|El comienzo|

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El sol estaba en su máximo esplendor, brillaba como si quisiera mostrar que nadie podia superarlo, las flores se alzaban ante él pidiendo de sus rayos para seguir brillando, el día era perfecto.

Por las calles se podia ver a un rubio caminar con el ceño fruncido, muy concentrado en sus pensamientos, refunfuñando entre dientes mientras aceleraba el paso, chocando asi con un pelinegro que venia en sentido contrario muy apurado, no hubo tiempo para frenar.

El rubio puede contar que el impacto fue tal que ambos terminaron rodando un poco por el suelo, pero tambien puede contar que aquel sujeto lo envolvió entre sus brazos y trato de protegerlo tanto de la caída como de lo poco que habían rodado.

- ¿Estas bien? - la sutil pregunta que hizo el pelinegro logró sacar al rubio de sus pensamientos y del shock que tenia, ambos se levantaron con cuidado.

- Si, gracias y lamento lo que pasó, andaba metido en mis pensamientos - murmuró el rubio sin levantar la mirada, tan solo concentrado en sacudir sus prendas de vestir, se sentía avergonzado por lo que habia pasado.

La risa del otro logró llamar la atención del rubio quien se quedó mirando al pelinegro con la boca ligeramente abierta, si bien se sentía cohibido ante el accidente ahora se sentia aún más cohibido al ver al guapo chico con el que habia chocado.

- Tranquilo, yo tambien venia corriendo y no logré frenar a tiempo y mucho menos cambiar de "carril" - habló el pelinegro haciendo comillas con sus dedos, se llevó una mano a la nuca en señal de nerviosismo, porque para el pelinegro no pasaba desapercibida la belleza del rubio.

Es más, lo tenia cautivado, en sus 25 años de vida nunca habia conocido a un ser humano más bello que aquel rubio, ningún otro doncel habia llamado su atención de tal manera que con solo mirarle le ponía nervioso.

El rubio se hallaba igual, por asi decirlo, no podia dejar de ver al hombre delante suyo, sacudió ligeramente la cabeza intentando apagar la línea de pensamientos que tenia, carraspeó un poco tratando de que con ello no se notara que se estaba comiendo con la mirada al pelinegro.

- No te preocupes, podemos decir que fue culpa de ambos - ofreció logrando que el pelinegro sonría y acepte.

- De igual forma te pido una disculpa...- dijo mirando al rubio con intriga, pidiendo por su nombre.

- Draco, Draco Malfoy - pronunció el rubio en una sonrisa amable.

- Tienes un bonito nombre - habia dicho el pelinegro logrando que las mejillas del rubio se enciendan en un ligero tono rosa. - mucho gusto Draco Malfoy, mi nombre es Harry Potter. - agregó mientras extendía su mano hacia el rubio quien gustosamente la aceptó.

- El gusto es mío.

- No quiero sonar grosero, realmente me gustaría quedarme un poco más, pero llevo algo de prisa, fue un placer conocerte, pese a la forma en la que nos conocimos, lamento nuevamente lo que pasó, espero no te hayas hecho ningún daño - habló casi atropelladamente el pelinegro causando que el rubio sonría.

- Claro, tambien lamento que por mi culpa tu ropa se haya ensuciado, espero que tampoco te hayas hecho algún daño - habló el rubio mirando las prendas del otro, tenia la chaqueta arrugada y con algo de polvo, un ligero desgaste en el hombro, pero no se veía tan mal.

El pelinegro se rio un poco para luego despedirse y alejarse del rubio.

Draco se quedó mirando por unos minutos el camino por el cual se habia marchado el pelinegro, una diminuta sonrisa se instaló en sus labios para luego ser una mueca al recordar que no habia pedido el número de aquel pelinegro.

Soltó un suspiro y continuó su camino, pidiendo a los cielos que le den una oportunidad de volverse a ver con aquel pelinegro.

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Habia pasado alrededor de siete meses desde aquella vez que se conocieron tanto el rubio como el pelinegro, ahora se hallaban en una situación algo igual, con la sola diferencia de que ahora era un poco más vergonzosa para el rubio.

Draco habia tirado su café sobre el pelinegro en un accidente, nuevamente por haber estado distraído en sus pensamientos.

El pelinegro se habia reído ante la situación pero ver al rubio apenado y tratando de secar su camisa le habia dado ternura.

- Tranquilo, déjalo así - pidió el pelinegro tomando las manos del rubio entre las suyas.

- Pero...

- Te aseguro que esta bien, no te preocupes. - aseguró el pelinegro.

- Aun asi lo siento, de nuevo estaba metido en mis pensamientos. - murmuró apenado el rubio.

- ¿Qué te parece si te invito un café? despues de todo el tuyo terminó siendo desperdiciado.- ofreció el pelinegro.

- ¿No debería ser yo quien invite? - cuestionó el rubio mirando a Harry con intriga.

- Pero el que quiere invitarte el café soy yo, ¿que dices?

- Uh, esta bien supongo - aceptó el rubio, Harry esbozó una sonrisa y caminaron juntos hasta la cafeteria.

Harry tuvo que colocarse su saco para que la mancha de café pasara desapercibida, pero eso no logró borrar la sonrisa que tenia en el rostro.

Ambos ingresaron a la cafeteria y tomaron asiento en una mesa del fondo, platicaron de cosas triviales, conociéndose poco a poco, descubriendo que tenían pocas cosas en común pero que realmente era agradable estar el uno con el otro.

- Seguramente tu pareja se debe sentir afortunada por tenerte en su vida - comentó el rubio con diversión.

- No lo sé - dijo el pelinegro con una sonrisa divertido.

- ¿Cómo puedes no saber?

- Simple, no tengo pareja.

- No te creo, ¿Cómo puede estar alguien como tú sin pareja? - cuestionó el rubio desconcertado.

- Supongo que aún no me ha llegado el indicado o la indicada - Harry tomó de su café y se quedó mirando al rubio con intriga - ¿Qué hay de ti? ¿tienes pareja?

La pregunta habia quedado en el aire por unos minutos donde el rubio se habia llevado con lentitud un pedazo de su pastel de manzanas a la boca, colocando al pelinegro en suspenso.

- No, no tengo pareja - habia susurrado como si de un secreto se tratara, logrando que el pelinegro sonría y suelte el aire que no se habia dado cuenta que estaba conteniendo.

Ambos se sonrieron como si fueran cómplices en algo, disfrutaron de sus cafes para luego salir juntos y recorrer un poco la ciudad.

Harry tenia claro algo, si el rubio a su lado estaba soltero el haria lo que sea necesario para conquistarlo, despues de todo habia quedado encantado con el rubio y como una vez le dijo su amigo, ya era hora de que abriera su corazón dándole paso a alguien para que lo conquistara.

Y Harry queria que esa persona fuera Draco.

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Traje otra historia siendo que ni he terminado las anteriores, perdonen por eso, pero realmente no tengo cabeza para escribir las otras, no me gusta como quedan y termino borrándolas, asi que disculpen, pero no sé hasta cuando estaré sin actualizar las demás.

Gracias por su espera y tambien mil gracias por todo su apoyo.

Gracias por leer, por comentar y por votar.

Lxs amo un montón desde lo más profundo de mi corazón. 🧡

Atte.: Candy <3

¿Felicidad O Costumbre?🍏 HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora