Capítulo 3: Frenesí de deseos y culpas, -¡¡¡Todo por ti IDIOTAAA!!!!-

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-Bueno, ya lo buscare después ahora, estoy muy, muy ....AHHHH-

-Detesto ser niña, mi clítoris no deja de desear esto, ah,mmm-

No podría parar estaba disfrutando el placer de torturar un poco su ya muy sensible clítoris cuando empezó a sentir una humedad que venía de esa zona la cual la hizo detenerse por un momento... ya que estaba deseosa de meter sus manos a la entrada de su boca para probar el deseo que le produjo aquel muchacho, pero, al probarlo solo pudo seguir con su placer...

Volvió a bajar sus manos, no si antes asegurarse que había mojado los dedos necesarios para deslizarse más fácilmente por todo su sexo, que para ser honestos ya estaba con una temperatura alta y empezaban a dilatarse su lindo par de labios.

Pero no podía parar deseaba más así que con una mano se aferro a uno de sus grandes senos y lo jalo hacía ella, parecía que se lo quisiera arrancar, pero, en realidad lo estaba acercando a su boca mientras estimulaba su aréola y su pezón el cual ya estaba algo sensible, lo chupo y succiono hasta tenerlo totalmente erecto, esto para asegurarse que lo podría morder y mantener dentro de su húmeda boca ya que necesitaba de sus dos manos para seguir dándose placer.

Y así paso toda su noche, se convirtió en una salvaje adicta al placer en la comodidad de su habitación, ya que sabía que nadie la iba a ver ni siquiera aquel intruso que la hizo ponerse así en primer lugar.

Después de ese momento de lujuria la cual exploto gracias a sus manos acompañados de gritos de placer y una gran sacudida y rechinidos de su cama, termino extasiada y profundamente dormida.

A la mañana siguiente al abrir sus ojos solo pudo empezar a recordar todo el deseo y placer que se auto proporciono la noche anterior y tapar su cara de vergüenza.

Ni siquiera se pudo tapar, acabo rendida y convulsionándose de placer en una postura con la espalda encorvada y abrazando su almohada la cual contenía distintas manchas de todos sus jugosos líquidos los cuales ayer había disfrutado expulsar de su cuerpo.

Solo de acercarse esa almohada a la cara pudo percibir cada uno de esos aromas, los cuales con el simple hecho de rozar su nariz le hicieron tener cosquilleos entre sus piernas...

-Tendré que lavar mi almohada pronto, o me volveré loca, solo espero que mi mamá no este dispuesta a lavar ropa hoy-

La escondió dentro de lo profundo de uno de sus muebles y empezó a estirarse, pero al intentar moverse se sintió pegajosa, no podría moverse con facilidad ya que sentía como sus piernas se pegaban entre pieles, además, un terrible dolor corporal principalmente de su cadera y sus pechos por lo que pensó que el baño podría relajar un poco sus músculos....

-Diablos, ahora me tendré que bañar, por algo que yo no deseaba, pero juro que cuando me encuentre al culpable me las va a pagar-

Amor antes de dormirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora