Capítulo 9: Adiós

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Arvin, Emma y Joanna entraron a la iglesia y se sentaron en una de las bancas, Joanna hacia su mejor esfuerzo para no quedarse dormida en plena misa, para no decepcionar a su hermana

-La biblia está llena de hombres y mujeres que sufren delirios, por ejemplo: Eva en el jardín, Noé desnudo y ebrio, el ídolo que adoraban los judíos en el desierto, incluso el mismo Señor Jesús tuvo delirios en el desierto y solo por su fe y su fuerza pudo superar, eso fue un juego del supuesto diablo, ¡pero el Señor no se dejó engañar para así salvarnos a todos! -Dijo el predicador

-Nuestros delirios, nos llevan al pecado, golpear a una madre o a una esposa por algo que uno creyó que dijeron, faltar a un empleo o a un servicio dominical, una niña siente algo por un tipo y le entrega su regalo más sagrado... ¡Delirios! -Dijo el pastor desesperadamente

Mientras tanto Lenora preparaba todo en el granero, vació un balde con agua y ató una cuerda con un nudo tosco, ya estaba lista para dar el paso el cual no habría vuelta hacia atrás. Pero ahí Lenora supo que cometía un error, su familia no se avergonzaría especialmente Emma y que Joanna no la vería como un mal ejemplo, al contrario, se emocionaría al saber que iba a ser tía.

Trató de zafarse la cuerda, pero el balde estaba demasiado resbaloso y cayó, ahorcándose y murió. La familia llegó a casa Arvin fue al granero, Emma se lavaba las manos en la cocina y Joanna se sentó en el mismo sillón que el tío Earskell

- ¿Y cómo te sientes? -Le preguntó el hombre

-Llena del Señor-Dijo Joanna sarcásticamente y después de eso bufó

-Ja, puedes ser una persona de pocas palabras, pero tienes sentido del humor en abundancia-Dijo Earskell

- ¿De veras? -Dijo Joanna

-Sí- Afirmó Earskell

- ¿Y Lenora? -Preguntó Joanna

-Seguro está dormida, déjala descansar, la pasó muy mal anoche-Contesto Earskell

De repente se escuchó un grito: "¡Abuela!", todos se quedaron perplejos, "¡Abuela!", se escuchó otra vez. Todos salieron disparados de la casa hacia el granero de la familia mientras escuchaban por tercera vez: "¡Abuela!" Cuando llegaron eran los gritos de Arvin, que trataba de bajar el cadáver de Lenora la cual se había colgado, La cara de Emma se llenó de una tristeza nunca vista, en cambio la cara de Earskell se llenó de culpabilidad y Joanna la cual rogaba en su mente que todo fuera un mal sueño, no pudo refrenar los recuerdos de su madre la cual encontró de la misma manera y terminó rompiendo en llanto.

Pasaron unos días y Joanna decidió ir ella misma a buscar al predicador para que dijera unas palabras. Ya que su familia estaba muy destrozada. Se paró en la puerta de la iglesia y al principio quería arrepentirse, pero luego la abrió y entró temerosamente. El reverendo se paró de la banca donde estaba sentado.

- ¿Qué es lo que quieres niña? Es más, ven y siéntate conmigo -Dijo el hombre

Joanna se sentó con desconfianza ya que el predicador Teagardin era una de las personas que le daban muy mala espina desde el primer minuto en que los ve.

-Soy Joanna Mouthman... y necesito pedirle un favor-Dijo la niña con suma timidez

-Joanna, así se llamaba una de las múltiples mujeres a la que sanó Jesús, ahora ¿Qué es lo que necesitas? -Dijo el predicador sin verla a la cara

-Necesito que diga unas palabras en el...funeral de mi hermana...por favor-Dijo ella

- ¿Cómo se llamaba tu hermana? -Preguntó el reverendo

- Lenora Lafferty- Respondió la niña mientras trataba de vencer a los recuerdos que amenazaban con vagar en su mente de nuevo

-Perdóname por mi impertinencia, pero ¿Cómo murió? -Cuestionó el reverendo un poco más interesado

Joanna tragó saliva

-Se...se suicidó-Contestó la niña más triste que nunca

-Esas personas no se lo merecen... irán al infierno. Largo -Dijo El reverendo mientras se levantaba e iba a la puerta principal

-Pero por favor ella creía mucho en Dios, el cielo y esas cosas, mi familia y yo se lo agradeceríamos mucho-Dijo la niña mientras lo seguía

-Ya te dije que no, no hay salvación para esas almas, no se merecen el reino de Dios, ella misma se condenó-Dijo el reverendo mientras abría la puerta y perdía la paciencia al mismo tiempo

-Pero por favor no es mucho lo que le pido, mi familia esta devastada y les traerá algo de consuelo que usted...-Imploró Joanna

- ¡No es no, niña, no lo voy a hacer!, Ahora vete-Interrumpió el predicador Preston lleno de rabia

Joanna salió de la iglesia afligida y molesta al mismo tiempo mientras oía como cerraban la puerta detrás de ella

-Mequetrefe impiadoso-Dijo para si

Cuando llego a su casa Arvin estaba en el porche

- ¿Qué te dijo? -Preguntó el joven mirando hacia la nada

-Que no lo haría porque los suicidas no se lo merecen-Dijo Joanna encogiéndose de hombros

-Maldito-Dijo Arvin

Joanna ya tenía suficientes penas y no quería recordar la razón porque se sentía tan desdichada así que entró a la casa

Era el día del funeral, solo asistió la familia cercana, con los que Lenora había convivido toda su vida. Al final nadie supo que no era una suicida y que estaba en paz con su creador

-Señor... hay cosas que no podemos entender, pero por favor... tómala en tus brazos-Dijo Emma desconsolada arrodillándose frente al ataúd

-Nadie dirá plegaria o algo...-Dijo Earskell, pero mejor se calló al ver la cara de rencor de Arvin

-Ella... tan solo tenía diecisiete- Dijo Joanna en voz baja mientras las lágrimas bajaban por su rostro, en uno de sus fallidos intentos por ocultar su dolor

Al final Arvin ayudó a su abuela a levantarse y al parecer todos tenían el mismo dolor solo que expresado de diferente manera

Delirios Inocentes (Fanfic El diablo a todas horas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora