Bakugou Katsuki 13años.
Kirishima Eijirou 13años.
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"Hey Kirishima, ¿Aún te da miedo este camino? O porque tan nervioso."
Preguntó el chico de brillantes cabellos rubios lo suficientemente largos para mantenerlos atados en una pequeña coleta. Mientras mantenía sus dorados ojos entre los árboles del lugar.
Y bueno, respondiendo a la pregunta del contrario, digamos que sí estaba algo nervioso, por ese camino no merodeaban muchas personas y el sentir la presencia de alguien más cerca de ellos no lo tenía muy calmado que digamos.
"Tan solo pareciera que hay alguien más aquí."
"Nah, no seas idiota, casi nadie anda por aquí...además no hay forma de que sepas si hay alguien más"
Claro Kaminari, no es como si fuera mitad dragón y pudiera oler que hay alguien más, aunque no sepa reconocer quien.
Para nada es así.
Y así, antes de siquiera poder pensar en quién podía ser el que merodeaba por esa zona. Aparte de ellos dos que se recorrían los bosques cercanos tan solo por escapar un poco del pequeño caos del campamento.
Trato de reconocer el olor, le parecía familiar, pero ese sable fue más rápido.
Si, sable.
"¡Cuidado!"
Dicho grito salió de su garganta tan rápido como su cuerpo se posicionó delante de su compañero.
El ardor en el brazo no se hizo esperar.
Escuchó a Kaminari gritar su nombre, preocupado, pero el solo presto atención a su brazo. Al parecer la persona que le causo esa herida logró notar su presencia y redujo la velocidad del sable, por lo que el corte no era profundo ni tan grande, pero eso no evitaba que algunas gotas de sangre cayeran de su piel.
"¿Kirishima?"
Rápidamente reconoció su voz, sentía la mirada de ambos chicos sobre sí.
"Bakugou, eras tú. Tranquilo, estoy bien"
Le respondió con una leve sonrisa, sintió como Kaminari lo tomaba despacio para poder ver su brazo y dejaba salir las dudas que surgieron rápidamente.
"Espera, ¿Se conocen? Digo digo, ¿Qué ocurrió, porqué hiciste eso Kirishima?"
"Si no lo hacía tu saldrías lastimado, pudo haber sido peor"
Esa respuesta no convenció del todo al rubio, pero éste decidió prestarle atención al corte fresco en la piel de su amigo.
Bakugou los llevó hacia donde tenía sus cosas, una capa, un pequeño cuchillo, algo de comer y entre ello unas vendas que utilizó para delicadamente vendar la herida del pelinegro.
Luego de una pequeña plática y las correspondientes presentaciones entre ambos rubios -aunque Kaminari ya sabía de la existencia de Katsuki, pero tan solo temía acercarse-, tanto Kirishima como Kaminari se despidieron siguieron su camino.
Dieron vueltas por el lugar entre risas y charlas triviales, el día empezaba a acabarse y el cielo se estaba comenzando a tornar de un tono anaranjado.
Tomaron rumbo al campamento y sus respectivos hogares.
En cuanto el pelinegro se juntó con sus padres, y estos notaron su vendaje, lo inundaron en preguntas.
Y es que, aún siendo parte de aquella fuerte tribu y literalmente lidiar con dragones, sus padres se preocupaban de él en exceso.
Kirishima confiaba lo suficiente en sus padres como para haberles dicho que él era el Príncipe Dragón, y realmente pensó que con ello sus preocupaciones y cuidados hacia el serían menos, se equivocó se sobremanera.
Entonces, mientras el escuchaba las preguntas, más atento a los ruidos exteriores que a lo que sus padres le decían, por ello decidió interrumpirlos.
"Mamá, papá, deberían hablar uno a uno, además, ¡Estoy bien!"
"Pero-habló su madre, aún con un tono preocupado-¿Cómo te ocurrió eso?"
Preguntó finalmente y sin dar vueltas, hablando sobre su corte. Kirishima apretó la sonrisa con sus labios unidos casi de forma recta.
"Fue un accidente, es tan solo superficial, pasa que con Kaminari no encontramos con Bakugou, él estaba entrenando, y pasó a cortarme porque no nos había visto"
Su madre ahogó un jadeo, por lo mucho que la conocía, era su madre, supo que pensaba algo malo sobre el chico de cabellos rubio ceniza.
"Tranquila, el trató de evitar herirme pero la fuerza ya estaba hecha, fue un accidente...y él fue quien me vendó después"
Dijo el menor, tratando de calmar a su madre, por su parte su padre tan solo se encontraba en silencio e ignorando la pequeña disputa entre madre e hijo sobre si para Kirishima era bueno juntarse con Bakugou.
El Kirishima mayor ya había conocido al muchacho rubio en persona, también le había preocupado lo mismo que a su madre en ese momento debido a los rumores que los niños esparcían de él, pero una vez lo conoció y presenció como actuaba con su hijo aquellas preocupaciones se disiparon.
Una vez Eijirou logró calmar a su sobreprotectora madre ambos, padre e hijo, le explicaron como era Bakugou realmente y su madre decidió confiar en aquel chico.
Luego de aquello ella revisó su herida y no tuvieron más disputas sobre el tema.
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Príncipe Dragón | Kiribaku
FantasyRondando en las montañas de la tribu de los Firewalkers, hace ya muchas generaciones, existía aquella leyenda sobre un chico dragón. Él era un humano, al menos una parte de el, siendo su otra mitad de aquella mitológica criatura. Aquel chico estaba...