Capítulo 3: La Fiesta
Ya estábamos de lleno en la fiesta. Alcohol, drogas y cuerpos sudorosos era lo que se movía en el ambiente. Llevaba dos cubatas encima, no iba mal, lo cierto es que tengo un gran aguante. Estábamos bailando sin parar, la ropa ya se nos pegaba a nuestro cuerpo.
Ava se había puesto un vestido granate ajustado al cuerpo que le hacían unas curvas de escándalo, junto con unos tacones negros. Jane se había puesto un vestido negro que también le hacia destacar sus curvas, junto con unas botas negras, la verdad es que las dos ibas bastante guapas.
Y luego estaba yo, con una camisa blanca desabrochada los dos primeros botones, que hacía que se me viese el tatuaje que tengo en las dos clavículas, junto con unos pantalones negros de traje, y unas bambas negras.
No sabía ni que hora era, lo que sí sabía es que si mañana iba a ir a clase, parecería un zombie digno de película, pero en estos momentos me importaba bien poco, solo quería pasármelo bien y disfrutar.
Ya había perdido la cuenta de cuántos cubatas llevaba encima, al igual que había perdido tanto a Ava como a Jane. Fenomenal, estaba solo en mitad de una fiesta que no conocía a absolutamente nadie, y borracho como una cuba, mi vida es así de simple.
Necesitaba aire, estaba bastante mareado, la casa entera me daba vueltas. Como pude logré llegar a la ventana que daba a una gran explana de césped, donde había una piscina, no sé cuantas hamacas, incluso hasta una pista de tenis, virgen santa con la realeza...
Había mucha gente fuera también, la gente besándose, chicos con chicos, chicas con chicas, chico y chica, me alegra ver que esto en esta fraternidad no está mal visto, o eso, o que simplemente les han entrado el calentón y habrán agarrado a la persona que más cerca han tenido, que eso me cuadra mucho más. Había gente bebiendo alcohol, y gente drogándose, fumando porros o incluso metiéndose rayas de cocaína. Ves eso es algo que jamás probaría, la cocaína, los porros si que los había probado, y de hecho me dejan en un estado que ojalá estar permanentemente así toda la vida, porque os juro que me iba riendo cada de segundo.
Me senté por fin en una de las pocas hamacas que quedaban libres, deje la cerveza en el suelo, porqué si, después de perder la cuenta de cuántos cubatas llevaba encima yo, Lucas Brown me pedí otra cerveza más por si fuese poco.
-No deberías beber más.- me dice esa voz grave que tanto he soñado volver a escuchar. Se me paraliza hasta el corazón, y puedo jurar que se me ha bajado la borrachera hasta los tobillos.
-Y...¿Eso te importa?.- le pregunto yo sin levantar la vista del césped mojado que hay bajo mis pies
-Me importa una mierda.- espeta de mala gana, de verdad que a este chico no hay quién le entienda, que se busque un mono de feria y me deje en paz.
-Pues entonces metete en tus putos asuntos, a mí déjame en paz.- le digo alargando la ''z''.
Noto como bruscamente me levanta con un dedo el mentón, y eso hace que me maree un poco. Puedo volver a contemplar esos ojos oceánicos que tiene, aunque ahora por la oscuridad no los puedo disfrutar tanto, y de sus labios carnoso y apetecibles.
Joder me estoy volviendo loco
-¿Quién te crees que eres para hablarme de esta forma?¿No has escuchado hablar de mí o qué?.- me pregunta enfadado y con el dedo índice bajo mi mentón como lo suba ni que sea un milímetro le doy una mordida sensual. Noto el calor que esta dejando el tener su dedo en mi mentón, y lo loco que me esta volviendo que me tenga en esta posición, creo que lo esta notando mi entrepierna.
Ya cállate Lucas
-No te tengo miedo.- le digo mirándole fijamente con una mirada retadora
-Pues deberías.- dice dejando caer el dedo que tenía en mi mentón a un lado suyo, lo que hace que un poco más y pierda el equilibrio, y vuelva el frío.
-¿Así? ¿A ti y a quién más, Lucifer?.- le digo de malas maneras, no espero ni que me responda, me levanto y voy en busca de un baño, tenía pensado mear ahí fuera, pero hace un poquito de frio y quiero que mi miembro viril se caiga por el frio, aunque ahora mismo lo que es frio, frio...como que no está mucho.
Por fin encuentro un baño, y doy gracias a quien sea para que cuando abro la puerta no me encuentre a nadie follando. Cierro la puerta, intento ver si tiene pestillo, pero este esta roto, me parece fenomenal. Meo como puedo, porque entre la borrachera que aun sigo teniendo, el mareo que no se ha ido, y lo empalmado que estoy, se me esta dificultando la tarea. Después de limpiar un poco el desperdició que he hecho, me miro al espejo y me paso una mano de agua por la cara y por el pelo para intentar disminuir un poco el mareo, pero no tiene resultado.
No quiero seguir en la fiesta, la verdad es que al haber perdido a Ava y a Jane se me han quitado las ganas de seguir bailando, y estoy seguro de que como pegue algún salto más por mínimo que sea vómito la pizza barbacoa que nos hemos comido esta noche en mi habitación.
Así que decido meterme en lo que viene siendo una bañera roñosa, solo estirarme un rato, sin encender la bañera ni nada, que no queremos gripes. Cierro los ojos un segundo de nada, dejándome llevar, y mi cabeza sigue dando vueltas como si estuviese en una noria, casi pudiendo entrar en un estado de paz, pero esa paz se ve interrumpida cuando abren la puerta y yo abro los ojos de golpe y me vuelvo a marear.
-Joder! ¿No te han enseñado a picar a la puerta antes de entrar como una persona normal?.- le digo mirándole con cara de odio. Ahora puedo fijarme bastante bien como va vestido, y puedo volver a decir que porque estoy en el suelo prácticamente si no me hubiese vuelto a caer. Lleva una camiseta negra ajustada donde se le marcan todos los músculos de los brazos de manga corta, por lo que puedo verle los diversos tatuajes que tiene en ambos brazos. Luego lleva unos pantalones de traje negro junto con un cinturón del mismo color, y al igual que yo unas bambas negras, la verdad es que le quedaba de puta madre.
- La cosa es que yo no soy normal.- me dice con una sonrisa burlona
-No si ya, si se ve que a tus padres le tuvieron que dar una paguita o algo
-¿Me estás intentando decir algo?.- inquiere con el ceño fruncido, yo creo que lo ha entendido, no lo considero tan tonto, ¿o sí?
-Libre interpretación.- le digo cerrando los ojos y dedicándole una pequeña mueca de indiferencia
No dice nada más, y yo interpreto que se ha ido porque no escucho nada por segundos, hasta que vuelvo a abrir los ojos y me lo encuentro metido en la bañera conmigo
Ay virgencita santa sálvame de esta porque soy capaz de cometer pecados con Lucifer
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Buenaas aquí os traigo un nuevo capítulo, espero que os guste muchísimo.
¿Qué pasará en esa fiesta?¿Qué pasará en esa bañera?
Ya sabéis que si os ha gustado le podéis dar a la estrellita, si queréis comentar cualquier cosa los comentarios siempre están abiertos, y si queréis compartir la historia a vuestros amigos podéis hacerlo, así llega a más gente.
Disfrutar mucho de la lectura
Saludos :) xx
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Thiago Maxwell
Teen FictionProblemas de ira e inestabilidad mental era una pequeña definición de lo que era Thiago Maxwell a sus 23 años, a parte de ser impulsivo y con un gran trastorno de deficit de atención e hiperactividad (TDAH), lo que le hizo repetir el último año de p...