2; 𝐝𝐞𝐮𝐱.

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—— 𝖒𝖞𝖘𝖙𝖎𝖈 𝖋𝖆𝖑𝖑𝖘

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—— 𝖒𝖞𝖘𝖙𝖎𝖈 𝖋𝖆𝖑𝖑𝖘. ——





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—Y su firma aquí. —señalo el abogado mientras yo firmaba la ultima casilla del documento de emancipación.—eso seria todo señorita Delvaux. —me sonríe pero a mi no me da la fuerza para devolvérsela, por ende solo le doy un asentimiento de cabeza, se levanta y yo lo guío hasta la puerta para luego cerrarla.

Inhalo fuertemente para contener las ganas de llorar y vuelvo al sillón para acostarme

Luego de que la policía llegara y tomara mi declaración se abrio una investigación por desaparición, una vez analizaron la sangre que había en mi casa y vieron que coincidía con la de mi abuela, esta investigación cambio a ser una de homicidio y por ende ahora lo que buscaban era su cuerpo. Claramente no la encontraron ni tampoco algo util a lo que poder aferrarse.

Es así como un 28 de febrero tuve que enterrar un ataúd vació y llorar la supuesta muerte de Gramellia Delvaux, la única persona con vida que podía cuidar de mi y mi segunda madre.

Esto nos lleva al presente. Desde la casi muerte de Gram cuando yo tenía 13, hemos preparado un plan B para que yo pueda continuar mi vida "normal", un documento que asegura me puedo cuidar por mi misma y que mi custodia solo me pertenece a mi.

Unos golpes en la puerta llaman mi atención. Me levanto a duras penas y seco las lagrimas que sin permiso salieron mientras abro la puerta para toparme con mi profesora de matemáticas y un contenedor de plastico con lo que parece es sopa.

—¿Puedo pasar? —yo asiento y me hago a un lado. La guío hasta la sala de estar y mientras yo me siento en el sofá ella se sienta en los mini sillones de enfrente.—Supe lo de tu abuela... Cariño lo siento mucho.

Me trago el nudo que se formo en mi garganta y asiento.—Si... gracias. —seco una lagrima que cae rápidamente.

—Hable con Ally Stevens, me dijo que ella es quien te esta entregando los apuntes y todo eso. —se relajo sobre el sillón.

—Si... la escuela me dio unas semanas para estar en casa, de todas formas no volveré. —sus ojos se agrandan. —voy a mudarme, señorita Moore.—le aclaro y ella se relaja un poco.

—Amanda.—me corrige.—si ya no voy a enseñarte matemáticas... ¿a donde te vas?

—Desde que tengo memoria mi abuela hablaba sobre un pueblo en virginia, Mystic falls. Semanas antes de su desaparición, me hizo prometer que si algo le pasaba yo iría hasta alla. —subo mis piernas al sofá. —ya no queda nada para mi aquí así que...

Amanda me mira confundida.—¿por que dices eso?

—Perdí a mis padres a los 10, mi abuelo a los 11, mi mejor amiga a los 14 y ahora... la única persona que me quedaba desapareció y la dan por muerta —mi voz se quiebra. La frustración me llena al mismo tiempo que la rabia. Esto es demasiado injusto. —créame, señorita Moore, no queda nada aquí para mi, nada más que dolorosos recuerdos de lo que alguna vez fue mi felicidad... necesito irme. Necesito el cambio.

—Entiendo... —me mira apenada. —bueno Bliss, si alguna vez estas de vuelta en la ciudad y necesitas algo... lo que sea no dudes en buscarme ¿si? —se levanta de su asiento y yo hago lo mismo. Extiende sus brazos como señal de que me quiere dar un abrazo y yo me dejo. —espero encuentres todo lo que busques y necesites en Mystic Falls.

Yo también lo espero. pensé






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Termino de empacar mi ropa y cierro la maleta para luego bajarla de la cama y dejarla a un lado de la puerta. Fue al mismo tiempo que la dura tapa de esta golpeo a un lado de la puerta que escuche lo hueca que sonaba la pared.

Me acerque con la mano cerrada en forma de puño y di leves golpes en la pared para comprobar lo que antes ya había oído. Hueco. Un sonido hueco.

Corro a la cocina para buscar algo que me sirva de palanca, un cuchillo parece la mejor opción. Tomo este y vuelvo rápidamente al cuarto, inserto la filosa hoja de metal entre las tablas de madera y luego de un rato tratando de soltar estas lo logro, dejando al descubierto lo que parece un viejo libro lleno de polvo, junto a una caja de madera.

Tomo ambas cosas en mis manos y las saco del hueco para posteriormente dejarlas sobre la cama. Le quito el polvo al libro y abro este en la primera página.

Familia Delvaux.

Sigo moviendo cada página mientras trato de entender toda la información en estas, pero hasta ahora nada tiene sentido. Dejo el libro a un lado y tomo la caja que se encuentra cerrada con un candado.

—Mierda... —murmuró y vuelvo al hueco para buscar alguna llave, pero no encuentro nada.—bien... sera un problema para la Bliss del futuro. —guardo las dos cosas en una de las maletas y sigo sacando ropa y más cosas para guardar.



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Luego de unas largas cuantas horas de viaje en avión, me bajo del taxi y junto a todas mis maletas saludo a la vendedora de la casa.

—Gracias.—le digo al taxista luego de pagarle.

—Bien Bliss, tu abuela fue muy especifica cuando me dio la descripción de lo que quería y esto fue lo más cercano que encontré. —señala la casa gris de madera con dos pisos, bastante espacio y ventanas. —y tienes por supuesto la maravillosa vista de el lago.

Eso era otra cosa que agregar. Aparentemente mi abuela tenía gustos muy especificos al como quería que fuera mi vida desde ahora, por suerte, o desgracia, la mayoría de las personas en Mystic Falls solo pasan sus vacaciones aquí, por ende, nada de vecinos hasta el verano.

La vendedora llamada Sophie me ayuda a llevar todas las cosas adentro y me topo con algunos muebles de mi antigua casa.

—Llegaron hace un par de horas, trate de acomodarlos como pensé que te gustaría, espero no te moleste. —la expresión de su cara me causo un poco de gracia.

—Así... así esta bien, gracias. —le sonreí mientras dejaba la ultima maleta a un lado de las escaleras.

—Ok... entonces volveré el lunes en la mañana con los papeles finales y luego de eso la casa sera definitivamente tuya, pero aquí están las llaves en todo caso. —me entrega un juego de llaves y luego de despedirse se va cerrando la puerta detrás de ella.

Suelto un gran suspiro dejando que todo el aire de mis pulmones salga y camino hasta el sillón para dejarme caer en este.

Todo estaba pasando demasiado rápido y se sentía como si no pudiera mantenerme al paso.

—Siempre tuviste buen gusto, Gram... —le hablo a la nada mientras miro el techo. —Espero que de verdad hayas tenido razón al mandarme al otro lado del continente...

 —Espero que de verdad hayas tenido razón al mandarme al otro lado del continente

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𝐅𝐢𝐫𝐞. - Stefan SalvatoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora