El plan de Shen Yuan era simple: enviar lejos al protagonista.
«Luo Binghe es un discípulo de la cumbre Bai Zhan»
Pero no es tan fácil huir del destino. Los hilos se cruzan y hacen imposible el desenredarlos.
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Los años y las estaciones han avanzado conforme el tiempo. El cambio es inevitable.
En los años anteriores se implementaron y destruyeron cosas, la diferencia en la estructura y organización de la cabaña del Maestro de la Cumbre Qing Jing puede no ser obvia para muchos, pero para Shen Yuan sí.
Shen Yuan ha permanecido igual, sin cambios en su apariencia pese al rítmico avance de los años. De las pocas cosas importantes que han cambiado para él es la gente a su alrededor. Hace ya cientos y cientos de lunas que la presencia de Luo Binghe se ha vuelto una constante. El chico visita con tanta frecuencia Qing Jing que en numerosas ocasiones se ha quedado en la casa lateral de la cabaña de bambú de Shen Yuan.
Eso en definitiva es algo de lo que Shen Yuan está orgulloso. No tenía planeado que al cumplir esa misión del Sistema iba a terminar siendo tan cercano al protagonista. Sin embargo, es algo que le sirve y que le da puntos para cuando deba tirar al joven Binghe al Abismo sin Fin.
Abismo sin Fin…
No es algo de lo que vaya a estar orgulloso.
Ya ha preguntado al Sistema sobre esa misión. La respuesta ha sido la misma una y otra vez.
Shen Yuan: ¿Esa misión puede evitarse?
【No.】
—¿Estás seguro? Todo ha cambiado, quizá no es necesario que Binghe caiga al Abismo.
【No intente cambiar todo, Anfitrión. El incumplimiento de la misión llevará a la reducción de 1000 puntos B, y por ende a la clausura de su cuenta.】
—¿Cuántos puntos tengo?
【… 750】
Shen Yuan sonrió, ocultando la creciente malicia tras su abanico decorado con hojas de bambú: —Eso servirá.
Tiene una misión que arruinar.
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—Este discípulo agradece a Shen-shibo por la invitación.
