II

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'Pasando Matemáticas'

Ahí estaba Tara, con una bella minifalda, un top que apenas cubría sus pechos y sus amadas coletas. Estaba afuera de la casa de su profesora de matemáticas. Clases particulares.
Al reprobar todos los bimetres, tendría que tener clases particulares todo el verano, asistiendo al departamento de su profesora.
Cuando toca la puerta, una mujer no tan vieja de unos 28 años, salió a abrir con un vestido que le llegaba después de las rodillas, al ver la vestimenta de su alumna alzó las cejas.

- ¿Por qué estás vestida de esta manera? -le pregunta haciendo que pase.

- Porque me gusta. -responde Tara orgullosa.

Después de una hora de empezar con ecuaciones y muchas cosas más de álgebra, llegaba el momento de aplicar el plan que Tara tenía.
Mientras su profesora de nombre Liz estaba en su habitación por unas cosas que había olvidado Tara ya estaba caminando hacia la habitación de ésta. Al llegar se dio cuenta de que su profesora estaba en el baño. Así que se adentró a la habitación y cerró la puerta con seguro muy silenciosamente, pero para eso ya había salido Liz.

- ¿Qué haces aquí?

- Me preocupé y vine a buscarte.

- Pues, ya estoy, vamos necesitas estudiar mucho para pasar. ¿Por qué la puerta tiene el seguro?

- Porque necesitaba decirle algo, proponerle algo.

- ¿Eh? ¿A qué te refieres? Mejor bajemos y seguimos estudiando.

- ¿No quiere que hagamos algo más... divertido? - preguntó la castaña acercándose a los labios de Liz. La besó lentamente esperando la reacción de su maestra.

- ¿Pero qué haces? - Liz gritó tratando de separar a Tara. Esta no le contestó y en su lugar la volvió a besar.

En esta ocasión Liz le correspondió el beso, aflojó un poco su agarre y Tara aprovecho para acercarla más a ella. La espalda de Liz estaba ya tocando la pared.

- Tara esto está mal. - comentó suavemente Liz, mientras Tara le besaba el cuello.

- Está bien, si quieres que pare lo haré. - Soltó la castaña con un tono triste.

- Yo... - La mayor bajó la mirada avergonzada. - Quiero que sigas. - Subió nuevamente la mirada hacia los hermosos ojos de la castaña. - Por favor, continúa.

- Eso creí. - Dijo y volvió a besar su cuello.

Liz suspiraba cuando sentía los labios de Tara succionar un poco. Se volvieron a besar esta vez más apasionadamente, ambas necesitaban eso. Cuando se separaron Tara sintió la mirada de Liz sobre sus pechos, notaba que no tenía sostén y cómo estaban paraditos.

- Puede tocarlos. - susurró Tara llevando las manos de su maestra a su pechos. - Hmm. - soltó un pequeño gemido cuando sintió su toque, lentamente desabotonó los 4 botones de su blusa y los ojos de Liz se abrieron.

- Son muy lindas. - dijo tímidamente mientras le acariciaba los pechos. - Son firmes. ¡Ah! - Tara había metido una mano bajo el vestido de Liz, no traía puestas pantaletas.

Masajeo lentamente su vulva sintiendo lo mojada que estaba, comenzó a hacer círculos en su clítoris viendo como Liz cerraba sus ojos. Se agachó y subió su vestido. Le dio unos pequeños besos en las piernas y después uno en su monte de venus. No estaba completamente depilada sólo tenía los vellos muy cortos.

Abrió sus labios y dio un lengüetazo, sabía bien. Siguió masturbándola y cuando sintió que estaba lo suficientemente mojada metió un dedo.

-¡Aaah! Tara. - La maestra gemía mientras mantenía los ojos cerrados, ella misma masajeaba sus pechos por encima del vestido. - ¡Ah! ¡Hmm! - volvió a gemir sintiendo un segundo dedo entrando en su vagina.

Tara metía y sacaba los dedos mientras succionaba su clítoris con la boca, en el interior abría sus dedos. Sentía cómo el cuerpo de Liz temblaba, estaba apunto de llegar. Sonrió y se puso de pie.

-¿Por qué paras? - preguntó una confundida Liz con las mejillas sonrojadas y respiración agitada.

- Todo a su tiempo, linda. - dijo Tara suavemente mientras la llevaba a la cama de su maestra.

La sentó al borde y al inspeccionar la cama se dio cuenta del vibrador que se encontraba ahí y las pantaletas. - Así que... esto es lo que hacías. - comentó levantando una de sus cejas y tomando el control del vibrador. Liz sólo sonrió tímidamente.

Tara acostó suavemente a Liz sobre el colchón y tomó el vibrador. Le dio una lamida y se lo metió. - Quiero que esto se quede ahí ¿De acuerdo? - su voz sonaba demandante. Liz sólo asintió. Tara tomó las pequeñas manos de Liz arriba de su cabeza y con su mano las mantuvo ahí. Con su otra mano tomó el control y presionó un botón, se comenzó a escuchar la vibración de este dentro del cuerpo de Liz.

Liz gemía y cerraba los ojos, disfrutando del juguete dentro suyo. Mientras tanto Tara la veía entretenida, masajeaba sus pechos por encima del vestido y daba algunos besos por su cuello.

-¡Ah! - Liz gemía fuermente, estaba de nuevo a punto de llegar al orgasmo. La castaña al notarlo bajó su mano masajeando un poco su clítoris, ayudándole a llegar más fuerte y más rápido. - ¡Tara! ¡Ah! - Liz había llegado al orgasmo pero eso no detendría a Tara. Tomó el control y presionó otro botón, aumentando la velocidad del vibrador. - Hmmm.

El cuerpo de la mayor aún temblaba por el orgasmo anterior, necesitaba descansar, pero Tara no se lo permitiría. Soltó lentamente los brazos de la mayor y llegó hasta su vulva de nuevo, tenía jugos chorreando, se aseguró de lamerlos todos y siguió chupando, escuchaba cómo gemía fuertemente, necesitaba que llegara al segundo orgasmo.

Subió y besó a Liz lenta y apasionadamente, subió su vestido para retirarlo y besó sus pechos, eran pequeños en realidad pero el placer que le daba a Liz era bastante.
Besó lentamente cada uno, masajeaba los pezones y les daba unas pequeñas mordidas. Parecía que eso volvía loca a la mayor. Los pellizcaba un poco y luego los chupaba, bajó su mano y le dio unas palmadas a su vulva. Liz sin poder aguantar más se corrió por segunda vez. Gimió fuertemente y todo su cuerpo tembló.

La castaña sonrió y tomó el control, apagó el aparato y lentamente lo sacó de su interior, lleno de fluidos lo lamió gustosamente hasta dejarlo limpio. El cuerpo de su maestra aún temblaba, necesitaba descansar un poco. Lamió toda su vulva sin dejar jugos y la besó dejando que probara un poco.

La respiración de Liz seguía agitada, sus mejillas estaban rojas por completo, sus ojos cerrados y su cabello corto alborotado y algo sudoroso. Cuando abrió sus ojos cafés, Tara la miró.

- Creo que eso es suficiente para que me aumente la calificación. - susurró en su oído. Dejando un beso corto en su mejilla. - A menos que quiera más.

- Con una condición. - le contestó la mayor girándose para verla a los ojos. Tara asintió. - Que vengas a una clase más. - Tara hizo una mueca. - y me dejes probarte. - la castaña al escuchar eso sonrió y se puso de pie.

- Nos vemos la próxima semana, maestra. - diciendo esto salió de la habitación, tomando su top.

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⏰ Última actualización: May 31, 2021 ⏰

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