La Sexta Integrante De One Direction© |Only A Girl #1|

7. Demonios.

«—Is é mo am atá caite ... mo deamhain.»

Emma.

Sus ojos azules me miraron, estos expresaban sorpresa, alegría, confusión.

El teléfono se me resbalo de las manos, pero no le di importancia, me tire a los brazos de Aaron y lo abrace.

—¿Emma? ¿Oh, pequeña eres tu?—Tomo mi cara entre sus manos. Asenti temblorosa—Oh, princesa eres tu—Volví a asentir y tome sus manos que seguían en mis mejillas.

Aaron tenia las manos húmedas y ahí recién me di cuenta que era gracias a mis lágrimas. Estaba llorando y no me había dado cuenta. Aaron me estrecho en sus brazos y luego me soltó y observo mi cabello.

—Oh, princesa ¿Que diablos le hiciste a tu cabello?—Pregunto tocando mi cabello. Mire sus hermosos ojos azules, iguales a los mios. Y me di cuenta que el igual estaba llorando.

—Lo teñi—Susurré todavía en shock—Hace dos años, antes de salir de Chile.

—Te ves mejor así.

—Lo sé.

—Pero siempre voy a extrañar el rubio—Sonreí mientras lo volvía a abrazar.

—¿Y... que diablos haces en Inglaterra?

—Vine aquí con los chicos.

—¿Los c-chicos?—Tartamudeé.

No había visto a Aaron desde hace dos años, desde que deje Chile y tome el primer avión que me trajo hasta Inglaterra.

Y tampoco había visto a Dylan y Troy.

Dos malditos años huyendo de mi pasado.... de mis demonios. Lo que me llevo a alejarme de mis hermanos.

—Si, los chicos.

—¿Ellos están bien?

—Si, te extrañan—Eso me callo como un balde de agua helada.

Yo intentaba no pensar en los chicos, sé que no debí dejarlos, que juntos podríamos haber encontrado una solución, pero no podía seguir en ese infierno, no podía seguir aguantando. Y cuando decidí huir de Chile con los chicos, ni siquiera lo pensamos, solo echamos ropa y dinero en una mochila y tomamos el primer vuelo que nos trago hasta Inglaterra.

Todas las noches lloraba por los chicos, todas las noches soñaba con ellos y con Robert. Todas las noches me atormentaba a mi misma, Y todas las noches los chicos venían a mi habitación, Y se quedaban conmigo hasta el día siguiente. Yo sabia que los chicos me escuchaban llorar, y gritar por las constantes pesadillas.

—Me tengo que ir, Aaron.

—No, Emma. Por favor, no te vuelvas a alejar de nuestras vidas. No otra vez—Suplico mirándome triste.

—Lo siento mucho, Aaron—Dije girandome, el me agarro del brazo.

—Por favor.

Suspire pesadamente.

—Ven aquí el día jueves, a esta misma hora.

El sonrió.

—Gracias, Emma.

—Ahora si me tengo que ir, Aaron.

—Esta bien, Adios. Te amo hermana.

—También te amo hermano—El beso mi mejilla y se dio la vuelta.