CABIN || CHANHUN

3

Sehun quería abrir los ojos pero se sentían tan pesados, como si estuvieran atados a anclas. ¿Qué estaba mal con él? No podía entender por qué se sentía más cansado de lo habitual. Tenía que levantarse y prepararse para el trabajo aún con ese terrible dolor de cabeza. De todas maneras y a fin de cuentas, estaba acostumbrado al dolor.

Sehun gimió mientras intentaba abrir sus ojos, luego se sorprendió y horrorizó al descubrir que no estaba en su departamento. Estaba en lo que parecía ser una habitación muy cara y de aspecto moderno.

-¿Dónde est...?- incluso hablar le provocaba dolor. El pánico comenzó a burbujear en la boca de su estómago. ¿Dónde diablos se encontraba?

-¡Sehun!- una voz profunda gritó desde el otro lado de la habitación, haciendo que el frágil cuerpo de Sehun se estremeciera del miedo.

-¿Quién? ¿Dónde estoy? ¿Quién eres?- Sehun cuestionó entre tartamudeós ansiosos, su voz ronca por la falta uso.

Las cejas del hombre se levantaron en aparente conmoción. Sus ojos mostrando un destello de sorpresa antes de oscurecerse y calmarse. Se volvió ilegible e intimidante.

-Soy Chanyeol. Park Chanyeol.- el hombre se presentó, dando un pequeño paso adelante. -Yo te salvé.

Al digerir esas palabras, Sehun no pensó que valiera la pena salvarlo de lo que sea que fue salvado. Sus cejas se fruncieron.

-¿Qué?- Preguntó tontamente.

-Tuviste un accidente automovilístico. Te traje a mi casa para curarte y hacerte descansar.- respondió el hombre.

Las cejas de Sehun se elevaron en clara confusión más allá de lo creíble. ¿Un accidente de coche? ¿Cuándo y cómo sucedió eso? Además, ¿alguien en este mundo se preocupaba por él al punto de tomarse tantas molestias por su causa? Tenía tantas preguntas rodando de un lado al otro en su cabeza que no sabía qué hacer.

-¿Por qué?- espetó sin pensar, incapaz de creer lo que le dijo el hombre.

-¿Por qué no?- Chanyeol respondió de inmediato, calmado.

Eso hizo que Sehun hiciera silencio.

Luego de una pequeña pausa, volvió a hablarle.
-Gracias.- recordó sus modales, las palabras salieron mansamente. -Creo que debería irme ahora...- Sehun no pudo evitar balbucear, incómodo con la amabilidad que estaba recibiendo.

Chanyeol mantenía su mirada en él, esos ojos oscuros perforaban el alma de Sehun.
Luego le sonrió, y eso hizo estremecer a Sehun.

-Por favor, pido que te quedes y descanses. No te has recuperado aún.

Sehun rechazó la oferta del hombre. En su mente nada era más importante que volver al trabajo.

Trabajar...

Los ojos de Sehun se agrandaron y saltó de la cama, tropezando al salir de ella, su visión se nubló y se sintió mareado. Agitando los brazos por un momento, finalmente se estabilizó. Estaba ahogado en facturas y ella necesitaba una mesada.

-Tengo trabajo.- tartamudeó, comenzando a entrar en pánico. ¿Cuánto tiempo lleva sin asistir a sus trabajos? ¿Los había perdido todos? Lágrimas de preocupación comenzaron a acumularse en sus ojos.

-¡Dios mío!- Sehun gritó, su cuerpo temblaba. Chanyeol dio paso más hacia él, frunciendo el ceño.

-Has estado aquí por un tiempo, dudo que todavía tengas un trabajo.

La habitación quedó en silencio unos instantes antes de que pronto se llenara con el llanto de Sehun. Es que no estaba en posición de perder sus trabajos, era un pobre ser que a penas se mantenía con vida. Estaba jodido.