POR FIN TE ENCONTRE [KIRIDEKU] [TERMINADA]

I

Izuku Midoriya era el hijo del gran Yagi Toshinori (el jefe de la empresa más poderosa de todo Japón), era un chico tranquilo y muy amable, características que harían que un amigo cercano suyo se enamorara perdidamente de él.

Kirishima Eijiro, era el heredero de la familia Kirishima, era un chico extremadamente muy alegre y apasionado. Cuando se topó por primera vez con el chico de cabellos verdes, no pudo evitar enamorarse. Amaba todo de él; su sonrisa, sus pecas, sus tartamudeos, su amabilidad, todo. Ambos se hicieron grandes amigos desde que se conocieron.

5 meses después

Kirishima no quería seguir esperando más tiempo para decirle a ese pecoso que fuera su novio, por lo que cierto día antes de que empezaran las clases, le pidió que se vieran en la azotea del colegio a la hora de almorzar.

Izuku aceptó sin ningún problema, le agradaba bastante estar con él; después de todo le gustaba estar a su lado, sentía que estar junto a él era lo mejor que le podía pasar.

El timbre había sonado, indicando la hora del almuerzo e Izuku dirigió su mirada hacia el asiento del pelirojo, dándose cuenta de que estaba vacío. Supo entonces que él ya debía estar en la azotea como le había dicho, por lo que sin más, se dirigió al lugar acordado.

Mientras subía las escaleras para ir a la azotea; se iba preguntando el por qué Kirishima le había pedido que se viesen ahí. En cuanto estuvo frente a la puerta, la abrió y lo siguiente que vio fue: un kirishima arrodillado, con la cara completamente sudada y con un enorme rubor en sus mejillas.

Eijirou estiró su mano y mostró un enorme ramo de flores.

—IZUKU MIDORIYA, POR FAVOR SAL CONMIGO Y SÉ MI NOVIO... —Estaba muy nervioso y ansioso.

Pudo notar como Izuku no decía ni una sola palabra. Su miedo al ser rechazado había aumentado de una forma realmente enorme. De pronto, algunas lágrimas empezaron a caer de los ojos del peliverde, en ese momento se asustó bastante.

—¡Midoriya! ¡De verdad, lo siento! No era mi intención hacerte sentir mal, de verdad lo único que quería era... —No pudo terminar lo que iba a decir, puesto que Izuku se había lanzado encima suyo haciendo que ambos cayeran al piso.

Izuku estaba sentado entre las piernas de Eijiro; con sus manos apoyadas en su pecho y con un enorme rubor en sus mejillas.

—¡Tonto! ¡Claro que me hiciste sentir mal! Pero no porque te odiará, sino porque te tardaste mucho en decirlo! ¡Si quiero salir contigo, quiero ser tu novio! —Inclinó rápidamente su cabeza hacia el pecho del pelirojo, llorando cada vez más.

Eijiro juraba sentirse en el cielo en ese preciso instante. Rogaba a Dios que eso no haya sido un sueño y que la persona que estaba encima suyo, sentado en sus piernas y con la cabeza en su pecho, sea de verdad Izuku. Agachó su cabeza poniéndola en el cuello de Izuku: amaba su olor. Podía sentir el calor que tanto quería conocer, por fin, Midoriya Izuku era su novio.

Pero como siempre, la vida te da sorpresas; sorpresas que algunas veces te pueden llegar a destruir.

2 años después

La feliz pareja estaba cenando en la casa del mayor con su familia; como ya era de costumbre, hablaban de sus estudios y de cómo les estaba yendo a ambos. Eijiro siempre se sentaba junto a Izuku cuando este iba a cenar.

Aprovechaban el acercamiento para tomarse de las manos y entrelazarlas. Ninguno de los dos podía evitar el pequeño rubor en sus mejillas. Detalle que fue visto por los padres del pelirrojo sin que los menores se dieran cuenta. Los mayores se miraron entre sí y sonrieron al ver disimuladamente como ambos jóvenes estaban tomados de la mano.