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⇀ T a r t a       d e      a n a n á

Su cuerpo temblaba a causa de los nervios que sentía, nervios que desde que habían comenzado no habían terminado. Ni siquiera podía creer que le hubieran creído su ridícula excusa del porque debía irse de forma tan repentina.

Haber huido lo hacía sentir como un cobarde, pero como chismoso que era no podía mantener su boca cerrada, él sentía la fuerte necesidad de decirle lo poco que había escuchado a sus hermanos. No tenía motivos para guardar aquello para sí solo, y también entraba la razón de que, él solo no podría imaginar algo que conectara a esos dos, incluso con todo lo que habían dicho. Tenía que repetir la conversación en su cabeza con la fuerte intención de no olvidar detalle alguno. Y durante su recordar pudo reafirmar el hecho de que Declan no quería en absoluto a Rosemary, probablemente no era con la pastelería, solo con ella, pero, ¿Por qué? Su hermano nunca había sido muy molesto, ni tampoco era alguien cruel y solía ayudar a quien lo necesitara, Rosemary no había sido muy contraria, en lo que llevaba de conocerla podía afirmar que era alguien muy solidaria, algo estricta y exigente cuando lo ameritaba, pero también podía llegar a ser graciosa y hasta linda.

Respiraba con dificultad a causa de haber corrido por tanto tiempo, y es que él no había tenido en cuenta ni por un momento el hecho de la distancia que separaba la zona de la universidad hasta su casa.

La idea de que su hermano se encontraba en la pastelería le hizo darse cuenta de que él había terminado con su estudio y pronto volvería a casa, lo que haría que se cruzaran y fuera encontrado. Se apresuró en tomar su teléfono móvil y llamar a Kyle. Solo fue cuestión de unos momentos para que su hermano respondiera.

—Necesito que vengas a buscarme, pero tienes que venir tu solo.

Su hermano tardo unos minutos en responder, y no entendía el porqué.

—¿Ahora?

—Sí, ahora. —Observó la solitaria calle, apenas si podía ver a alguien cruzar. —¿Por qué? —Preguntó distraídamente.

—Me estoy bañando.

—¿Y qué haces tú con el móvil en el baño?

Hubo unos minutos más de silencio antes de que Kyle volviera a hablar.

—Suerte.

—¡No, no, no, no, no, lo siento, lo siento! Solo ven a buscarme, realmente tengo que ir a casa ahora mismo. Tengo que hablar con ustedes ahora mismo y tiene que ser antes de que Declan salga.

—Dante...

—¡Por favor Kyle, soy tu hermano y este es solo un pequeño favor!

—Voy.

—¡Gracias!

La llamada finalizo y se apresuró para poder enviarle la dirección en la que se encontraba. Camino con más tranquilidad para intentar encontrar a su hermano cuando llegara un poco antes. Afortunadamente unos cuantos minutos después pudo encontrar al menor y ser llevado a casa.

—¿David ya está allí?

—Lo está. —Agradeció que Kyle supiera conducir, pero al verlo apretar de esa forma el volante supo que no había acabado de hablar. —¿Qué sucedió?

—Escuche una conversación de Declan. —Recibió una mirada acusadora, por lo que elevo sus manos y puso una cara de inocencia. —En mi defensa, fue accidental. Ni siquiera sabía que él estaría allí.

El secreto del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora