Capítulo 8

495 65 17
                                    

Las últimas semanas había estado evitando toparme con el príncipe, seguía pensando que lo mejor era dejarlo así, sin que él me dijera nada. Es exagerado, lo sé, pero es algo que no puedo evitar. Sabía que algún día tendría que pasar, era obvio y aún así, esperaba que ese maldito día no llegara.

Subí a mi balcón, con la intención de ver si él se encontraba a la vista, pero no estaba. No es que me molestara, yo también he estado evitandolo, ambos rompimos una promesa. Ya habían pasado 2 semanas, y aún nadie se atrevía a hablarle al otro. Comenzaba a extrañarlo, quería ir con él y decirle que estaba listo para lo que me tuviera que decir, pero tan sólo sería una vil mentira.

Me senté en la silla que estaba cerca de mi, admirando el cielo que poco a poco se tornaba oscuro, suspiré pesadamente. Esos pensamientos no dejaban mi cabeza, deseaba con toda mi alma verlo, volver a sentirlo cerca de mi, abrazándome, quiero que sea para mi, y yo quiero ser para él. Por otro lado, no quería afrontar la realidad, era cierto, quizá nunca podría estar junto a él. Era alguien demasiado inalcanzable. Al menos para mi.

Mis ojos ardían, por el viento que pegaba en mi rostro y hacía que todo mi cuerpo se congelara, ya no quería sentir esto, deseaba simplemente olvidar todo, olvidar lo que una vez fue amarlo, sentir algo por él. Pero al mismo tiempo, aún anhelaba tenerlo a mi lado, era contradictorio. Sentí la brisa colarse abajo de mis ropas, haciéndome sentir aún más frío, mi nariz congelada solo respiraba aire helado, prefería mil veces el frío. Sentir como quemaba mi piel. Me gustaba.

No se cuando, ni por qué, pero sentí lagrimitas salir de mis ojos, me los limpié, pero estas seguían saliendo. Reí, ¿de verdad estaba llorando por algo tan estúpido? Al parecer, no era tan fuerte como mi mamá decía que era. No era tan valiente, era más un cobarde, que huía de sus sentimientos, siempre que podía.

Decidí levantarme de mi lugar, listo para entrar a mi habitación y, eventualmente, quedarme dormido. Pero un ruido me detuvo, al principio me asusté, pensando que habían herido a alguien, porque sí, sonó como un grito de socorro, pero no había nadie. Por instinto, subí mi cabeza, para ver al balcón que yacía en el castillo real, y ahí estaba. Desesperado. Gritando mi nombre.

Sonreí amargamente, le hice una señal con la mano para que supiera que lo escuché y él me hizo una señal, invitándome a ir a su palacio. Me negué, poniendo de excusa que tenía que ayudar a mi mamá. Pero el seguía insistiendo, seguía y seguía diciéndome que tenía que ir. ¿Por qué tendría qué ir? Es una emergencia, pensé. Pero ¿y si no? Tan solo me haría más daño viéndolo de nuevo.

Resignado, suspiré, asintiendo, diciéndole que ahí estaría, que me diera unos minutos. Me aliste con la poca ropa que había ahí, cepille un poco mi pelo, y bajé a la sala de mi casa. Ahí estaba mi madre y mi padre, viéndome expectantes, como si tuviera que darles una gran noticia.

-¿A dónde vas?-. Sonrió mi mamá.

-Si ya sabes a dónde voy por qué preguntas mamá-. Le respondí rodando los ojos.

-Muchachito malcriado, tengo todo el derecho de preguntar-. Me vio con esos ojos, regañadores.

-Ah...voy al castillo-. Dije en un murmuro.

-¡Excelente! Mandale estas galletas a Mikoto, por favor-. Dijo entregándome una canasta con varias galletas.

-¿Es en serio?-. La vi incrédulo.

-Pues si-. Sonrió-. Ahora vete, vete que tu futuro esposo te espera-. Me empujó, sacándome de la casa, básicamente.

Cansado, tomé la canasta que me dio mi madre y a paso lento, me dirigí al palacio. Algún día llegaría ¿no? No es que fuera el fin del mundo. No es que me fueran a ejecutar o algo parecido. Tampoco que me fueran a castigar. Pero entonces ¿por qué tenía miedo? ¿Por qué estaba temblando?

Monarch Savior(Sasunaru Mini Fic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora