➹ Especial KookMin ➷

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-Mueve el trasero Beomgyu o llegarás tarde - grito Jungkook desde la puerta.

-Ya voy, no jodas tanto - murmuró de mala gana y bajó corriendo las escaleras hasta Jungkook.

-Más respeto, mocoso.

-Sí, sí, vamonos ya - el mayor rodó los ojos y ambos subieron al auto para ir al colegio del menor.

-La profesora de matemáticas jura que reprobé el último ejercicio por que me estaba copiando - bufó.

-¿Y te estabas copiando?.

-no, solo me quede mirando a Taehyun como idiota por que se veía tan lindo concentrado y la vieja idiota creyó que le estaba viendo el ejercicio - el mayor rió como loco por varios segundos.

-Tu solo eres un idiota - suspiro - llegamos.

Ambos bajaron del auto entrando al colegio donde estudiaba el más joven, caminaron unos pasos, hasta cuando Beomgyu se escondió un poco detrás de Jungkook al ver como el grupito de Ren se encontraba riendo en una esquina.

-¿Quienes son ellos Beomgyu? - pregunto Jungkook al ver como estos se callaban y miraban a Beomgyu.

-Unos idiotas.

-¿Son ellos de quienes me habló Yeonjun?

-Sí - levanto los hombros sin darle mucha importancia.

-Pobres ingenuos - susurró y se detuvo a unos pasos de ellos mirándolos aterradoramente. Ren y los otros carraspearon incómodos y algo asustados, se susurraron algo y caminaron a otro sitio - imbéciles -sonrió de lado y antes de girarse por completo para seguir caminando, un chico tropezó en seco contra su espalda. Jungkook no se movió ni un centimetro, pero si escucho como el contrario caía al suelo y tiraba algo al piso.

Se giro de forma rápida y miro al chico que había tirado al suelo.

Oh por Dios...

¿Estaba soñando?.

Si era así no quería despertar.

El chico, era simplemente la cosa más hermosa que sus ojos han visto. Ojos chiquititos, con un precioso color negro, nariz afilada, sus mejillas parecían lo más hermoso que había visto en la vida y unos singulares y apetecibles labios gruesos.

Tenía que tener a ese chico en sus brazos.

-Oye, te agradecería si hicieras algo más que mirarme como tarado - habló el chico y allí fue que despertó de su ensoñación.

-oh si, perdoname - se agachó un poco y le tendió su mano, ayudó al chico a levantarse, demoró unos segundos sin soltar su mano y este al percatarse frunció el seño y la apartó con cuidado.

-Me debes un almuerzo, conejo - habló divertido refiriéndose a sus dientes delanteros algo grandes, sonriendo un poco al ver como el chico lo veía embobado - me tiraste el que pensaba comerme. Debes de regalarme otro almuerzo.

-Te regalo hasta el cielo si quieres...

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The Purge (doce horas para sobrevivir); BeomHyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora