Hacia unas horas que se encontraba escondida en esa casa medio destruida y no conseguía dormir. Estaba echada en el saco y no hacía más que dar vueltas y vueltas algo andaba mal y no sabía que era. Un sentimiento muy extraño la invadía y no lograba descifrarlo.
Al fin se dio por vencida y se levantó, no tenía ninguna luz encendida así que no había manera de que la vieran. Sin pensárselo dos veces cogió de su bolso unos prismáticos y se decido a mirar por la ventana para intentar ver si había mucha gente en la gran mansión.
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Estaba más que decidido debían partir en cuanto el sol saliera. No podían perder tiempo esperando a Hermione, ella ya sabría cómo encontrarlos cuando acabara su misión.
Ginny no podía dormir así que se encargó de preparar todo lo necesario para partir al día siguiente. Hermione lo tenía todo pensado y ya les había dejado la mitad del trabajo listo. Solo quedaba recoger la tienda y marcharse.
Los tres amigos pasaron la noche en blanco pensando en sí de verdad su amiga sería capaz de salir airosa de su misión suicida. Era una maga excelente no cavia duda pero nunca había luchado sola, siempre estaban juntos. Si algo le pasara a la castaña no se lo perdonarían nunca pero los harrocuxes estaban escondidos y debían ser todos y cada uno de ellos destruidos. Ellos no podían fallar, el mundo mágico dependía de ellos.
Harry era el que más claro lo tenía, a cada día que pasaba se daba más cuanta que era él y solo él, nadie más podría vencer a Voldemort. Esa conexión que había entre él y el ser más oscuro del planeta tenía que ser destruida con la muerte de uno de los dos. El miedo le atenazaba cada musculo de su cuerpo pero lucharía hasta el final por no ser el que perdiera la vida en esa guerra o al menos no sin llevárselo al otro mundo también. Esa responsabilidad parecía demasiada para un muchacho tan joven, estaba claro que el destino le jugó una mala pasada pero no había ninguna salida más, no se escondería detrás de nadie estaba decidido a acabar lo antes posible con esa pesadilla.
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No podía ser, sus ojos le estaban engañando, era prácticamente imposible que la única ventana con la luz encendida de esa gran mansión fuera la de él. Era una probabilidad muy remota y ella por más que miraba y miraba su silueta recortada por la luz no se lo creía.
Draco estaba mirando por la ventana hacia donde ella estaba, pero era imposible que supiera que estaba allí, era pura casualidad.
Pero había algo extraño en él. Su postura no era la normal, estaba como encorvado, como si no pudiera sostener su propio peso. Gusto cuando Hermione peso eso la figura de Draco se sujetó en el alfeizar de la ventana para no caer.
- ¡No, no, no! Draco no desfallezcas ahora.- Ojala pudiera entrar en esa casa y sacarle en ese mismo momento.
Siguió mirando y lo que vio le tranquilizo aunque solo fuera un poco, no estaba solo su madre estaba allí con él y le daba algo para que bebiera. El hecho de que no estuviera solo era de agradecer pero no podía perder el tiempo, ya no podía aguantar más en esa casa. Su plan tenía que ser lleva a cabo en ese mismo momento.
Sin perder tiempo metió su mano en el bolso y saco dos móviles, era su plan, tan sencillo como para que nadie lo esperara. Había estado trabajando con ellos en la Madriguera, tenían que funcionar. Con la magia que había a su alrededor los aparatos muggles no funcionaban pero consiguió con una decena de conjuros que funcionaran en la Madriguera esperaba que fuera suficiente para que funcionaran en la gran mansión.
Era el momento de concentrarse en el hechizo que transportaría el teléfono a la habitación de Draco. Dejo uno de los aparatos en el suelo y se guardó el otro en el bolsillo del pantalón. Apunto al del suelo con su varita y se concentró en hacer un hechizo no hablado con los ojos cerrados. Cuando los volvió a abrir el teléfono ya no estaba.
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No pierdas la esperanza. (Sueños de esperanza II) Draco y Hermione
Fanfictionsegunda parte de Sueños de esperanza.