5.

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(presente)

Allen se encontraba caminando hacia su escuela, la cual no estaba muy lejos de su casa. normalmente iba con su mejor amigo, Minhee, pero ese día al ir a buscarlo su madre dijo que se había ido más temprano, sin saber el porqué. 

hacia pucheros mientras miraba el suelo, pateando una piedra para distraer sus inmensas ganas de llorar por estar solo. Allen odiaba caminar solo, odiaba que sus manos picasen por querer sentir contacto, odiaba no tener a alguien que le vaya diciendo los colores de las cosas que veían, odiaba la soledad por encima de todo.

al estar por llegar a su escuela vio una silueta muy conocida enfrente de él, junto a dos más que no reconocía, pero esos dos chicos no le eran importantes en este momento. con sus ojitos llenos de lágrimas y una (tierna) expresión enojada fue a paso firme, tratando de llegar lo más rápido que sus cortas piernas el permitieran. 

"KANG MINHEE, TÚ, MOCOSO, ¡¿CÓMO TE ATREVES A DEJARME SOLO?! ¡¿QUÉ SI ME HUBIERA PASADO ALGO?! TONTO POSTE CON PATAS ESPERO QUE SE TE HAYA OLVIDADO EL ALMUERZO ¡PORQUE NO TE DARÉ DEL MIO!"

decía mientras daba pequeños golpes en su pecho, para luego sorber sus moquitos y limpiaba sus lagrimas, tomando su orgullo y caminando enojado hacía su salón de clases, ignorando como siempre las miradas de los demás. era obvio que lo iban a mirar, no siempre se veía al chico más inocente y feliz de toda la escuela enojado y con su nariz roja, sin contar que sus ojitos se encontraban hinchados y su labio inferior era maltratado por sus dientes.

por otro lado, Minhee solo se había quedado en shook después de aquella escena, al igual que sus dos acompañantes que ya solo les faltaban tener un signo de interrogación en la frente. cuando pudo tener conciencia de lo que había pasado su palma impactó su frente con fuerza, haciendo que los dos más bajos se asustaran.

"ese era Allen, del que les contaba..."

"oh... se nota que es muy apegado a ti."

el segundo más alto de cabello morado enfatizó el "muy". Minhee hizo una mueca mientras asentía.  

"como les decía, él nunca a podido hablar con nadie más que conmigo, por lo tanto quizás sea muy difícil que los acepte. más ahora que pensará que le están quitando mi atención y todo eso, más contigo amor."

él de cabellos negros asintió, para luego mirar al pelirrojo de lobunas facciones, quien no había dicho una sola palabra en todo el tiempo que llevaban reunidos. él pelinegro entendió y siguió hablando.

"y por eso, Serim hyung, debes tratar de llevarte bien con él. por favor, eres la única persona en este mundo en la cual podría confiarte a mi pequeño Llenie, di que si andaa~"

dijo con un puchero, alargando la ultima vocal para sonar "tierno"

Serim no lo estaba mirando, miraba el camino por donde aquella pequeña figura se había ido, embobado en sus pensamientos. desde que lo vio había quedado así, se veía tan frágil y delicado, claramente era precioso. toda su paleta de colores lo había dejado encantado, tanto así que sus manos picaban para poder dibujarlo, pintarlo, simplemente quería dejarlo grabado en algún lugar para nunca olvidarlo. y cuando se dio cuenta que debía responder sus labios ya se habían movido por si solos, como si no tuviera que pensarlo mucho.


"te prometo, Minhee, que nunca más dejaré que alguien le haga daño."

"

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he estado con algunos problemas, espero puedan entender.

gracias por todo el apoyo que le han dado, que no es la mejor historia, pero está escrita con amor.

sigan apoyándome, gracias.

NaNa.

Colores (SeLlen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora