Levantó su látigo y golpeó muy cerca de donde yo estaba. Cada golpe hacía retumbar y rasgarse el suelo. Me arrastraba sin fuerzas siquiera para moverme dentro de la armadura. Levanté el brazo derecho, en un intento por protegerme. Otro azote y los eslabones se enredaron contra mí, apretando, asfixiándome, secando mi vida.
Mi protección cedía, mis fuerzas fallaban. Me miró y pude ver sus cuencas vacías con esas llamas en lugar de ojos. Su piel de cristal negro brillaba a la luz de las estrellas. Se reía. Nunca había escuchado una risa tan podrida.
Intenté rodar y escapar pero no podía.
Quise alcanzar mi espada pero llegó antes.
Volvió a reír.
Alzó el mandoble y me lo clavó en el pecho.
Sentí mi carne abrirse y mi voz huir a gritos.
Agarré el filo que me partía en dos.
No tenía fuerza.
Mis ojos se cerraron.
Me rendí.
Morí.

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N Mundos - Mundo Pequeño
FantasiA finales del siglo XIX, la joven maestra londinense Susanne Connel hereda la mansión de sus desaparecidos tíos. No tardará en darse cuenta de qué algo extraño ocurre. Una puerta a otro mundo la hará aventurarse en un Universo mágico, tecnológicamen...