Capítulo 2: Port Erin, Islas de Man

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Tras 1 día de viaje en el Endurance, llegamos por fin a la primera parada del viaje, Port Erin; pueblo costero de cerca de los 3.500 habitantes y con unas maravillosas vistas a su atardecer, gran clima que hacía y que pudimos contemplar con serenidad Hachiko y yo. El único problema que hubo al llegar fue el idioma, en las Islas de Man no se habla inglés, ni islandés, ni irlandés, ni ningún tipo de idioma que pudiera decirse que fuera de la zona, el idioma de estas islas tan preciosas es el idioma del manés un idioma que recuerda a otro aún más antiguo de Gran Bretaña, hablamos del celta, aunque según decían muchos esa lengua estaba ya muerta, la verdad es que no, y para colmo Port Erin o mejor dicho Purt Çhiarn es un nombre manés que quiere decir Puerta de Hierro.

Vamos, que por mi forma de entender el idioma es el puerto más importante de toda las Islas de Man, el hospedaje aquí fue muy bueno, con los brazos abiertos entramos Hachiko y yo en el puerto, y para que mentir lo de tener perros como amigos te lo puedes encontrar cada vez más y más entre las calles de Erin.

Bueno, que no me enrollo más el primero en recibirnos en este precioso puerto fue Pherick, un chico de 16 años de Port Erin y como dije anteriormente los perros en Port Erin son muy habituales así que junto a Pherick tenemos a su pequeña perra Paaie. Pherick la verdad es que hablaba muy bien el inglés y un poco de islandés así que nos pudimos entender a la perfección.

-Bienvenido seas a Port Erin inhóspito viajero, yo me llamo Pherick y junto a mí tienes a mi fiel compañera Paaie -dijo con ilusión de conocer a gente nueva.

-Hola Pherick, me llamo Larús y como puedes ver este husky tan bonito es mi compañero de aventuras Hachiko.

-Encantado de conoceros, y bueno..., ¿qué hacéis por aquí aventureros, alguna vez visitaron Erin? -dudoso preguntó.

- La verdad es que quiero partir a la aventura conociendo a gente y reflexionando de la vida y nunca he visitado Erin, pero de momento me parece muy buena localización.

-Bien Larús, acompáñame entonces, te enseñaré todos los rincones de Port Erin.

Nada más bajar del Endurance y salir del puerto nos encontramos en la playa de Erin y la verdad es que es fabulosa.

-¡Ves!, Larús, aquí conviven humanos con perros y animales a la perfección, las mascotas les gusta estar en esta playa y a los dueños también ya que es un sitio excepcional donde pasar el rato entre amigos, y amigos animales.

No pude articular una sola palabra de lo asombrosa que era la playa y sus vistas.

-Y eso de ahí -señaló el faro- ese es el faro que aún sigue funcionando con velas, espejos y lupas. Ahí Larús, si subimos esa gran montaña verás en el atardecer el gran horizonte de la Isla de Man, podrás darle vida a tus ideas y pensar junto a un espléndido atardecer.

- La verdad tiene pinta de estar bien vivir en este lugar -dije boquiabierto.

-Créelo que lo es, la temperatura aunque es algo baja en meses de invierno la playa no deja de rebosar todos los meses, y sobre todo, en atardeceres que el mar junto al horizonte naranja es lo más bonito que encontrarás jamás.

Continuamente Pherick, me llevó a la estación de tren.

- Bueno, Larús, ya hemos llegado a la estación y su contiguo museo de la estación, aquí puede ver que el trasporte más bonito de Islas de Man es el ferrocarril impulsado a vapor.

Y la verdad, lo que decía Pherick era verdad, ese color rojizo y negro de la locomotora y los vagones impresionaba, mientras echaba vapor.

Así es como para mí de momento, he encontrado la mejor isla bonita jamás vista en mi vida, y tras un día lleno de amor hacía esta isla tocaba partir de nuevo a la aventura, tocaba despedirse de aquel muchacho joven y lleno de tranquilidad.

-Fue un placer conocerte Pherick, me has llenado con ilusión en este mundo -dije emocionando.

-Espero verte pronto por aquí Larús, aquí tendrás una segunda casa no lo dudes.

-Gracias a ti por enseñarme Port Erin con el entusiasmo que has puesto, y espero encontrarnos de nuevo en algún lugar o incluso aquí de nuevo.

-Hasta pronto Larús -dijo también emocionado.

Puse de nuevo en marcha el Endurance y poco a poco nos fuimos alejando de esa bella costa en un atardecer precioso, nos vamos de nuevo a la aventura.

Al final del bordeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora