1.- Es tan confuso y extraño

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Afuera del salón principal hace un precioso día, el verano es mi estación favorita del año porque puedo refrescarme en los ríos cercanos, comer postres helados y dibujar sin ser regañado; sin embargo, debo estar sentado en esta sala sofocante por horas, con la boca cerrada, mientras observo como mis padres reposan en esos rectándolos de piedra. Seguro es muy incómodo para ellos, pero deben estar más frescos que los demás porque son los únicos que tienen sacos con hielo al rededor.

Aspiro con fuerza para meter más aire y así refrescarme. Termino por arrugar la nariz ya que por la sala hay un olor nauseabundo. Mi hermano me aprieta la pierna con fuerza y me concentro solo en el dolor.

—Hermano, ¿por qué todos están callados?, tengo miedo —dudo un momento antes de agarrar la tela negra— Hermano, ¿por qué padre y madre están dormidos y yo tengo que estar aquí? —jalo la manga del brazo grueso, rígido, ahora que me atrevido a preguntar con un tono de voz más alto.

—Huaisang, cierra la boca.

La sentencia se escucha por todo el salón.

Sobresaltado, abro mis los ojos en sorpresa, no puedo creer que mi querido hermano me reprendiera frente a todos. La expresión adusta en su rostro me asusta, ni la mirada lastimera que le ofrecía hacia cambiar el ceño fruncido de esas cejas espesas, pobladas de un pelo negro. Mi rostro infantil se arruga después de un momento, mis labios vuelven una línea recta por la presión y al final mis lloriqueos salen, como si el que me gritaran fuera para peor tragedia del mundo.

Mis gemidos se prolongan en toda la ceremonia. Nie Mingjue me ignora. A mí, que soy su pequeño hermano. Lo observo concentrado en su papel de futuro líder. Aunque deseaba llorar en silencio, mis chillidos se hicieron más profundos con el objetivo de despertar a mis padres y regañaran a Mingjue; no obstante, ellos no despertaron y el corazón empezó a dolerme. No sé cómo explicar el por qué lloraba, pero el rostro apagado de los invitados indicaba que tenía su consentimiento. Mi hermano se escondía en una expresión dura, carente de emociones; sin embargo, ¿qué expresión podía esconder yo, un niño de diez años?

—Huaisang, ven —demando Mingjue abriendo los brazos después de que la ceremonia estuviera a punto de culminar.

No me hago de rogar y salto a los brazos de mi hermano, me aferró a su cuello con ambas manos y mis gemidos se atenúan ahora que escondo el rostro en su pecho, mi lugar favorito. Mingjue se limita a cargar mi cuerpo rechoncho con un brazo mientras terminan de presentar sus respetos el último clan de todas las familias de líderes que había asistido.

—Mis más sinceras condolencias. El clan Lan colaborará si necesita algo —declara Lan Qiren inclinándose un poco.

—Mis más sinceras condolencias —continua Lan Xichen que junta sus manos e inclina su cuerpo, imitando a su tío lo mejor posible.

—Lo tendré en cuenta —Mingjue contesta. Sus ojos observaban al joven líder Lan.

Escuche que hace un par de años atrás los líderes del clan Lan fallecieron. Que su heredero era tan joven y que tenía como guía a su tío Lan Qiren, el hermano de su padre. Desde entonces el clan Lan dejó de participar en eventos sociales y yo ya no he tenido que saludarlos como siempre insistían mis padres.

—El pequeño Huaisang parece dormir —señala Lan Xichen.

Los ojos me pesan, pero no estoy dormido y con un poco de esfuerzo me desperezo.

—Lo mejor sería llevarlo a descansar —sugirió Lan Qiren.

Lan Xichen hizo una ademan de querer cargarme. Mingjue frunce el ceño y me abraza con más fuerza.

¿Debo ser tu omega?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora