Los N Mundos - Mundo Pequeño

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Levantó su látigo y golpeó muy cerca de donde yo estaba. Cada golpe hacía retumbar y rasgarse el suelo. Me arrastraba sin fuerzas siquiera para moverme dentro de la armadura. Levanté el brazo derecho, en un intento por protegerme. Otro azote y los eslabones se enredaron contra mí, apretando, asfixiándome, secando mi vida.

Mi protección cedía, mis fuerzas fallaban. Me miró y pude ver sus cuencas vacías con esas llamas en lugar de ojos. Su piel de cristal negro brillaba a la luz de las estrellas. Se reía. Nunca había escuchado una risa tan podrida.

Intenté rodar y escapar pero no podía.

Quise alcanzar mi espada pero llegó antes.

Volvió a reír.

Alzó el mandoble y me lo clavó en el pecho.

Sentí mi carne abrirse y mi voz huir a gritos.

Agarré el filo que me partía en dos.

No tenía fuerza.

Mis ojos se cerraron.

Me rendí.

Morí.


N Mundos - Mundo PequeñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora