capítulo 20-Segunda parte

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Horacio

Llegamos a mi casa. Pensé que iríamos al apartamento de Volkov pero es mejor así, lo menos que quiero es que recuerde a Paola y precisamente su apartamento no era lo indicado para ello.
Mientras Volkov conducía a mi casa, le mandé un mensaje a Gustabo avisándole de que estaríamos allí, así que todo está perfecto cuando llegamos, tenemos la casa sólo para nosotros dos.
No quería que Gustabo estuviera aquí, no quería que Volkov se sintiera incómodo.

—Horacio—dice Viktor casi en un susurro.

—¿Si?—digo mirándolo a los ojos.

—No quiero salir—confiesa—quedemonos aquí, por favor—pidió.

Me quedé mirandolo por largos segundos. Se me hacía extraño escuchar a Volkov de esa manera.
Quise decirle que era mejor que saliéramos y que despejara su mente pero algo tocó mi corazón. Sentí una pena increíble, sentí que fui muy duro al obligarlo a hacer algo que el no quería. Decidí hablar:

—De acuerdo—contesté—pero al menos tomemos una ducha, luego haremos lo que quieras, vale?

—Bien—dice él—¿donde está el baño?—pregunta.

Le indico donde está y se encierra en el. Mientras, busco algo de mi ropa para prestarle.

Cuando Volkov sale del baño, entro yo avisándole que le dejé ropa en mi habitación.

Termino de bañarme a los veinte minutos, salgo directo a mi habitación y me cambio.
Encuentro a Viktor sentado en el salón. Me quedo observándolo en silencio, parece pensativo. Es obvio que no puede dejar de pensar en su novia ni un segundo.

—¿Puedo?—pido permiso para sentarme a su lado. Este asiente.

No dejo de mirarlo, sigue con la mirada perdida en algún punto de la habitación.

—Ven—le pido que se acerque a mi. Este lo hace sin pensarlo, me extraña pero no le presto mucha atención. Volkov se acurruca en mi pecho, pongo mi barbilla en su cabeza y lo abrazo—¿Como te sientes?—pregunto.

—No se como sentirme—contesta—solo hay algo ahí que me duele y al mismo tiempo hay un vacío—confiesa.

No sé que responder, lo único que hago es abrazarlo más fuerte para que sepa que estoy aquí para escucharlo.

Casi doce semanas Horacio—dice con la voz ahogada.

—¿Doce semanas?—pregunto confundido mientras le acaricio el cabello.

—Sí, íbamos a tener un bebé—confiesa.

Tardo en asimilar esas palabras. Me siento mal por él al ponerme en sus zapatos y pensar en el dolor que debe de andar pasando. Su pareja y su futuro bebé están en peligro. Joder, doble dolor.

—Van a tener un bebé, no seas negativo, ya verás que todo saldrá bien Volkov—digo animándolo.

—Eso espero—dice en un tono bajo.

Seguimos un rato acurrucados en el sofá viendo una película y charlando cualquier cosa hasta que dieron las nueve de la noche cuando Volkov decidió irse a casa.
Le pedí que se quedara, pero este no quiso, así que no me quedó de otra más que acompañarlo a la salida y despedirnos.

Lo siguiente que hice fue apagar la película, la cual aún se reproducía y me dirigí a mi habitación. Dejé la puerta del salón abierta para cuando llegara Gustabo y me fui a dormir.

Me sentí feliz por la tarde que pasé con Volkov, el tuvo la confianza y se desahogó conmigo. Ese Volkov que estaba ahí sentado conmigo definitivamente es muy bonito, no es como se hace ver en comisaría.

Empiezo a creer que siento algo más que amistad por él y supongo que no está mal sentirlo, pero el está pérdidamente enamorado de su novia y encima tendrán un bebé. Lo cual mis posibilidades de que pase algo entre...

«Dejate de pensar tonterías» dijo mi subconsciente, reí por eso y finalmente cerré los ojos dándole la bienvenida al sueño.












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Punto importante: Gustabo y Horacio viven juntos.

Volkov y Horacio en multimedia.
créditos al artista: cranberry801

Kien sos | [+18] | {Volkacio} √ ♡ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora