Luces

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Hoseok




Las luces de las cámaras y el sonido de ellas al presionar aquel botón me empezaban a molestar, el flash dando directo a mis ojos me lastimaba pero ese dolor podía soportarlo a comparación al que cargo desde que pasó eso.

Unas cuantas fotos más y pudimos retirarnos para así poder cambiarnos de ropa y afinar nuestras voces, el día del concierto había llegado y con ello la esperanza de poder hacerlo bien.

Me senté en donde me indicaron, esperando pacientemente a que llegara la hora de hacerlo, escuchaba como Jin y Jungkook afinaban sus voces que parecían perfectas, sus voces de alguna manera me relajaron un poco y así me permití ensayar yo también.

Comencé tarareando pero cambié de canción en el instante, en lugar de ensayar la que presentaríamos comencé a cantar Ddaeng, de alguna forma me gustó hacerlo.

Escuche una segunda voz que continuaba la canción, alcé la mirada y encontré a aquel chico que parecía un gato todo el tiempo.

- Gran canción.

- Es obvio que es una gran canción.

- Me gustaría presentar esa, en ella no nos movemos mucho.

- También me gustaría pero no se puede, además tenemos que hacerlo.

Me mostró su pequeña sonrisa y sento a mi lado, me acomodé mejor para hacerle más espacio y escuche el suspiro que soltó, ya sabía a dónde iría ésto.

-¿Cómo van las cosas con Jimin?

- Bien, la semana pasada lo lleve a la pista de hielo.

- ¿Se lo dijiste?

- No. Creo que aún no es el momento.

- El momento llegará solo esperalo.

- Lo hago con ansias.

- Lo sé.

-¿Cómo estás tú?

- Estoy bien.

- No lo estás.

- Claro que sí, mírame estoy bien.

- Puede que me muestres esa sonrisa pero yo sé que esa sonrisa es falsa porque por dentro te estás derrumbando.

- A veces me gustaría que no me conocieras demasiado.

- Lástima que lo hago. Hoseok se lo que está pasando, no te lo guardes.

- No lo hago.

- Claro que lo haces.

- La única forma en que puedo sacarlo y sin que nadie más que tú lo noté es en mi baile.

- Sabes que esa no es la única forma, me tienes a mi.

- Lo sé y lo agradezco pero siento que está vez puedo hacerlo solo.

- No puedes, te estás derrumbando.

- El que mi mundo se esté desmoronando no quiere decir que con ello se vaya mi esperanza.

- Esa nunca la perderás.

Le mostré una pequeña sonrisa y sentí como se recargaba en mi, eso solo decía que dormiría y yo sería su almohada otra vez.

- Enserio dormirás.

- Falta mucho para que nos presentemos, tengo que aprovechar.

- Sin duda eres un gato.

- No lo soy, ya te he dicho que no tengo nada parecido a uno así que no lo menciones y déjame dormir.

- Tu duerme, te levantó cuando nos toque.

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