Un científico en el pasado

A base de Confundus

Odiaba a la ballena , al cerdo y al caballo, pero no podía matarlos todavía. El viejales 'por un bien mayor' con problemas amorosos pasados se daría cuenta de que algo pasaba mal. Pero bueno, nada como un confundus masivo: al cerdo, al caballo, a la ballena, a la vieja de los gatos, al resto de los vecinos, a los que serían sus futuros profesores en el colegio... Y ya está, se podía ir. Oh, pero volvería. Creedle que volvería

 El título de maestro de la muerte parecía por ahora aumentar su cantidad de magia y su efecto, y pudo lanzar todos esos confundus. Aunque, claramente, primero tuvo que encontrar la debilidad del campo mágico que le protegía para manipularlo él mismo y así que no notasen el uso de la magia por su zona. Para su mala suerte, el título empeoró su control en su magia y de vez en cuando explotaba algún cristal cuando se concentraba mucho al pensar. Por lo menos a la granja que tenía por familia se habían asustado varias veces por eso. Era muy divertido cómo saltaban del susto. Por supuesto, intentaban meterle otra vez en el armario y castigarle cuando pasaba eso, pero con unos confundus se arreglaba. Aunque reconocía que podría estar utilizando mucho ese hechizo.

El caso es que se fue a Londres en un taxi mediante confundus otra vez, y se dirigió al Caldero Chorreante. Por supuesto, se había ocultado su cicatriz con su pelo.

"Perdona, señor. Me distraje un poco y me acabo de dar cuenta de que mi familia ya ha entrado al callejón. ¿Me puede abrir la puerta?"

"Claro, compañero. Y puedes llamarme Tom." En serio, estos 'mágicos' no tenían sentido común. Le dejan ir a un niño de tres años que parecía tener dos entrar al callejón solo cuando era más sensato que se quedara en el establecimiento para esperar a sus padres. Aplausos. Pero así, Verde se podía aprovechar fácilmente de las personas.

Entró al callejón sin problemas y se dirigió directamente a Gringotts. Los enanos le miraron raro. No era por su edad, a ellos les daba exactamente igual, sino por la educación que tenía. Normalmente, los magos los veían como seres inferiores y los trataban como siervos, pero un niño de los suyos supo ver mejor que un adulto que los enanos eran los que dirigían, organizaban y guardaban su dinero. Qué estúpidos eran los magos.

Pidió un escaneo en su herencia, por lo que le llevaron a otra sala donde dejó caer unas gotas de sangre en un pedestal. Después de unos minutos, un papel apareció con su herencia. Aparte de los muchos hechizos y pociones realizados en él (por el maldito viejales con la gran barba), podía reclamar ser el lord de varias casas. era muy pequeño, pero por ley podía emanciparse por ser el último heredero de al menos una noble y ancestral casa. Normalmente, un guardián con derechos de su custodia limitados seguiría cuidándole, pero su actual guardián no le había asegurado una vida por lo menos decente. Además de que Dumbledore era ilegalmente su guardián. Por lo que podía decidir entre elegir a otro guardián o dejar de tener uno definitivamente. Claramente eligió lo segundo.

Por supuesto, se libró de las pociones, de los hechizos y del horrocrux en él mediante rituales que llevaron casi todo el día. Decidió dejar que el viejo metomentodo siguiera sacando dinero de su cuenta familiar de los Potter, pero dejó claro que esos 'préstamos' se devolverían con interés cuando el decidiera hacerlo. El enano presente que escuchó eso sonrió terroríficamente. No les caía bien ese mago que les trataba como niños pequeños cuando ellos le superaban en edad por unos cientos de años.

Al final del día, acabó siendo Lord Potter-Peverell-Gryffindor-Slytherin-Gaunt-LeFay-Emrys-Mortem y heredero Black. Potter, Peverell y Gryffindor eran por ser el último heredero de sangre y por ser aceptado mágicamente como su lord. Slytherin y Gaunt eran por conquista (Voldemort/ Tom Marvolo Riddle).  LeFay y Emrys tenían la posibilidad de aceptarle por la casa Mortem, esta última era por ser el maestro de la muerte. Y, bueno, terminaron aceptándole por magia. Para ser sincero, era algo demasiado absurdo esa cantidad tan grande de herencia y tan repentina. El mundo mágico carecía de sentido, de sentido común especialmente. Daba igual si era la sociedad mágica humana, el resto de criaturas que vivían en él o el mundo mágico en sí.