Hace milenios los dioses descienden a la Tierra para arrasar con la humanidad y un hombre se revela, preservando la humanidad y acabando con la mayoría de deidades.
Ahora, el último dios con vida ha empezado a mover las piezas para asegurar su reg...
Saliendo de una vieja oficina cuya puerta tenía una placa dorada con el texto de "Rectoría" marcada en ella nos encontramos a un joven un poco bajo, de piel algo blanca, con ojos y cabello negros que acentúan su expresión de enojo. Camina recto y con pasos fírmes. Tiene las manos dentro de los bolsillos de su uniforme; un traje negro bordeado de blanco y pantalón del mismo color, ambos compuestos de un material ligero y resistente, con una camiseta y corbata, y en sus hombros la silueta blanca de un diamante vacío. Tras unos pasillos se tropezó con otros tres alumnos.
Alumno 1: Oh, ¿Ya vieron quién regresó de rectoría?.
<<El joven continuó caminando sin prestarle atención>>
Alumno 2: De seguro esta vez lo suspendieron, ¿No es así?.
<<Continuaba en su camino>>
Alumno 3: Oye, oye, oye- exclamó con una voz engreída, como si desprendiera superioridad- ¿Porqué no dices nada?, ¿ No oyes o qué?.
Joven: Perdón, pero tengo cosas mejores que hacer que quedarme a escucharlos - declaró él mientras levantaba su mano derecha simulando una despedida.
Alumno 3: Me temo- agarrándolo del hombro con fuerza- que no irás a ningún lado.
Alumno 2: Si, debe pagar por lo que le hizo a Zekke.
Con esto los tres lo rodearon, bloqueándole cualquier ruta de escape, mientras que sus ojos empezaban a brillar y formaban una sonrisa perversa en sus rostros.
Alumno 3: ¡Ahora mismo te pondremos en tu lugar maldito lisiado!.
Los tres utilizaron su magia para reforzar sus cuerpos y arrojaron golpes coordinados; esquivó un puño a la cara, pero recibió otro en las costillas, el cuál le dificultó desviar el tercero. A continuación, sus ojos se iluminaron de un plateado intenso, luego su mano derecha, la cuál tenía los dedos cerca a chasquearlos y así atacarlos, pero antes de hacerlo, una voz los interrumpió:
???: ¡Oigan ustedes, deténganse ahí mismo!.
Con esto, los cuatro desvanecieron el color de sus ojos y manos y permaneciendo inmóviles.
???: Ya les he dicho que lo dejen en paz, o ¿Cuál de ustedes quiere acompañar a su amigo a la enfermería?.
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Alumno 1: N-Nataly, n-no, espera, no es lo que crees, s-solo deja que te expli...
Antes de terminar, la chica les arrojó una gran flama púrpura, lo que los puso aún más nerviosos.
Nataly: ¡No quiero escuchar sus patéticas excusas inventadas!, ¡Lárguense ahora mismo!, ¡O, ¿No escucharon?- al acabar se inclinó un poco hacia adelante, separando un poco las piernas, mientras que sus ojos resplandecían de un morado intenso y en la palma de sus manos aparecían flamas del mismo color, las cuales aumentaban su tamaño. Al ver esto, los tres se helaron de miedo y salieron a correr con una expresión de frustración.
