Sasuke es un chico de 24 años que no está muy predispuesto a encontrar el amor, pero todo eso cambia cuando un día sus amigos deciden organizarle una fiesta un tanto especial...
🔞Historia con contenido adulto
👉Los personajes pertenecen a Misashi...
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Después de tomar la relajante ducha, me envuelvo una toalla en la cintura para ir directo a mi habitación, pero de repente, oigo unas voces provenientes de la entrada y me puede más la curiosidad que otra cosa. Observo a Naruto algo alterado, pero no logro ver con quien habla, hasta que no me queda otra que preguntar.
—¿Quién es, Naruto? —pero éste no se da la vuelta, sino que es su interlocutora la que asoma la cabeza.
Me quedo perplejo al ver que se trata de Sakura. ¿Cómo tiene la cara tan dura de presentarse aquí?.
—¿Sasuke? —pregunta alzando la cabeza por encima del hombro del rubio.
—Naruto, déjame hablar con ella. ¡A solas! —ahora si que el rubio se gira y me encara.
—¿Estás loco? ¡No la escuches! ¿Acaso quieres caer de nuevo en sus artimañas? —entiendo su postura, pero eso es algo que debo resolver por mí mismo.
Al fin cede y a regañadientes se larga a su habitación, por lo que enseguida me acerco al umbral de la puerta. Sakura no puede evitar observarme con descaro, sus ojos se pasean por mi torso observando todas y cada una de las gotas que aún caen de mi mojado cabello, reconozco que en otra ocasión me habría sentido victorioso, halagado, pero estoy tan roto y cabreado con ella, que no siento nada.
—¿A qué has venido? —pregunto tajante.
—Pues... había venido a pasar el día contigo, pero veo que no soy bien recibida —tiene la poca vergüenza de contestarme.
—No sabía que eras tan cínica, Sakura. ¿Me tomas el pelo, verdad?.
—¿Se puede saber qué te pasa? ¿Qué te he hecho, Sasuke?. Déjame entrar y explícamelo, por favor... —no debería, pero termino dejando que entre hasta el salón.
—¿Por qué me has mentido, Sakura?. Corrí como un gilipollas a prestarte el dinero, y sé que de un buen principio dejamos las cosas claras referente a lo de ser amigos, pero el hecho de acostarnos el otro día, despertó algo en mí... —de repente, me interrumpe.
—¿Así que es por eso?, me lo temía, ya te dije que solo necesito un poco más de tiempo —contesta como si nada.
—¿Tiempo para qué? ¿Para seguir tirándote al pelirrojo? —no puedo reprimir más la rabia que siento en mi interior.
—¿Cómo dices...? —se hace la desentendida.
—Lo sé todo, Sakura, de hecho, lo vi con mis propios ojos —la veo temblar y quedarse completamente pálida.
—¿Q... qué es lo que viste?¿Viniste al club? —es todo cuanto pregunta.
—Sí, Sakura, vine al club. Fui tan imbécil que quería arreglar las cosas contigo, me sentía mal por haberme marchado de tu casa de esa forma y decidí ir al club para pedirte disculpas, así que cuando terminaste el espectáculo, me dirigí a tu camerino, pero qué sorpresa me llevé al verte empotrada contra la pared por ese... ese... —me muerdo la lengua mientras ella agacha la cabeza y aprieta los puños.
