Steve: Y como no si Clint apareció borracho en la puerta de su casa
Quill:
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꧁ғʟᴀsʜʙᴀᴄᴋ꧂
Thor, Steve -obligado- Clint y Quill habían decidido salir a un bar, aprovechando que era un tranquilo sábado.
En el lugar todo había sido pequeños vasos de whisky, pero como siempre, todo terminaba fuera de control, y esta vez no fue la excepción.
Thor y Quill obvio que tomaron, un poco más de lo debido quizá, pero resistieron igual que todas las veces anteriores. Steve no bebió demasiado, pues quería mantenerse cuerdo por si alguno de sus amigos hacía alguna locura, y aparte, alguién tenía que manejar. Pero el que se había emborrachado más de la cuenta, era Barton. Copa tras copas hasta que terminó dormido en el baño. Ahí fue que decidieron irse a casa.
***
Después de cuatro horas ( o más) en aquel bar, ya se encontrban afuera de la casa de los Barton Maximoff, pues habían decidido dejar primero a Clint, por obvias razones.
Steve tocó el timbre de la linda casa en el que convivián Pietro y Clint; este último seguía en el auto de Steve, que estaba estacionado cerca de la vivienda, mientras que Quill y Thor estaban cada uno a un lado de Rogers.
— ¿Hola?—Steve dió otros dos golpes, pero esta vez más sonoros. Segundos después, la puerta se abrió, dejando ver a un adormilado pero notablemente enojado Pietro. Lo miró y Steve sonrió, nervioso.
— ¿Qué traen ahí, estúpidos?—Maximoff clavó su vista en los tres hombres frente suyo, con los brazos cruzados.— ¿Donde está?
— ¿Que cosa? —Preguntó Thor con algo de cinismo, mirando para otro lado.
— ¿¡Donde está mi marido!? —Pietro alzó más la voz, que al parecer Clint logró escuchar ya que salió del auto y caminó hasta su esposo, tratando de mantenerse firme sobre el suelo. Cosa que no podía.
— ¡Hola mi amor! —Dijo alegre, arrastrando las palabras. El de cabello plateado miró indignado a Clint, para luego mirar a los otros tres rubios.
— ¡Miren! ¡Miren como me lo traen!
— No, pero fue...—Steve trató de explicar, pero al ver la fulminante mirada del joven Maximoff, se calló.
— ¡Miren nada más como está, son unos imbéciles!
— No, no, no, para que no es lo que parece. —Habló Thor, trantando de excusarse.
Quill se acercó a Clint y lo tambaleó, este se apoyó contra el marco de la puerta, mirando para todos lados como si no supiera donde estaba.
— ¿P-pero que le pasa? ¡Dios, los voy a matar! -Gritó el esposo de Barton. Segundos después pasó ambas manos por su rostro, tratando de calmarse.— ¿En donde estaban? ¿Cuanto tomaron?
— Bueno... —Steve simuló contar con los dedos.— Fueron dos... Tres copitas de whisky. Treees. —Dijo alargando la vocal.
— Cuatro, cinco, seeis.— Hablaron Quill y Thor al mismo tiempo
— Sieteee, ocho, nueve... -Siguió Clint.
— ¡Clint!
— ¡Diez!
— ¡CLINT! —Volvió a gritar Pietro, el nombrado dio un saltito a causa del susto, luego miró a su esposo y sonrió tontamente, dándole por último un corto beso en los labios para después adentrarse a la casa.
— Entonces...¿Todo bien? —Preguntó Steve, sonriendo con nerviosismo.
— ¡Larguense de mi casa!
- Claro - - Con mucho gusto - - ¡Adiós! -
Esas fueron las despedidas de los otros tres tres súper héroes antes de ir corriendo a meterse al auto y arrancar. Pietro estaba MUY enojado.
— Bueno, no salió tan mal.— Dijo Quill. Thor negó y Steve rodó los ojos.