La Pandilla

57 1 0
                                    

Leila y yo nos dirigimos al patio para encontrarnos con el resto de nuestros amigos. Como siempre había chicas mirándolos, pero no se puedo evitar, son muy atractivos.

El más alto y el que solía organizarnos para encontrar trabajo o para vengarnos de alguno que se pasaba con nosotros era Miguel, un chico moreno con unos ojos azules cuya mirada te atraviesa.

Miguel es un chico precavido que siempre piensa lo que va a decir antes de hablar. Es simpático y tranquilo, pero cuando se enfada nadie puede decir que sea así.

Lo precedía Gabriel, igual de alto que Miguel pero rubio y con ojos verdes, él nunca recibía un no como respuesta.

Gabriel es divertido, a veces algo borde pero siempre logrará sacarte una sonrisa, mientras seas mujer. A los hombres los trata con seriedad y con recelo, aún me sorprende que se lleve tan bien con los chicos de nuestro grupo, pero supongo que es normal después de lo que ocurrió el año pasado.

-Hola princesas nos saludó Gabriel con un guiño.

-Hola mi príncipe le conteste riéndome esperando la contestación de Leila.

-Hola Gabriel, ¿aún no tienes herpes genital? Contesta Leila con una sonrisa mordaz, bueno quizá sí que recibía algún que otro no, pero esos eran de Leila, su favorita y la reina del no.

-¿Qué tal estas Miguel, conseguiste aprobar informática? Dije acercándome hacia a él para finalmente sentarme a su lado.

-Sí, gracias por convencer a Leila para que me ayude, dijo sonriéndome mientras me ponía su chaqueta sobre los hombros para que dejará de poner mis manos heladas en su espalda caliente.

-¡¡Iriiiiiss, acompañamee a por un bocataaaa!!

-¡¡Ahora voy Leilaaaa, no grites!!

-¡¡No estoooy gritando!!

-Sí estas gritando, dije Felipe acercándose a nosotros tranquilamente.

Felipe es el último miembro de nuestro grupo, él es bastante serio y muy inteligente, pero si le tratas con amabilidad él te la devuelvo con una sonrisa muy tierna, eso y que detrás de esas gafas se esconden unos ojos grises que siempre consiguen impresionarme.

Tengo que decir que es el mejor profesor que he tenido hasta ahora, siempre consigue explicarme cualquier cosa, pero si intentas que te ayude a copiar en un examen, hará que pongas todas tus respuestas mal y más tarde si intentas vengarte te ignora y sigue como si no existieras.

-Leila tienes que dejar de torturar a Gabriel, sabes que esta colado por ti le dije sonriendo con malicia.

-Después de lo que dijo cuándo le pedí que nos describiera no, me dieron ganas de vengarme.

-Lo imagino contesté riendo.

Me esperaba esa respuesta, hace unos días cuando aún estábamos de vacaciones les pedimos a los chicos que nos describieran para hacer un test de Internet de como de atractiva eres para los hombres, (nos aburríamos, y nos apetecía reírnos).

Felipe dijo sólo lo físico, que Leila era albina y que tenía los ojos casi blancos, igual que su pelo, mientras que yo tenía el pelo castaño con un mechón de pelo pelirrojo y unos ojos castaños muy claros.

Le dijimos que no nos referíamos a eso riéndonos por el hecho de que se lo tomará tan literal y esperamos a que contestará Gabriel, sabiendo que Miguel nunca respondía a cosas así, temiendo que alguna se enfadara y se vengase, como solíamos hacer, aunque siempre con amor.

Gaby dijo que yo era tierna pero que podía llegar a ser realmente cruel e insensible, todo cierto, y dijo que Leila era pesada, gritona y tonta.

Lo que no dijo, es que Leila es realmente bondadosa, siempre lo pasa fatal cuando ve a algún hombre o mujer sin hogar.

Gaby sólo quería llamar la atención de Leila, pero es mejor no enfadar a Leila.

Cuando Leila y yo volvimos de comprar el bocata y observar un poco al nuevo profesor de educación física, que hay que decir no estaba nada mal nos decidimos a volver con los chicos.

-¿Habéis visto a la chica que ha venido a clase sin sujetador? Casi me abalanzo sobre ella. Como no, ese era Gabriel intentando poner celosa a Leila, a lo que ella contestaba de una manera ejemplar.
-Iris, recuérdame que le diga a ese profesor si quiere que le enseñe un par de trucos dijo sonriendo como una pervertida, pero a mí no me gana nadie a pervertida.
-Bueno, yo te lo recuerdo, pero antes él me tiene que enseñar que hay debajo de esa camisa y ya veré si te lo doy.

Y con eso comenzamos una discusión de ver quien se lo quedaba aunque ninguna de las dos haríamos eso, no solemos ir con el primero que pasa, aunque si son fiestas, es más difícil, pensé riéndome para mi adentros.

Ya sonaba el timbre, era hora de volver a clase.

PERDÓN POR HACER CAMBIOS EN LA HISTORIA CUANDO YA LA HABÍA SUBIDO, PERO ME DI CUENTA DE QUE FALTABAN ALGUNOS DETALLES, ESPERO QUE OS ESTE GUSTANDO. DISFRUTAD :3

Lo que toda persona sueñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora