—Pues —guardo silencio —la verdad sigo sin entender a que debo tal honor —hablo después de algunos segundos escupiendo sus palabras con sarcasmo
—¿Honor?. En serio crees que te mereces tal cosa —dijo —además tus ironías están algo oxidadas ¿no crees?. Se que puedes ser mejor
—¿Mejor?, no basta con esto. Pero sí yo sólo estoy asombrado, tener a mis grandes héroes tan cerca
—Tú vanidad es bastante persistente ¿no?
—Vanidoso ¿Yo? —sono ofendido —jaja debo agradecerte por el halago. Mi ego ya se sentía algo desatendido —expresó esbozando una tonta sonrisaEl caballero de armadura gruño
—¡Maldita sea Dawson, que no puedes dejar de ser tan arrogante —su paciencia comenzaba ha esfumarze
—¿Irritado tan pronto risitos de oro?
—¡Tú maldito insecto! —grito señalandolo
—Como que haz acertado en lo de maldito ¿no? —su sonrisa se ensancho mostrándo sus perfectos y blancos colmillos.El joven de melena rubia cerro sus manos en puños. Antes de decir lo que pensaba una sutil y delicada voz lo interrumpe
—Ya, basta —demandó
—Sea cual fuera el patético motivo para está escena, les digo que solo han perdido tiempo y, más si pensaron que les ayudaria —gruño
—Porqué lo haces todo tan difícil —suspiro ella
—Acaso me ves con cara de idiota, en serio creyeron que por obra de arte los ayudaría
—Se vale creer en milagros ¿no?
—Como sí eso fuera a pasar —exclamo ladeando la cabezaLleno sus pulmones con todo el aire que podía y exhalo profundo, movio la cabeza negativamente. De su elegante vestido extrajo dos delicadas pulseras y exclamó:
—El enlace será utilizadoEl castaño abrio los ojos de par en par y grito:
—¡¿EL ENLACE?! —comenzó a moverse intentando desamarrar sus manos —¿Estas demente?, ni siquiera lo intentes
—Lo siento —susurro —este enlace será el conector entre ambos, esto hará que se mantengan unidos. tú y Dragonner deberán... ¿Dragonner?, mi nombre rebotaba como eco en sus bocas. las voces sonaban escalofriantemente cercanas y conocidas, podía sentir como de alguna rara forma eran parte de mi. Una y otra vez mi nombre, la voz que lo pronunciaba era tan familiar pero a la vez tan desconocida que me era imposible reconocerla.Dragonner... Dragonner... Dragonner... Observe a mi alrededor intentando descubrir de donde provenía esa misteriosa voz, cuando un grito logra despertarme bruscamente, recordandome que sólo era un sueño, un sueño más.
—¡SEÑORITA DRAGONNER! —desperte dando un brinco y cayendo de bruses al suelo, escuchando las risas de los demás estudiantes que no se hicieron esperar.
" Demonios" maldigo en mis adentros, escondiendo mi rostro atrás una capa de cabellera azulada
—Srta Dragonner —volvió a pronunciar la maestra, pero un poco más calmada —otra vez la encuentro dormida en horas de clase —su ceño se fruncio.
Me limite a observarla a través de los pequeños huequitos que dejaba cada mechon azul posado sobre mi rostro —es la vigesima quinta vez en está semana —*así que llevaba la cuenta* soltó aquella vocecita dentro mío
—Lo siento maestra —musite, mientra me incorporaba torpemente —es que tan sólo no eh tenido una buena noche y no eh podido descansar —intenté excusarme, infle las mejillas como una ardilla con nueces en la boca.—¿Tú?, es una broma verdad. Eres la chica más dormilona que conozco en la vida —soltó una voz masculina, que conocía a la perfección. Volteó la mirada, a lo lejos y, allí recostado por el marco de la puerta se encontraba él, Thiago Zimermman mi tonto mejor amigo de infancia.
—Tú cállate idiota —exclame, fulminandolo con la mirada.Él por su parte sólo sonrio. Su perfecta sonrisa de adonis había arrebatado unos cuantos suspiros de algunas chicas sentadas a dos sillas detrás de mi.
—Sr.Zimmermman ¿ya despertó el bello durmiendo de su siesta? —las silenciosa risas de los pupitres atrás mío aparecieron. La maestra comenzó a regañarlo por la llegada tardía. El sólo se excuso diciendo que el entrenador lo había llamado
—Creó que debo de hablar con el entrenador sobre esto —repuso la maestra
—No hará falta, esta será la última. Ya no habrá interrupciones —dijo zimmer un tanto torpe