ᴇʟ ᴘʟᴀɴᴇᴛᴀ ᴅᴇʟ ᴛᴇsᴏʀᴏ [𝐉𝐢𝐦 𝐇𝐚𝐰𝐤𝐢𝐧𝐬]

Extra.

━━━━━━━━ ◦ ✧ ◦ ━━━━━━━━

Narrador Omnisciente:

–¿Y que sucedió después?– Preguntó la niña de 6 años de edad. Eirene. Quien acariciaba al pequeño dragón negro, si, Zu.

–Bueno, Silver los llevó de nuevo al lugar donde tenían al Legacy después de verse todo el show que se aventaron Jim y Leslie.– La acostó en su cama.

–¿Y qué sucedió con Silver después de eso?– Preguntó el niño de 10 años. Ymir.

–Bueno... Él siguió su rumbo, después de eso lo veían muy poco, hasta que le perdieron el rastro y no volvieron a saber de él.– La mayor realizó una mueca de tristeza.

–¿Y con Jim y Leslie? ¿Qué sucedió después de eso mami?– La niña se sentó en su cama.

–Después de eso, Jim comenzó a tener muchos deberes. Leslie cuidaba de cuatro enfadosos bebés, a dos monstruitos, a su padre, y en sus tiempos libres le ayudaba a Sarah con la posada...–La interrumpió Ymir.

–¿Por qué? ¿Acaso ya no quiso volver a navegar?

–No.– Sonrió.– Tenía que reponer muchos años de ausencia. Tenía que pasar tiempo con su padre, con Sarah.

–¿Y se siguieron amando?– Preguntó con entusiasmo Eirene.

–Claro que sí. A pesar de que casi ni tenían tiempo para ellos, se seguían amando. Al cumplir la mayoría de edad, se casaron y 9 meses después nació Ymir y después de 4 años nació Eirene...–La interrumpieron.

–Ustedes son la prueba del amor que nos tenemos su madre y yo.

–¡Papá!– Los dos niños saltaron a él, tirando lo en el suelo.

–¡Mi amor!– También salto sobre de él.

–Pensé que solo habían dos niños.– Comentó el esposo.

–Oh, cállate.– Se levantó del suelo, acomodándose su ropa.– ¿Y Morph?

–Aquí.– Levantó un poco su saco y mostró a un alienígena mareado.

–Upss, lo sentimos Morph.– Hablaron al unísono.

Morph solo se sacudió y fue directamente con el niño mayor.

–Niños, a la cama.– La mayor tomó a su hija más pequeña, quien seguía abrazando al dragón y el recién llegado tomó a su hijo mayor seguido de Morph.

–¡Mamá, una historia más! ¡Por favor!– Pidieron.

–No niños.

–¡Por favor!

–Solo una.– La mayor miró a su esposo.– ¿Sí?

–Esta bien.– Se levantó de la cama de su hija y fue directo al librero, sacando el pequeño libro que leían de pequeños El planeta del tesoro.– Ten cariño.