Miré al vacío. Una figura negra y fría se acercaba.
Sus pasos eran lentos y fuertes. De repente un escalofrío recorrió mi cuerpo.
Miré detrás mio. No había nadie. Miré al frente y en un abrir y cerrar de ojos la figura negra estaba delante mío, observándome con sus ojos rojos y resplandecientes; observando cada detalle de mi cuerpo.
Sin decir nada extendió su mano, y dijo:
-"Ven, sígueme"- Con una voz roncoza.
Sus manos, eran blancas como la nieve y se podía ver manchas de sangre y cortaduras profundas.
Luego, extendió la otra mano y repitió:
-"Ven, sígueme".
No tenía idea de lo que estaba pasando. Parecía un sueño, del cual pronto despertaría.
Intentaba ver su rostro, pero era inútil.
No paraba de temblar. Sentía como mi corazón se agitaba cada vez más.
Quise salir corriendo, pero algo me lo impedía. Como si mis zapatos estuvieran pegados al suelo.
La figura me miraba fijamente, esperando que dijera algo.
Lo único que alcancé decir fue:
-¿Qui.. quién..eres? ¿Y qué quieres de mi?...
La figura me observaba con calma con una sonrisa macabra y sus ojos rojos.
-Contestame!!- dije susurrando.
Solo respondió lanzándome al suelo con un golpe seco.
Solté un llanto. Temblando me senté en el suelo escondiendo mi rostro entre mis piernas.
Escuchaba sus pasos fuertes y secos.
Hubo un silencio. Como si se hubiera evaporado en el aire.
De repente escuché a lo lejos:
-"Volveré por ti, y cuando vuelva tendrás que estar preparada. Era la figura negra. Podía verlo, podía ver como reía a carcajadas, desapareciendo poco a poco en el vacío.
