Nuestra historia

capítulo 5

Sus ojos no podían creer lo que estaban viendo: un hombre con bata blanca, rubio con una especie de mechón azul que le daba vuelta a su cabeza y lentes, decía incoherencias en medio de la plaza.

Era imposible no verlo, llamaba demasiado la atención y para colmo, le calculaban que medía cerca del 1.90 cm.

Camus animó a Kira a que se acercara a hablar con el hombre, tal vez lograrían llegar a un acuerdo si hablaban.

–No lo sé, Camus –estaba nerviosa pero trataba de no demostrarlo.

–Si quieres que las personas crean en ti, debes iniciar por dejar tus temores.

Kira, al final, se acercó al hombre a paso firme. Una vez llegó cerca de él, se aclaró la garganta y procedió a hablar.

–Disculpe, pero esta irrumpiendo el orden público.

–¿Eh? –el rubio volvió a mirar a ambos lados pero no daba con la persona de la voz.

–Aquí abajo –Kira se avergonzó, casi era del doble de su tamaño.

–¡Ah! perdona. No te vi, ¿qué decías?

–Estás alterando este lugar, necesito que te retires.

–¿Y por qué debería hacerlo? Estoy en medio de un experimento, soy un científico.

–Soy Kira, la campeona, y mi deber es velar por los ciudadanos de Teselia.

Así que de ella se trataba, dijo el rubio para sus adentros.

–Lamento ser tan descortés, mi nombre es Acromo y formo parte de una importante organización –se presentó– por lo que no puedo dejar este lugar, al menos no ahora.

–¿Al menos podemos saber qué tipo de experimento es? –era Camus que se había acercado a ambos.

–Me alegra que preguntes, es sobre cómo se desarrolla la relación entrenador-pokémon. Aún hay muchos misterios sobre cómo estos llegan a sentir tanto aprecio por los humanos y cómo logran sacar todo su potencial.

–¿Todo su potencial? –Kira repitió esa frase para sí misma en lo que Luka se subió a su cabeza.

–A esto me refería –tomó al pokémon con sus manos– ¿exactamente qué hace a los pokémon tener tanto aprecio por los humanos?

Luka le mordió la mano al científico quien gritó fuertemente a la vez que lo soltaba. Kira logró sostener a su amigo antes de que cayera al suelo.

–A Luka no le gusta que otra persona, que no sea yo, lo toque –explicó Kira el actuar del pokémon.

–Fue en parte mi culpa por haberlo cargado sin preguntar previamente –Acromo se masajeaba la mano herida.

Luka no lo miraba con buenos ojos, algo en su olor le decía que no era la persona que decía ser, por lo que tenía que advertir a Kira; si tan solo ella le entendiera...

–¿Eres entrenadora, verdad?

–Sí, ¿por qué?

–Quisiera enfrentarme a ti en un combate, pero no aquí. Sino en la Ruta 4, cuando te sientas preparada ven a retarme.

Acromo se retiró hacia el interior de Ciudad Porcelana sin darle tiempo a Kira de responderle si quiera. Ella intentó seguirle el paso, pero debido al alto tránsito de personas era imposible tratar de abrirse camino por lo que lo perdió de vista, ¿cómo pudo perder a alguien tan peculiar en cuestión de segundos?

Regresó a la plaza a como pudo y volteó a ver a Camus, que seguía donde lo había dejado, bastante confundida.

–¿Sí podrías vigilarlo?, te estaría agradecida –afianzó el agarre de Luka– no me da buena espina y para mí, esa organización es el Equipo Plasma.