Sasuke es un chico de 24 años que no está muy predispuesto a encontrar el amor, pero todo eso cambia cuando un día sus amigos deciden organizarle una fiesta un tanto especial...
🔞Historia con contenido adulto
👉Los personajes pertenecen a Misashi...
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—Lo siento, Sakura, pero eres la única chica libre que tengo para el viernes a esa hora —la voz de Tayuya no admite protesta.
—¡Joder, que fastidio!. Está bien, iré, pero ya sabes que no me gusta bailar en fiestas privadas, prefiero hacer mi espectáculo aquí, con mis niñas —digo haciendo alusión a mis preciosas mascotas.
—Lo sé, pero aquí la que manda soy yo, y la que te paga, por lo tanto ya sabes lo que tienes que hacer, y si no te gusta, hay miles de trabajos esperando allí fuera. Sabes de sobra que lo que ganas aquí en un solo día, no lo ganarás en otro lugar —la pelirroja siempre me pone la misma excusa.
Después de quedarse satisfecha con su reprimenda, se marcha de mi camerino y me dirijo dónde están mis amigas.
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—¡Hey, Saku!, menuda cara traes —se burla, Ino. Hinata solo me observa.
—Tengo que ir a una fiesta privada el viernes, ya sabéis que me da palo. ¿Alguna de las dos me haría el favor de ir en mi lugar? —les pido fingiendo un puchero.
—Ya sabes que a Tayuya no le gusta que cambiemos sus planes, odio verla cabreada, ya de por sí su carácter es horrible —contesta Ino mientras termina de enfundarse un apretado vestido color violeta.
—Pero te digo una cosa, Saku, si son los dos chicos que han venido para hacer la reserva, yo iba encantada, eran monisímos —añade Hinata de forma pícarona.
—¿Y qué importa eso?, ya sabéis que soy muy profesional y no ligo con mis clientes, además, son las normas.
—¡Joder, saku!, nosotras tampoco, pero una vez termines tu jornada... puedes hacer lo que te de la gana, ¿No? —las dos se ríen entre ellas, pero a mí no me hace ni puta gracia.
—Os lo agradezco, pero no, me va de lujo estando sola, entro y salgo cuando quiero, sin horarios ni nadie que me controle —Ino me interrumpe de nuevo.
—¿Y qué pasa con Saso?, ya lleváis un tiempo quedando y... —rebate de forma inquisitiva, la rubia.
—Con Sasori las cosas están más que claras desde el principio, lo nuestro es sexo ocasional, nada más, a él le va bien y a mí también, nada de ataduras. ¿Y vosotras qué, eh?, mucho criticarme a mí pero las tres estamos en igualdad de condiciones —respondo reteniendo la risa.
—Supongo que aún no ha llegado nuestro hombre ideal... —contesta Hinata en modo soñador.
—Sí, será eso... —ruedo los ojos antes de despedirme.
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Cuando llego a mi apartamento, veo la parpadeante luz del contestador telefónico, le doy al botón rojo y tengo tres mensajes de Sasori y cinco de Mei, mi madre adoptiva, seguro que necesita dinero otra vez...
La relación con ella es un completo desastre. Me adoptó cuando yo tenía tres años cuando estaba en un centro de acogida por la muerte de mis padres, un ajuste de cuentas por tema de drogas terminó con sus vidas, pero lo que no esperaba, es que mi nueva madre, con la cual al principio todo iba estupendamente, también terminaría siendo adicta a ellas. Durante los últimos años me he dejado la piel y un dineral para pagarle varios centros de desintoxicación, pero no hay manera, o bien se escapa de ellos, o hace que terminen echándola, ya no sé qué hacer, quiero ayudarla, de verdad, pero cuando una persona se ofusca y no se deja, es muy difícil. Así que al final la he dejado por imposible, y aunque ella se costea sus propios vicios, de vez en cuando me llama para que le preste dinero, pero yo nunca lo hago, ya sabe que para droga, jamás...
