Entrenamiento

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MICHAEL POV'S

El sonido de pito marcó el inicio del entrenamiento del día.
Después de realizar el calentamiento, comenzaron a mover el balón con sus pies en ida y venida. Yo me mantuve sentado en la banca un instante. Observando la práctica…
¡O que mentira realmente! ¡Observándolo a él!

Justo manejaba el balón en ese momento confundiendo y vacilando a los demás, era el jugador estrella de nuestro equipo, y la verdad es que por mucho mantenía la admiración de todos.
A mí me causaba curiosidad. Mucha curiosidad, y más de un tiempo en adelante.

-¡Goooool!… - Gritó él para sí mismo, mientras buscaba “algo” con la mirada. Y cuando al final pareció encontrarlo, se acercó trotando y me dijo - Te lo dedico.

Yo solamente le sonreí mientras él se alejaba de regreso al juego.
La primera vez que lo hizo me sorprendió mas su gesto, ahora simplemente ya él lo hacía para recordarme que era. ¿Especial para él? ¿Su mejor amigo?

Por eso es que este chico me causaba tan enfrenadle curiosidad. Es decir. ¿Era normal que un chico le dedicase a otro chico sus goles?, ¿qué comprase tarjetas al celular solo para responderte? ¿que demostrase que te admira en todo momento?, ¿qué se ofrezca a enseñarte a jugar fútbol su mayor habilidad, con una paciencia inconmensurable y que además te ayude de palanca para entrar en su equipo?

Definitivamente me apreciaba, pero ese aprecio me confundía.
Y no en mala manera. ¡Para nada! ¿Cómo podría ver eso de mala manera?, al contrario, lo veía, mejor de lo que cualquier aprecio común veía. Es decir, lo veía más grande y más, hermoso que, los gestos de cariños entre… amigos.

¿Será que realmente él me ve como amigo? ¿O como algo más?
¡Esa era realmente la pregunta que me rompía el coco desde hacía ya tiempo y que me hacía verlo una y otra vez! Esto no me cuadraba para nada. Luke, era y sigue siendo una persona muy amable y atenta para con los demás, educado, pacífico, juguetón, tranquilo pero ¡Conmigo es más aun! ¿Por qué?
La idea, o mejor dicho, la fantasía de que lejanamente yo pudiese gustarle me rondan de vez en cuando la cabeza y debo admitirlo, no me desagrada para nada.

De hecho, fue él mismo quien ante tanto gesto de cariño me ha hecho considerarla y despertado estos, pensamientos en mí pero, nada tiene sentido.
Él ha tenido novias, yo las he conocido, charlamos, pasamos el tiempo y todo con la normalidad de dos panas pero ¿por qué tanto cariño?

¿Estará tan necesitado de un mejor amigo de verdad? ¿O es algo más?

- ¡Hey Mike!. ¡Anímate!. Ven a jugar… - 

Su voz me saca de mis pensamientos. Una vez más me había quedado embelesado y en seguida me levanto y corro hacia el campo. Entrenaré un rato con él. Me mira con esa sonrisa creída y retadora con que siempre me ve cuando comenzamos a jugar. Y que a mi definitivamente me está comenzando a encantar.

- Quítamela… - Me dice refiriéndose a la pelota entre sus pies, la cual ubico con la mirada.

También sonrío y me acerco rápido metiendo mi pie por acá y por allá tratando de robarle el balón. Pero la habilidad con los pies de este tipo es demasiado alta, y con un sencillo movimiento echa el balón hacia atrás, confundiéndome por completo y alejándola de mi alcance.
Como un niño grande que alza un juguete y otro niño enano salta sin poderlo alcanzar.

Así de inútil me siento, pero no sé por qué razón. Que lo haga él, me fascina.

- Quítamela, Quítamela… - me lo repite dándome ánimo.

Y mi mente morbosa como siempre, empieza a imaginar que se refiriese a su virginidad en lugar de a su pelota. A veces me reprendo ante tanto mal pensamiento. Seguro yo malinterpretaba todo.

¡Como Siempre!

Finalmente y tras mucho rato logro quitarle el balón. Me doy media vuelta y rápidamente voy corriendo hasta la arquería donde extrañamente no logra alcanzarme y tras un chuteo no muy bueno logro hacer pasar el balón entre los dos barrotes.

- ¡Gol! – Digo para mi mismo sin mucha emoción, sin embargo el venía más contento.
- ¡Bien! – Me felicitó chocándome y estrechándome la mano con fuerza.

¿Eran ideas mías o él siempre aprovechaba cualquier excusa para tocarme como diese lugar?

Me estaba volviendo loco, definitivamente.
De cualquier forma mi mente no pudo callarse por más que la reprendiera en lo que siguió de entrenamiento. Menos cuando el sudor fue tanto, que los chicos comenzaron a quitarse la camisa… pero mis ojos no se posaban en todos ellos sino específicamente. En “mi mejor amiguito”.

Jamás había imaginado lo tremendamente insinuante que se veía un uniforme de fútbol. Es decir, ¡Capaz y ni lo era! Pero en este momento, era más estimulante que cualquier otro traje.

Es increíble como aquel short pequeño, pegado y a mi parecer sin mucho estilo, ahora le remarcaba tan hermosamente la redondez de sus glúteos y a su vez, mostraba unas piernas fuertes, poco vellosas. ¡Hermosas! Y además, sudado y ¿Semi desnudo? Eso era demasiado para mi mente.

- ¡Hey Lucas! ¿A dónde vas?
- Eh…

A pesar de que me gusta mucho ser honesto. La verdad es que hay un lado que no muchos conocen de mí. ¡Y es precisamente ese lado pólvora mío que me hace prender de nada! Mejor ni que lo conozcan.

- Estoy cansado… creo que ha sido suficiente por hoy.
- ¡Ah bueno! Espérame un momento, meto este gol y nos vamos los dos, ¿vale?
- Ah pero… ¿tú no quieres seguir jugando? ¡Yo no quiero apurarte!
- Naah… sin ti esto es aburrido. –
 Dice guiñándome un ojo. - ¡Mira este gol va para ti!

Dice sin más devolviéndose al campo y obligándome con ese gesto tan bello a esperarlo.
¡Es injusto! ¡Es injusto!

¡Yo antes ni le veía con esos ojos y ahora, técnicamente, me obliga!

Después de que hubiese metido su gol y como me había prometido, busco su maleta y vino trotando hasta donde yo estaba, donde después de dedicarme un “listo”, nos movimos hacia los vestuarios y “la ducha”. Digo la ducha, en singular, siendo textuales. Muchos de los chicos se iban sin bañarse debido a que no les gustaba esperar… de hecho la mayoría. Simplemente se cambiaban en el vestuario, se iban y se duchaban en sus casas, pero para nosotros si era costumbre hacerlo siempre. Solo que yo solía hacerlo primero y luego de ducharme era que le avisaba a Luke que me iba. Pero esta vez había sido, y sería diferente.

- Has estado mejorando… - Me dijo mientras sacaba su ropa para ponerse luego de la ducha de su maleta.
- Gracias… - Le comento yo mientras me siento, me quito la camisa y el short.
- Creo que para dentro de dos meses, podrás ganarle a la mitad del equipo.
- ¡Ohh no, tampoco exageres! Si he jugado algo mejor, es porque tú me has enseñado.
- Bueno, pero te seguiré enseñando e igual mejorarás ¿para qué estamos los amigos?


No debió hacer esa pregunta mientras se bajaba la ropa interior. Desvié la mirada.

- Está bien. Gracias - Le dije mientras yo también me quitaba la ropa interior, pero en seguida me cubría con mi toalla. Y luego sin decir más nada me metí en la ducha.

Guindé la toalla en la puerta de la ducha luego de cerrarla y suspiré. Yo aún no me acostumbraba a esa idea de desnudarme frente a nadie más, así fuesen de mi mismo sexo. Y aunque, al otro lado de mi le gustaba, también me hacía sentir nervioso. Apenas me mojé el cabello cuando una vez más me volví a sobresaltar en nervios, cuando sentí y escuché como la puerta de la ducha se abría y Luke me miraba con toda la naturalidad del mundo.

- ¿Te molesta? La ducha es grande y es para irnos más rápido.
- Ehh… eh… -
 Me puse tartamudo.

¿Era normal que hiciera esto?

- Pe… pero si entra alguien y…
- Baahhh, tenemos prisa, y solo nosotros nos bañamos. –
 Dijo Michael metiéndose despreocupado en la ducha conmigo y guindando su toalla también. – Además - Dijo mientras cerraba la puerta y yo constataba de que de verdad la ducha no es tan grande como él decía. - Tú y yo podemos ser los T.A.T.U. hombres… ¿no crees?

Yo me voltee, traumatizado. Ahora mis nervios no eran para nada normales, no solo por el hecho de que alguien nos viera, sino porque, estaba encerrado en una ducha, con él, y ambos desnudos. ¡Iba a pasar lo inevitable! ¡Y él lo iba a notar!

Justo ante ese pensamiento noté como la sangre comenzaba a llenar el músculo de mi hombría en mi zona baja, sentí vergüenza aunque Luke a mis espaldas no pudiese notar nada.

¡A mis espaldas!

Voltee de súbito también igual nervioso, por un momento me pareció que él quien se mojaba el cabello la cara y dejaba que el agua cayese en su cuerpo de papito rico lo había notado, pero no. De hecho, fui yo quien noté que él, también estaba “despierto”.
Luke soltó un suspiro, al parecer de “relajo” por el agua. Yo tenía cualquier tipo de sensación en mi cabeza menos relajado.

- ¿Qué pasó Mike? ¿Te ocupo toda la ducha? – En ese instante se hizo a un lado. – Ven báñate, no te has mojado nada.

Muke Smut :3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora