"Martes, imponentemente se postra el astro de luz sobre el cielo y se esconde aquella mujer blanca que acompaña a todos los desconsolados y ellos, sin más, le cuentan su penas en la fría oscuridad. Porque la noche es así, fría, te eriza la piel, te calcina los huesos, te hace doler el alma.
Horacio se encontraba en el balcón, fumando su quinto cigarrillo, sus ojeras regalaban el indicio de que pasó la noche en vela, más sin embargo, esas ojeras no le pertenecían, pues tenían el nombre de alguien más grabadas.
Horacio entró a la habitación, la contempló; libros, papeles, cuadros, lápices, lámparas, cenizas, había de todo en el suelo y sobre la cama, se encontraba Frida, desnuda, hermosa, su cabello castaño caía en cascada sobre sus hombros, sobre su caudal en forma de marcadas clavículas. Los rizos de luz caían desde la ventana hasta su rostro, develando unos ojos color miel, fruto de abejas; unos ojos que ni la misma Afrodita poseyó.
- No puedo estar aquí - articuló Horacio hacia Frida, que recién despertaba. - ¿ Por qué amor ? - respondió inocentemente. Horacio caminó desde el balcón hasta la cama y se acostó junto a Frida, y continúo - No puedo estar aquí, la habitación es muy fría -, desconcertada, Frida esbozó:
- Cierra las ventanas entonces, a veces eres muy dramático. - Ella esperaba una sonrisa, pero el rostro de Horacio estaba sin vida, gris.
- Me queman tus besos , me raspa tu piel, tu belleza me destruye. - dijo Horacio con tal sinceridad, que Frida sintió un sismo en su palpitar; no hubo respuesta. Permanecieron en un denso y pesado silencio, hasta que sutilmente, Horacio complementó: - Sabes que soy como la vida, cambiante. Como un niño, indeciso, y soy humano, por lo que siempre quiero algo más - . Frida estaba pasmada, sentía miedo, sus ojos diluvieron, abrió sus labios y sacó de su garganta : - ¿ Qué es lo que quieres que no te haya dado ya ? - Horacio humedeció sus labios, - Queremos lo que no podemos tener- le dijo observándola directo en la pupilas. - Pero ya me tienes , amor, ¿cuál es el problema entonces ?- respondió Frida piadosamente. Horacio se levantó de la cama en la cual estaba postrado, caminó hacia el guardarropa para tomar su abrigo , se giró y le dijo fríamente - Exacto cariño, ya te tengo. Ese es el problema.- Horacio se dio media vuelta y salió de aquella habitación , quizás por unas horas, por unos días; quizás salió de aquella habitación para siempre. "
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Vista al interior
RomanceCompilado de historias de poca duración. Cada una de ellas se desenvuelve de manera diferente, llegan a ser confusas por la manera en que están redactadas pero se debe simplemente a mi carencia de imaginación cuando de etiquetar al personaje con un...