Inside my mind/Dentro de mi mente.

Capítulo 6: Mente de mierda.

"Diablos." Pensaba. "¿Cómo puede hacer esto? Es un tipo bastante inteligente, probablemente más que yo... Tengo que hacer algo, y rápido."

Dejé la nota en mi casillero y proseguí mi día como si nada hubiera ocurrido, pues, según yo, era la mejor manera para que el tipo no supiera que ya había leído la nota.

Cuando salí de mi clase de Literatura, me encontré a Lucy en el pasillo.
Si no fuera por eso, me habría olvidado de ella.

-¡Matt! -me gritó.

-Eh, Lucy... ¿Cómo sigues? ¿Mejor?

-Si, si, supongo... Tampoco lo conocía mucho que digamos, sólo estaba algo... Fuera de lugar. -me dijo, algo seria.

-Lo importante es que estás bien, ¿No? -le dije mientras le sonreía.

A pesar de todo lo que había pasado, no podía olvidar mi amor por ella.

-Si, gracias. A veces puedes ser lindo, idiota.

-Yo toda la vida he sido idiota y lindo, joder. - le dije.

-Si, claro... -me dijo sarcásticamente.

-¿Y cómo te va con Ethan? - le pregunté, pues me interesaba un poco.

-Perfecto. Lo amo, creo que es lo mejor que le ha pasado en la vida. -dijo alegremente.

-Hahahaha, que alegría, mujer. -le dije hipócritamente.

"Nota mental: Después de matar al idiota de J tengo que matar al imbécil de Ethan." Me dije a mí mismo.

-Pero bueno... -dijo Lucy.- Ya han acabado las clases. ¿Quieres que te acompañe a casa?

-¿Qué eso no lo debería decir yo? - le dije riendo.

-No, tú eres la mujer en ésta amistad. -me dijo, también riendo.

"Amistad..." Pensé.

Y la acompañé a casa, platicamos demasiado y se me olvidaron mis asuntos.
Llegamos a casa y nos despedimos, nada más.
Seguí caminando a casa, casi corriendo, pues no quería que mi madre se enfadase.

"Diablos. Hace algunos meses tendría miedo al caminar por estas calles." Pensé "Pero ahora, soy más poderoso que cualquiera en ésta jodida ciudad."
Que imbécil.

Llegué a mi casa con esos aires de superioridad.

-¡Ya llegué, mamá! -grité al llegar y mientras iba subiendo las escaleras.

-¡Ahorita que te cambies baja a cenar! -me gritó mi padre.

-¡Es muy temprano para cena! -le grité.

-¡Pero muy tarde para comida! -escuché a mi madre y a mi hermana gritar.

Sólo reí.
Llegué a mi cuarto y aventé mi mochila a mi cama. Me senté de golpe en mi silla y prendí la computadora.

"Un nuevo mensaje de nuestro querido J" pensé al verlo.

"Dejémonos de estupideces." Dije. "¿Quieres jugar rudo? Juguemos, cabrón."

Saqué mi celular y le marqué a mi primo Dean. El maldito era un genio de la informática.

-¡Dean! ¡Primo!

-¿Matt? Hace tiempo que no hablamos...

-Si, amigo, lo siento. Y lo siento pero te pediré un gran favor. ¿Qué tan bueno eres rastreando IP's?

-El mejor.

-Perfecto. ¿Quieres venir a mi casa a comer y pasar el rato?

-Si, está bien, ¿No hay problema con mis tíos?

-Espera. -le dije mientras apartaba el celular de mi cara.

-¡Papá! ¡Mamá! ¿Dean puede venir a comer/cenar? -les grité desde mi habitación.

-¡Claro, hijo! -me respondieron.

"Ah, que buenos padres tengo" dije, pues creí que todo iba a terminar así de fácil. Saber quien era, ir a su casa y matarlo. Sencillo.

-Viejo, dicen que puedes venir y hasta quedarte a dormir. -le dije a mi primo.

-Perfecto. Estaré ahí en 15.- me dijo y colgó.

Dean llegó a la casa y pasó lo habitual. Saludó a todos, fuimos a la mesa y pasamos el rato platicando acerca de nuestros momentos de niños juntos y riendo. Dean era mi primo favorito, aunque ya casi no hablaba con él.

Terminamos de comer y le dije a Dean:

-Eh, Dean...¿Vamos arriba para que me ayudes con esa tarea de informática de la que te hablé?

-Oh, si, vamos. -dijo.- Con permiso.

Y ambos subimos.

-¿Bien? ¿Qué imbécil quieres que rastree?- me dijo.

-Eres astuto, cabrón. Lo traemos en los genes. - le dije mientras iba a al perfil de J.- Es él. Si me haces el favor...

-Considéralo hecho...

Se puso a trabajar y mientras platicamos. Después de un rato me preguntó.

-Oye, ¿Y cómo sigues con lo del vídeo ese que viste hace algunos meses...?

-Muy bien, gracias. Eso sí, ese vídeo cambia vidas. -le dije, pues le había contado acerca del vídeo.

-Está bien, confiaré en ti. Por cierto, tu sujeto ya fue encontrado.

-¿Si? ¿Qué dirección?

-Sisi, de nada, idiota. -me dijo.- No fue fácil. El tipo estaba bastante protegido. Como si supiera que ibas a intentar algo. La dirección es ésta.

Me enseñó la pantalla.

-Hotwater St. #44.- dijo.- ¿La conoces?

Mi corazón se detuvo por un segundo. Sentí todo más lento a mi al rededor.

-Si... -le respondí, consternado.

-¿Quién es, Matt? - me preguntó algo preocupado.

-Es... Es... Es John. Mi mejor amigo. El imbécil que me mostró el vídeo.