Ikki era fácilmente catalogado por Ringo como su hermano y por el mismo como su amigo de la infancia. Ser amigos siempre le había bastado, estar a su lado, compartir momentos, que le ayudase en sus planes y locuras, siempre con una sonrisa en los labios, siempre para él.
Ella era su amiga, ¿entonces porque sentía ese torbellino de emociones? Estaba molesto con Kanon por llevarse a su amiga, pero sobre todo con él mismo por haberlo permitido.
Si hubiera recordado sobre la promesa que le hizo a la pelirroja no habría salido con Kururu y el estúpido de su primo se hubiera mantenido lejos de su amiga. Se sentía como un idiota y le enfurecía el solo pensar que en este momento ellos estuvieran juntos.
Suspiró y volvió sus ojos al camino, para así toparse con una fémina silueta que solamente podía pertenecer a una chica. Simca. Ella se acercó y le depositó un delicado beso en la mejilla, logrando sorprenderlo.
—¿Qué haces aquí? —le preguntó él intrigado.
—Os vi en el restaurante, estaba en una junta—informó ella con un tono triste. —No me preocupé cuando te vi con Kururu, ya que se ella es tu amiga, una compañera. Pero la cosa cambió cuando apareció Ringo, hacía tiempo que no veía esa mirada en tus ojos—dijo mirándolo fijamente.
De golpe le volvieron las palabras que Kururu le había dicho hace uno instantes "¿Qué significa Ringo para ti?"
—¡Es mi amiga! —gritó logrando que la gente lo mirara como a un loco, logrando que la chica le sonriera amargamente.
—Lo sé, sé que es tu amiga—dijo mirando al cielo. —Pero también sé que no me ves ni a mí ni a Kururu como lo haces a ella. Deja de engañarte y libéranos—dijo ya en tono lloroso.
—S-simca yo...—frotó su cien, sabía que no estaba siendo sincero. Hoy se había dado cuenta de eso, él ya no veía a la pelirroja como su amigo de la infancia o a una hermanita a la que proteger. Sus sentimientos habían cambiado y era momento de aceptarlos. —Lo siento—dijo abrazándola.
—Lo sé—habló sonriéndole tristemente. —Ve por ella—le animó, logrando que él asintiera.
—Gracias—dijo para después comenzar a correr en una única dirección. Hacia Ringo.
Cuando el chico se fue Kururu salió de su escondite.
—¿No te arrepentirás? —le preguntó la pelirosa a la mecánica.
—¿No lo harás tú? —dijo devolviéndole la pregunta.
—Lo amo—respondió Sinca.
—Y yo—habló Kururu. —Supongo que nunca le pudimos ganar.
—Siempre la ha querido, pero no se dio cuenta hasta que la vio con otro—dijo Simca irónicamente.
. . . . . .
Llevaban caminando un buen rato sin un rumbo fijo, el rubio solo seguía a la chica. Ringo estaba triste, y eso Kanon lo notaba, pero tampoco se necesitaba ser tan observador, ya que la chica era prácticamente un libro abierto.
Él solo la miraba en silencio, sabía que a ella le dolía el verlo con su prima. Claro que para él también era un martirio el tener que ver como ella sufría por un idiota como Ikki, pero aun así no le importa que estuviera con él solo por verla feliz.
Recibió un mensaje de su prima, todo iba de acuerdo a su plan. Tomó la mano de la chica y la guió, ella no oponía ninguna resistencia.
En un abrir y cerrar de ojos llegaron a su casa, pero no tenía ganas de entrar y ver a Ikki, solo recordándole que él jamás sería suyo.
—Gracias por todo—habló Kanon haciendo que ella lo mirara. —Hoy fue un gran día. Sabes, me gustaría ser aquel que te hace sonreír, pero sé que en tu corazón solo hay espacio para él—dijo sonriendo. —Suerte—habló para después empujarla.
Ella se vio en el suelo, pero antes de hacer contacto con él unos brazos la sujetaron.
—¡¿Qué haces, idiota?! —habló el chico que la había sujetado.
—I-Ikki—dijo mirándolo.
—Si la vuelves a hacer llorar prometo que te la quitaré—dijo mirándolo amenazadoramente. —Adiós, Ringo—habló el rubio para después irse. La chica no entendía nada.
Cuando los dos se quedaron solos un incómodo silencio reinó, ella aun estaba nerviosa por estar entre sus brazos, y parecía que él no tenía intención de soltarla. Así que se levantó y se separó lentamente, quería irse a dormir, aún estaba molesta con él.
—Espera—dijo Ikki sujetándola del brazo, logrando sorprenderla y que su corazón se acelerara.
—¿Qué ocurre? —habló intentando ocultar su sonrojo.
—Te quiero—fue lo que dijo sin siquiera dudar, tan típico de él. pero para Ringo todo aquello no tenía ni un poco de sentido.
—N-no bromees—dijo molesta. Tenía que estar alucinando, él jamás le diría algo así. Se iba a girar e irse, pero unos labios la detuvieron.
Su amigo de la infancia la estaba besando, después de años de espera por fin la estaba besando.
—Te quiero—dijo sonriendo al haberla dejado sin palabras.
A lo lejos se podía ver tres difusas siluetas que miraban la escena con un poco de celos, pero sobre todo felicidad porque la persona que amaban era feliz.
—Aún no sé cómo nos convenciste—dijo Simca mirándolo.
—¿Convencerlas? Creo que sabían que esto era lo que el idiota quería—habló.
Ambas suspiraron, aun no entendían como se habían dejado manipular por él, pero bueno, se alegraban de que las cosas salieran bien. Nadie se iba a enterar de que ellos fueron los causantes, porque al fin y al cabo era bastante vergonzoso.
Notas de la autora: Listo, lo terminé, ya está. Como me costó darle este final, pero bueno, para mi Ikki siempre se merecerá una oportunidad y bueno, Kanon, no sé porque pero le cogí cariño a ese blondo.
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Cosas de la amistad
FanficRingo siempre fue la amiga fiel, aquella que permanecía a su lado incondicionalmente, pero el dolor a veces es demasiado como para soportarlo. ¿Alguien aliviará su dolor? ¿Ikki reaccionará ante este hecho?