Capitulo 7

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El híbrido y el chico de cabello liso iban a la casa del último para así explicar a la madre de este el porqué de su estado, ambos estaban sumidos en un silencio incomodo al no saber qué decir, Paúl deseaba poder decir algo para así deshacerse de aquel silencio que comenzaba a fastidiarlo.

-A-Así que tú eres el chico que pelea contra monstruos- dijo el chico dudoso, preguntándose si decir eso fue buena idea y al ver como el pelirizado tocaba sus manos con nerviosismo supo que fue una pésima idea hacerlo, el ojibicolor solo pudo sonrojarse por la vergüenza y seguir el camino en silencio.

En el trayecto el híbrido solo podía jugar con sus manos por el nerviosismo, lo que dijo Paúl lo había incomodado mucho pero no podía culparlo le parecía curioso el cómo lo conocía la gente en ciudad playa, suspirando solo pudo resignarse a eso ya que sería algo tonto enfadarse por algo como eso.

-Aquí es- dijo el pelo liso con algo de timidez y el híbrido levanto su mirada y vio una panadería, por fuera era blanco con una apariencia elegante.

Cuando entraron lo primero que vio Steven fueron paredes de color crema suave dándole un aspecto cálido al lugar, su mirada quedo fija en una vidriera con estantes de tres niveles llenos y divididos donde pudo ver diversos postres y panes; pan salado, deliciosos dulces y pan crocante. El lugar tenia diversas mesas incluso afuera, algo que el pelirizado no noto al ir cabizbajo, todo el lugar daba aire hogareño.

El olor a pan recién hecho lleno al chico de una calidez que en la actualidad era escasa, incluso podía saborear los postres que se veían sin ni siquiera probarlos, incluso pudo ver dos soportes para cupcakes donde estos se exhibían en todo su esplendor.

-Paúl, que bueno que llegas necesito que saques el baguette del horno y me ayudes a preparar la selva negra para... - dijo una mujer de cabello castaño y ojos como los de Paúl, la mujer se encontraba viendo a su hijo quien al sentir la mirada conmocionada de su madre solo pudo decir...

-A...antes de que digas algo, tienes que escucharme...- El pelo liso no pudo continuar ya que de inmediato sintió que su madre lo revisaba en busca de heridas, mientras que Steven solo podía ver eso con un poco de culpa y una pizca de envidia al presenciar una escena de la que nunca podría formar parte.

-¡¿Qué te paso?!, ¡¿Quién te hizo esto?!, cuando encuentre al responsable lo haré pedazos!- bramaba furiosa la madre del ojigris mientras que este intentaba calmarla lo mejor que podía ya que, su madre estaba muy molesta ahora.

-Mamá.-

- ¡Dime quien fue que ahorita voy y lo busco!- La de cabello castaño estaba furiosa al ver a su hijo de esa forma, su ropa estaba algo desgarrada y con algo de sangre seca además de que en su cuerpo quedaron algunas cicatrices de donde estuvieron varias heridas hechas por la gema corrupta.

-Mamá.-

- Van a saber que con mi niño no se meten.-

-¡Mamá!-

Paúl levanto la voz sabiendo que si no lo hacia su madre saldría y buscaría a quien ella pensaba le había hecho daño, la mirada enojada en aquellos ojos tan iguales a los suyos solo le hizo ver eso.

-Te diré lo que paso pero tienes que calmarte.-

-Bien, pero más te vale que me digas la verdad, Paúl Oliver Thomas.- La mujer veía muy seria a su hijo quien trago saliva al escuchar su nombre completo, suspirando empezó a contarlo lo que paso entre tanto Steven se removía algo nervioso los recuerdos de la reacción de los padres de Lars aún estaban frescos en su memoria en especial los de su madre.

El silencio del inocente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora