio en las mañanas y noches pero cálido en las tardes, aunque siempre mantenía su ambiente nublado. Sasuke se encargó de la recepción mientras yo pensaba en los miles de planes que podríamos hacer, aunque... dudo que Sasuke quiera ir a hacer alguna de mis actividades planeadas, lo cual es una pena, quería desesterarme y desconectarme del mundo, y hablando de eso, debería tener el celular en silencio, sabía que el ver en la pantalla el nombre de Ino o Naruto me torturaría así que solo lo configuré

-Cabaña 23- escuche a mis espaldas- ¿Vamos?- Sasuke tenía en su mano una tarjeta negra con blanco y verde

-Ah perfecto- tomé una de las maletas y la cargué mientras el llevaba la otra y nos guiaba a la cabaña, él sabía que no me molestaba en lo más mínimo llevar mis cosas, y que bajo ninguna circunstancia era físicamente débil- Es...hermosa- dije suspirando frente a la pequeña pero acogedora casa de madera, estaba rodeada de plantas y flores silvestres, era ideal, tenía 2 pisos únicamente, en el segundo podía ver una gran ventana con vidrio polarizado, no era como tal un balcón pero si permitía la vista

-Vamos adentro- dijo sonriendo ante mi cara de asombro, podría jurar que mis ojos brillaba aun con emoción, como un niño viendo su juguete favorito