1.

25 1 0
                                    

Quiero llorar pero mis ojos se han secado ya. Quiero gritar pero se me ha ido el aliento. Quiero respirar pero algo muy pesado me presiona el pecho. Quiero correr pero ya no tengo fuerzas. Mi corazón ha dejado de latir pero aún estoy viva... y a veces desearía que no fuese de esa forma.

------

-Siempre he creído que el más mínimo error afecta el resultado... Tal vez por eso nos cuesta ser perfectos ya que, con obviedad, todos cometemos errores, pero los errores son, o eso pienso yo, en gran parte posibles de corregir. Eso no quiere decir que podemos ser perfectos sino que somos seres defectuosos por naturaleza y allí, en lo incierto, en lo imperfecto, es donde podemos encontrar esa grandeza que tanto anhelamos -dijo Dominic, tan emocionado como siempre.

Dominic, o Dom, como suelo llamarlo, ha sido desde que tengo memoria mi mejor amigo, pero no sólo eso, algunas veces pienso que debo considerarlo como un hermano más, después de todo, mi madre lo ha tratado siempre como otro hijo y ni qué decir de mis otros familiares, tal parece que debería cambiarse el apellido a Wylie y dejar de llamarse Dominic Valentini de una vez por todas.

Algo que me parece necesario mencionar es que Dominic no puede tener una conversación si no sale con sus pensamientos profundos y ocasionales, aunque uno que otro interesante, debo decir. Parece que siempre piensa en voz alta, pero su compañía es una de las cosas más agradables en el mundo.

-Dom, vamos, ahora no tengo ganas de escuchar cómo empiezas a desvariar -Rodé los ojos al instante que él hizo una mueca de tristeza -. Dominic, por favor, sabes que me gusta escuchar tus repentinos pensamientos y lo que dices parece un tema interesante para conversar pero quizás sea mejor que lo hagamos en otro momento.

Es la verdad, en absoluto disfruto hablar tonterías que luego se tornan serías con él, pero no tengo ganas ahora, tengo tantas cosas en mente últimamente, a tal punto que estoy pensando seriamente en cómo arrancarme la cabeza sólo por un tiempo, al menos hasta que todo se calme.

-Tranquila, tonta, no te digo nada más -dijo él mientras encogía los hombros como restándole importancia.

Luego de caminar un poco entre la multitud, apuntó con su mano derecha una mesa libre ubicada en el área de recreo, entendí que estaba sugiriendo sentarnos allí, así que asentí, llegamos al lugar y después de cierto tiempo habló de nuevo:

-¿Acaso no te piensas sentar? Ya te he dicho que no crecerás más aunque estés de pie todo el tiempo que quieras.

Justo en ese momento pude darme cuenta de que me había quedado de pie cerca de la mesa quién sabe cuánto tiempo y mirando quién sabe qué cosa.

-Me hubieras dicho antes, idiota, debí haber parecido una tonta parada como una estatua todo ese tiempo sin siquiera pestañear -le reclamé en un tono casi inaudible mientras me acomodaba en el asiento.

-Hey, no me agradeces haberte avisado y, por supuesto, me reprochas. ¡Eso muy bien demuestra la mala persona que eres, Wylie! -su tono de voz era de entera diversión -. Primero, no pareces tonta, eres tonta sin intentarlo ni un poco, así que no me vengas a culpar por eso. Segundo, quería ver si en algún punto reaccionabas, parecías bastante concentrada y no quería interrumpir tus pensamientos -dijo burlándose de mi idiotez momentánea.

-Tan considerado, te lo agradezco. Para la próxima por qué mejor no te vas a la mierda - dije con un aire divertido.

Así empezó nuestra pequeña "discusión", iguales a las que teníamos seguido sólo para reírnos un rato, cosa que es bastante tonta, pero nadie podía decirnos que no lo hicieramos. Tan infantiles como siempre, pero al menos eso había logrado un poco que olvidase todas mis preocupaciones.

Sabiendo que somos y seremosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora