Capítulo 4

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La joven subió a su habitación luego de entrar a casa, tomó asiento en su cama y se dejó caer en esta, con una mirada fija al techo mientras que pensaba en la clase extra que tuvo; era cierto que lo hacía por aprender, pero eso no evitaba que fuera su único motivo para asistir.

Mientras tanto en la carretera el pelirrojo se cuestionaba sus acciones. —Seré idiota... — Se decía repetidas veces. —¿Cómo era posible que me atrajera tanto una chica que apenas conocía? — Decía en voz baja para sí mismo mientras miraba atentamente el camino hasta su casa.

Al día siguiente

La joven comenzó su rutina habitual, despertó temprano, se arregló para el instituto y desayuno, cuando estaba lista salió de casa y camino hasta llegar a las puertas de aquel edificio, entro junto a otros alumnos que apenas llegaban y se reunían con sus amigos para hablar sobre los chismes más recientes.

—¿Cómo es posible que me guste un profesor? ¿Por qué solo ansío tener sus clases? — Estas y otras preguntas pasaban por la mente de la joven, era extraño, usualmente le gustaban algunos muchachos de su edad, pero él se había ganado en poco tiempo un lugar en sus pensamientos más recurrentes.

Era difícil para el mayor no pensar en una chica si la veía todos los días, además, era lógico cuestionarse, era un maestro, mucho mayor que ella. —Si alguien se entera que me gusta una menor, no quiero ni pensarlo ¿Qué debería hacer? — Pensaba cuando la veía a lo lejos en los pasillos al momento del cambio de clases.

El día pasó como cualquier otro, clases, receso, clases y salida. Ambos en ciertos momentos del día pensaban en el otro, pero era algo momentáneo, intentaban enfocarse en sus clases y proyectos.

Llegó el viernes

En la tarde de este día la rubia se preparaba para asistir a su segunda clase, era una tarde fría así que decidió agregar un abrigo a su conjunto. Cuando estuvo lista, tomó su guitarra, teléfono y llaves y salió de su casa con dirección a la de su maestro, al llegar, tocó el timbre y espero unos cuantos segundos hasta que el pelirrojo abrió la puerta.

El mayor abrió la puerta y dio paso a la joven para que entrara a su hogar. —Hola, pasa Aly ¿Cómo estás?

La rubia le dedico una sonrisa, era imposible no demostrar que estaba feliz al verlo. — Estoy muy bien, gracias. Estoy emocionada por empezar la practica... ¿Usted cómo esta?

—Estoy bien igual, este día no estamos solos, ¿recuerdas que te hable sobre que doy clases a otra chica? No pudo venir el día que asigne para ella, así que vino hoy para reponerla, solo será por esta vez espero no te moleste.

—No hay ningún problema, no me molesta tener una compañera. — Mintió, aunque no del todo, si bien era cierto que no le molestaba tener una compañera, le hubiese gustado compartir a sola con él.

—Excelente, al estar las dos hoy, he decidido tomar las clases en el salón, ella me está ayudando a sacar mi guitarra, toma asiento, yo ahora vengo, iré por unas cosas al sótano. — Acto seguido se fue por el pasillo y bajo al sótano a por unos cables para su guitarra eléctrica.

—Está bien. —La joven tomo asiento en el sofá y vio a la chica llegar y colocar la guitarra junto al mueble. —Hola, mi nombre es Alya. — Dijo nerviosa, no era muy buena presentándose para conocer a alguien.

La chica de cabello azabache la miro con una ceja en alto y sus brazos cruzados, destacaba que no estaba contenta de ver a la rubia de compañía. — Creí que solo me daba clases a mí, no se ve que tengas pinta de saber algo de música — Dijo con un tono prepotente en su voz y un aire de grandeza.

La joven no iba a dejar que alguien que apenas conocía le hablara de esa manera. —¿Qué? ¿y tú acaso te consideras una profesional? Por algo estoy aquí tomando clases, se nota que no eres para nada cordial. — Dijo con algo de ira, pero sin perder la compostura ¿Cómo era posible que alguien hablara así?

—Puedes preguntarle a Cassy, él dice que soy muy buena.

—¿Cassy? ¿Cómo qué Cassy? — Pensó la joven, no sabía que podían llegar a ser cercanos, quizá amigos si podía llamarlo de esa forma, además lucía de la misma edad que su profesor.

—No muchas personas lo llaman así, solo personas especiales, y creería que se cansará de intentar enseñarle a una niñita.

—¡Él no se cansará de mí! ¡Apenas llevo una clase!

—Cuestión de tiempo, dice que soy su alumna favorita y...

De la nada el pelirrojo apareció en la habitación, algo molesto por lo que acababa de escuchar y no dudo en intervenir. —¿Yo estoy dicho eso Jolie? — Dijo mientras estaba recargado contra la pared observando a las chicas. —No recuerdo que esas palabras salieran de mi boca.

La rubia y la azabache abrieron sus ojos de inmediato demostrando sorpresa, y quizá miedo, al escucharlo. Alya miro al suelo avergonzada por la situación e incómoda por el ambiente.

—Bueno yo solo trataba de impresionarla un poco tú sabes Cassy...

—Basta, no tolero ese tipo de comportamiento, ahora atención a la clase. —Tomo asiento en su silla y acomodo su guitarra en sus brazos. —Está vez cantaré una canción que escribí, quiero que pongan atención en el ritmo de la guitarra. —Se aclaro la garganta antes de empezar a cantar. Mientras lo hacia su mirada iba a la joven de vez en cuando, era como un movimiento involuntario.

Ella, por su lado, sacó su guitarra del estuche y la tomo para ponerla en sus brazos, puso su atención en las manos de Castiel y como se movían dando paso a los acordes.

Al terminar de tocar, empezó a explicar los acordes que componían la melodía y algunas cosas a tener en cuenta cuando intentarán componer su propia música.

La joven se tomaba en serio la enseñanza del pelirrojo, así que a pesar de cruzar miradas con él intentaba prestar mayor atención a las lecciones.

—No me gusta nada como estos dos se ven, ¿Quién se cree ella? llevo casi un año con estas estúpidas clases solo para estar cerca de él y está llega y hace que Castiel se moleste conmigo...— Pensaba Jolie, enojada al notar como la atención de Castiel estaba en esa joven de cabellos rubios y ojos verdes.

—Castiel ¿podríamos descansar un poco? Por favor. —Dijo la joven algo insegura, pero lo necesitaba, sus dedos estaban levemente marcados por las cuerdas.

—Claro. — Miro el reloj en su pared para saber si aún no era muy tarde. —De hecho, Jolie se tiene que ir ya, así que qué tal si tú y yo tomamos una soda y volvemos a la práctica después de un descanso.

Jolie fastidiada por tener que irse se levantó enojada y tomó sus cosas, iban a quedarse juntos y tan.

—Espera aquí Aly la acompañaré a la puerta, o puedes pasar a la cocina.

Camino junto a la joven de pelo azabache hasta la puerta. —Oye Jolie ¿no piensas despedirte?

—Si bueno... adiós. —Dijo con un tono serio y una mueca de desagrado, no era muy buena guardando sus emociones, mas bien, celos.

El pelirrojo solo la miro confundido, pero no le dio importancia y abrió la puerta para que saliera.

—Gracias por la clase de hoy Cassy. —Lo tomo de las solapas de la chaqueta que tenía el pelirrojo y beso su mejilla. —Nos vemos la próxima semana, aún no puedo creer que nunca quieras cobrar por las clases.

—Si... sabes que me gusta dar clases, nos vemos. —El mayor solo cerró la puerta, no sabía que pensar del comportamiento de Jolie; Solo fue hasta la cocina y vio a Alya esperándolo. 

—¿Aly?

LUNES POR LA MAÑANA - CDM [ CASTIEL x SUCRETTE ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora