drops of water

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— Dios mío Omi-omi, recuérdame comprar azúcar. Realmente esto se está agotando.

Atsumu levantó el tarro medianamente vacío, que podía deshabilitar con apenas tomar unas cuantas cucharadas soperas.

— Mhm. Aún hay un poco más de la mitad en la azucarera. —el pelinegro hace un señalamiento con la cabeza en dirección a la alacena superior.

— De todas formas iré mañana de compras, ocupo ir a comprar unas nuevas rodilleras. —quejándose, Atsumu deja de girar la cuchara dentro de la taza, abandonadola recargada contra el interior.

Era cierto, no es consciente de cómo se terminaron de romper las que recientemente había adquirido después de haber extraviado las anteriores a esas, era todo un caso.

Sakusa asintió, una dulce carcajada fugandose de sus labios. — Bueno, no gastarías tanto dinero si las cuidaras.

— ¡Lo hago! Las cuido, solo que esto. —indica sus muslos con ambas manos aplastadolos entre ellas.— No me dejan.

Sakusa aplasta una risa contra la palma de su mano.

Atsumu lo acompaña entre hilaridad, apenado porque bueno parece que lo que acaba de decir es broma pero sí, estaba hablando enserio.

— ¡Para! No es gracioso. —deja escapar pequeños sonidos combinados con risas y procede a jalar del respaldo de la silla al lado de su prometido, para después sentarse de lleno.

— Bueno sí, es lamentable.

— Omi, basta. — arrastra la última letra dejado caer su mano sobre la superficie, mientras reposa la barbilla en el mismo lugar.

Siguió cortando las verduras, tajando en insignificantes rodajas sobre la tabla.

— Está bien, está bien. —el joven levantó las manos en son de rendición.— Tú ganas, ahora ve a ver si el pollo se ha descongelado. Me estoy muriendo de hambre.

Atsumu tararea de acuerdo y atiende a su pedido, poniéndose de nuevo de pie en búsqueda del pedazo de carne.

Detiene el paso al escuchar un par de golpeteos continuos detrás de la puerta de la entrada, dos toques que se detienen lo suficiente para que ambos hombres se volteen a ver fijamente con una mueca de confusión marcándose en sus facciones.

— ¿Visita? — Sakusa susurra en apenas un hilo de voz, intentando no ser demasiado evidente.

Atsumu se encoge de hombros, sin saber cómo responder porque ni siquiera tiene la menor idea de quién podría estar detrás de la puerta.— No he hablado con nadie, ni siquiera con Samu.

Y era verdad, no se había contactado con su gemelo en un largo lapso, sus conversaciones comenzaron a ser obsoletas, tan vacías como nunca antes había presenciado y con el transcurso de las horas supuso que habían heridas que tardaban en sanar.

Por lo que, fue algo así como una sospecha para dejarlo ser.

No respondió, no hizo amago por comenzar una charla y supuso que estaba bien cuando Osamu no replicaba de vuelta con alguna protesta.

— ¿Entonces? —Sakusa intenta encontrar su mirada, ambos par de ojos se conectan.

Ambiente tenso y movimientos obsoletos.

Sienten pesadas cadenas rodear sus extremidades que aún se mantienen quietas en su posición inicial.

Un toque.

ON THE OTHER SIDE OF THE BOX ╱ sakuatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora