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Recuerdos de sangre.

—Tengo frío... —susurro la débil voz de aquel niño de cabellos castaños mientras caía de rodillas en la profunda nieve.

El crujido de las ramas siendo pisadas se escuchaba cada vez más cerca, sus piernitas apenas lograban volver a ponerse en pie para continuar corriendo. JungKook no entendía la diferencia entre el blanco y el rojo, su madre tampoco pudo aclarar su duda, al menos no hasta esa noche donde el niño entendio que el blanco no da miedo y el rojo si.

—Tengo frío, mamá. No puedo correr más.

El niño dirigió la mirada hasta su mano donde sujetaba con fuerza otra mano solamente hasta la muñeca, era la mano de su mamá o al menos lo fue hasta el momento que JungKook se vio obligado a huir dejando a su progenitora tirada en algún lugar de ese bosque. Los rastros de lagrimas en sus mejillas parecian como congelados, su nariz podría ser similar a la de aquel reno de la televisión, y sus labios podía parecer no tenían ya vida.

Hacía medio año Londres había sido descubierto el primer vampiro en la historia sin embargo para no alarmar a la población lo mantuvieron en secreto, excepto a las familias de cazadores. JungKook pertenecia a la familia Jeon, la más prestigiosa y conocida en el ambito de exterminar a esa nueva especie. El niño odia el rojo, odia el blanco, odia a los humanos y odia a los vampiros. Él odia al mundo porque este lo dejará morir.

—Te encontré pequeño corderito. —dijo el hombre que caminaba entre la oscuridad de la noche mostrando esos ojos rojos y negros, junto a las venas negras bajo estos, los colmillos que sobresalian por sus labios.— Tuve que correr mucho por ti pero tu sangre tiene un aroma único.

JungKook cerró sus ojos sabía que no había forma de sobrevivir, a sus cortos ocho años podía entender que era un vampiro. Sabía lo que estos pensaban, podía conocer todos sus movimientos pero sobre todo sabía como matarlos. Aún así se rindio, él solo quería ver a su madre y a su padre.

—Tomare tu sangre... —“él es una bestia que succiona el alma de las personas” pensó el niño sintiendo sus manos temblar y sus mejillas enfriarce aún más cuando las manos ajenas tocaron estas.

Aún así JungKook solo mantuvo sus ojos cerrados por unos minutos, aquellas gelidas manos se apartaron de él y la nieve blanca tenía huellas, huellas de sangre. La cabeza de aquel vampiro hacía sido disparada, una bala se encontraba justo entre sus cejas y el cuerpo cayo inmovil al suelo hasta volverse polvo dejando solamente las ropas.

—Eres una desgracia para todos los vampiros, nivel E. —habló el hombre que mantenía entre sus manos un arma, justo como las que JungKook vio usar a sus padres. Esas que hacían ruido.

JungKook lo comprendio. Esos eran vampiros. Las personas no deben acercarse a los vampiros. Si se les acercan, serán capturados por esos ojos durante la noche de los vampiros.

[…]

Londres, Diciembre del 1890.

—¡JungKook cariño! —gritó la voz de aquel hombre que corría hacía el ahora joven de diecinueve años.

JungKook de forma rápida esquivo a aquel hombre, Song MinJae. Aquella noche nevada de diez años atrás JungKook había sido salvado por ese hombre de cabellos platinados y largos que terminaban sobre sus hombros. Al otro día supo que ese hombre no era vampiro pero tampoco humano, era un cazador de la órden Mikael, lo que significaba que por sus venas corría sangre de ángel.

[ Vampire Knight ] ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora