Capítulo VII - Declaraciones (parte uno)
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Las gotas se deslizaban bruscamente por el paraguas de color negro que sostenía entre su mano; luego por la manga larga de su tapado. Sostuvo un ramo de rosas blancas durante todo el recorrido bajo la lluvia, pero ahora encontrándose frente a la lápida que tanto buscó, lo dejó caer justo a un lado de la foto de una encantadora mujer.
― Hola, mamá. ―Susurró con suavidad.― Se me hizo un poco tarde, pero aquí estoy. ―Miraba la foto encima de la lápida. ― Hoy es tu cumpleaños, ¿Cierto? aún no se me olvida. ―Se puso de cuclillas, aún sabiendo que iba a ensuciarse. ― Estas solían ser tus rosas favoritas, por su "Aroma a esperanza" ¿No?. ―Sonrió de lado. ― Aunque espero y no te moleste recibir el mismo regalo todos los años. ―Paso su mano por la mojada piedra de la tumba.
Su teléfono celular comenzó a vibrar dentro de su bolsillo, acompañado de una música predeterminada de despertador; aunque para él, era un simple recordatorio. Tenía que ir a clases en unos minutos.
― Se me está haciendo tarde. ―Suspiró suavemente y sus ojos se entristecieron. ― No imaginé tener tan poco tiempo. ―Acarició el vidrio que lo separa del momento capturado en papel, llevándose algunas gotas de agua consigo. ― Si papá está contigo, abrazalo por mí. ―Sus ojos se cerraron tras mencionar estas palabras. ― Nos vemos, Kuchel.
El cuerpo de su padre nunca había sido encontrado, tanto el Velorio como el funeral jamás se llevaron a cabo; hacía más de 17 años que no se sabe nada sobre Stephen.
"Ellos no fallecieron como todos hicieron que creas".-Lo que Danae mencionó solo podía significar dos cosas; su Padre aún seguía con vida o él junto con su madre fueron víctimas de homicidio. Y aunque no lo quiera, la segunda opción era más probable.Su paso se aceleró al abandonar el cementerio, el cielo parecía enfurecer; la tormenta era torrencial. La neblina le dificultaba ver a sus alrededores, pero simplemente continuaba su recorrido sosteniendo firmemente su paraguas.
Entre medio del casi invisible panorama pudo distinguir una figura bastante conocida, se sintió forzado a acercarse y comprobar de quien se trataba. Y allí estaba ella, cargando su pequeña mochila en sus hombros mientras mantenía un buen ritmo en su caminar.― Mikasa. ―Llamaba Levi; chasqueó su lengua al no recibir una respuesta. ― ¿Estas sorda, Mocosa? Te estoy hablando. ―Continuaba sin ser respondido.
― ¡Oe! ―Aceleró el paso, para caminar a su lado. ― ¡Maldita sea pequeña ingrata, responde de una vez! ―Sacudió su hombro, irritado.
Ella dio un brinco y llevo una mano a su pecho. ― ¡Idiota! ―Cerró sus ojos y dejó escapar una bocanada de aire. ― ¡No me asustes así! ―Se quitó un auricular para poder oírlo.
Él chasqueó su lengua y soltó su hombro de forma brusca, luego desvió su mirada a otro lugar, molesto. «Que temperamento» Pensó Mikasa.
― ¿Vas a hacerme pausar mi música para no decirme nada? ―Dijo Mikasa, quien ahora también se molestó.
― No quería decirte nada especial ―Volvió a mirarla, con intención de calmarse. ―, Pero no me dejes hablando solo como un infeliz.
― ¡No fui capaz de oírlo, Caballero! ―Reprochaba Mikasa, alzando un poco la voz.
― ¿Que tan alto quieres que te hable, entonces? ―Preguntó acercándose, sus ojos parecían desafiarla. ― Estaba gritándole a tus oídos, Mocosa.
― Estoy escuchando música, Levi. Ya hay una banda gritándole a mis oídos, cariño. ―Frunció el ceño, acercándose de igual forma.
Tanto Levi como Mikasa giraron en lados contrarios, cruzados de brazos, murmurando insultos el uno para el otro ―Mikasa repetía "Enano enojon" en su cabeza, hasta sentirse satisfecha ―. Aunque sin poder evitarlo, ambos se veían por el rabillo del ojo cuando caminaban algunos pasos; ellos estaban conscientes de que estaban peleando por una estupidez. Levi acercó cautelosamente su brazo hasta ella, dejando que el paraguas que sostenía evite que ella se mojara. Mikasa no lo resistió más y una risa escapó por la comesura de sus labios, aquel sonido alarmó a Levi, giró su cabeza para mirarla.
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𝘎𝘓!𝘛𝘊𝘏 - ❝𝓡𝙞𝙫𝙖𝓜𝙞𝙠𝙖❞
Science Fiction¿Ellos? Son meros desconocidos. Sí, totalmente ignorantes sobre la vida del contrario. Entonces, ¿A qué se debe esa intensa sensación que prevalece en sus corazones cada vez que cruzan caminos? La respuesta exacta continúa siendo un verdadero enigma...