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Lorelyn yacía en la pequeña cabaña a lado de la piscina, sus dientes no paraban de rechinar y la sangre corría por sus piernas, llegando hasta los pies.

Se apretó más la herida. Y quiso gritar del dolor.

Henry no quiso verla, el sabía que sí la miraba, tan frágil y con lágrimas en sus ojos, no le importaría a el y se movería sin duda alguna, pero si lo hacia el chico le dispararía a ella justo en la cabeza. Cuando despertó el, se encontraba amarrado de los pies, Lorelyn estaba sentada apretando con fuerza donde estaban los dos disparos, uno cerca de su estomago y otro en la pierna derecha.

No podía moverse, tenía que estar quieto. Como una roca. Era la única manera de salvarla. De salvar a Lorelyn y el. No podía salvar a los demás. La mayoría estaba muerta, incluyendo a Connor. Que rara era la vida. Sus formas inexplicables de resolver todo. Sus crueles caminos y sus caminos fáciles.

Algo hizo atraer la atención de Henry.

Algo brillante, escondido debajo de un montón de bolsas grandes de plástico, arrinconado en la esquina. 

Una pistola.

Henry contuvo la respiración. Miro a Lorelyn esta vez, y no lo pensó. Ni una vez.

Lo siguiente ocurrió en cámara lenta, con sucesos crueles y para nada gratos.

Henry se acerco a la pistola, y con las manos sujetadas agarro la pistola, y fue directamente hacia el tipo  con pasamontañas y le disparo. El sonido de la pistola atrajo a los demás, Henry les disparo.

Matar a todos los malos, salvar a Lorelyn. Esa era el objetivo. Lorelyn se arrastro por el suelo hasta llegar al patio, Henry, Henry, lo único que pensaba era en el.  

Levanto la mirada, y lo encontró, ambos sonrieron, como si todo hubiera acabado.

"¡Henry!" grito lo más fuerte posible ella. A lo que Henry contesto corriendo hacia ella y soltando la pistola. Lorelyn sonrió, pero pronto se convirtió en un grito de dolor.

Habia perdido tanta sangre Lorelyn, y no soportaba el dolor más.

Henry llego hacia ella. "Quédate conmigo Lyn, vamos, no me dejes con toda esta gente"

Los latidos de Lorelyn se volvían mas débiles. El debía de hacer algo rápidamente si no quería dejar de tener a Lorelyn. Enfado, desperación, tristeza, se estaban acumulando en Henry.

Lorelyn agarro de la mano a Henry.

"Esta bien Henry" dijo Lorelyn con una débil voz y ronca. "Solo no me dejes"

Nunca, pensó el.

Henry empezó a llorar. Y después de unos segundos, también Lorelyn.

"Estarás bien Lyn, solo es un mal sueño, ¿no?" Ella asintió. Henry continuo.

"Y, en la mañana nos despertaremos e iremos a dar un paseo en las bicicletas y tu madre nos hará su delicioso pastel de zarzamora"

"Fuiste mi único y mejor amigo que siempre tuve Henry" dijo Lorelyn por ultima vez. Henry noto que ella no se movía. 

"¿Lyn?, ¿Lyn?..." La sacudió más de 10 veces, pero ella no respondía.

 Henry la abrazo por ultima vez, y  delicadamente, le cerro los ojos, antes de que le disparara en la cabeza el ultimo tipo con pasamontañas, el único al que Henry olvido.

Y  Henry cayo en un profundo sueño junto a ella y los demás.

NocturneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora