Poema 44: Querida Maestra

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Gracias, a ti, por secar mis lágrimas, por ayudarme a vencer mis miedos. Por hacerme reír, por enseñarme a distinguir entre lo que está bien y lo que está mal.
Por ti sé dar parte de mi y no solo de las cosas materiales, sino a dar mi tiempo y mi atención, de ti aprendí a compartir, a lo que vale dar parte de ti.
Gracias por protegerme en esos momentos en los que yo no podía, por protegerme de las críticas de mis compañeros y de mis amigos. Por enseñarme a jugar, a soñar, a imaginar otro mundo, otra vida, una historia en la que vivir. Una historia que sólo estaba en mi cabeza.
Gracias a ti aprendí a levantarme cuando el resto del mundo me tiraba al suelo, me enseñaste a levantarme a pesar de lo que me hiciera caer. Gracias a ti soy fuerte y mi fortaleza viene de ti.
Gracias por ser mi madre en el colegio, por apoyarme en esos momentos, por enseñarme el verdadero camino. Por enseñarme a valorar a las personas y los actos desinteresados que hacen por mí.
Por ti puedo controlar mi genio por que tu con tu paciencia y tesón no me dejaste por imposible. Me enseñaste a dominarme a mi misma y a mis emociones, a no dejarme llevar por la ira o la rabia, sembraste en mi la paciencia y la paz. Y me ayudaste a mantener el equilibrio entre los dos extremos.
Estoy segura que gracias a ti habrá muchísimas mujeres que seguirán adelante estudiando, que estudiarán su pasión, aquello que tanto les gusta porque tu las ayudaste a descubrir que era aquello que las apasionaba, lo que de verdad las gustaba.
Por ti el día de mañana seremos alguien, por ti somos alguien

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