Capitulo 21

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*Franco se apea,  casi sin pensarlo, e inicia a correr hacía donde esta Sara, su caballo había salido desbocado. No puede dejar de pensar que la encontrará desangrándose y desde que se baja del carro hasta que llega a ella, no puede evitar un sentimiento de perdida*

Franco: *corriendo* Sara, Sara … por favor Sara *llega hasta donde ella esta, y se arrodilla a buscar las heridas de su cuerpo. Sara, está bien ¿señorita Sara? … * La mira por todos lados … le ve un pequeño golpe en la cabeza, pero al parecer no esta sangrando. <<Dios, gracias… No le dispararon>> La toma en brazos, la sube e la camioneta e inicia el recorrido hacia la hacienda. No sin antes  mirar  los prados, ahora limpios <<desgraciados>>

Juan: *corriendo hacia Franco* Hermano, Franco ¿qué estas pensando? Como demonios, se te ocurre irte así detrás de esos bandidos… *ve a Sara* ¿qué le pasó?¿ Está bien?

Franco: ayúdame a bajarla del auto, ya te contaré después

Norma: Sarita, Sarita… Dios qué le paso a Sarita, y dónde esta Jimena ¿Qué esta pasando… qué es todo esto? ¡Por Dios!

*Juan entra a Sara a la casa, Franco pide que llamen a un medico. Eva, ayuda a  Sara a cambiarse y limpiarse, estaba muy sucia cuando llegó.  Libia se encarga de hacer la llamada, mientras Franco comienza  a contar todo lo sucedido, cuenta como se dio cuenta de lo que estaba pasando, y recuerda a Leandro… Pregunta por Leandro,  él quizá sabría más de esos bandidos. Le explican que después del susto pidió una ducha y ahora eta dormido. Franco, asiente y continua explicando ¿cómo Sara se unió a la persecución y cómo finalmente terminó quedando inconsciente?*

Libia: el médico dijo que ya venia. Necesitamos averiguar algo ¿qué paso con Jimena?  Esto no pude estar así. Tenemos que dar aviso a las autoridades.

*Bernardo llega a voz en grito, tomando a Franco del cuello, sabía que había sido él quien había ido detrás de los ampones, incluso insinuó que él había sido participe*

Bernardo: Gran infeliz, gracias  a usted no sólo he perdido a una hija, la otra esta arriba en una cama esperando al médico. Le juro que donde ella no resulte en perfecto estado, se lo juro Franco Reyes que yo lo mato, lo mato ¿me escuchó?

Franco: *Lo mira desconcertado* óigame una cosita, primero que todo usted me suelta. Yo no hice  nada, lo único que hice fue intentar ayudar a su hija, y no crea que pensé en algún momento, arriesgar a la señorita Sara, ella se metió sola y no tiene idea del susto que me llevé.

Bernardo: ¿ah sí? Y entonces dígame ¿por qué carajos ella esta inconsciente?  Usted…

*Sara despierta en el momento, y desconcertada por la gritería se escapa de Eva, y baja la escalera*

Sara: ¡Usted nada! ¿qué esta pasando aquí?

Bernardo: Sarita … mija ¿qué haces aquí? El medico ya viene a revisarte.

Sara: qué medico no que nada. Franco … por favor mi hermana ¿dónde esta mi hermana?

Franco: señorita … no lo se. No pude alcanzarlos.

Sara: *se le descompone, el rostro* ay no… ¿ya llamaron a la policía? Esto … esto no puede estar pasando. Franco por favor pase al estudio.

*Ambos se ponen a hablar Franco, se da cuenta de cómo se dio todo, y Sara cae en cuenta de que quizá Leandro puede ayudarles, finalmente Sara le hace una pregunta a Franco*

Sara: Franco… Franco por favor ¿por qué no los siguió?

Franco: señorita, no podía dejarla allí… usted no se imagina el susto que me llevé, pensé que le habían disparado, pensé que iba a perderla, bueno que todos  íbamos a perderla. Lo único que pude pensar era que usted no podía pasarle nada. Pero también pienso que Leandro podría ayudarnos. Incluso ya pregunté por él pero me dijeron que estaba descansando.

Sara: Franco, es mi hermana, a Jimena no puede pasarle nada.

Franco: es mi hermano también señorita. A Oscar lo llevaron con ellos esos imbéciles, y no estoy dispuesto a perderlo.

Sara: ¿cómo qué… Oscar? Pero él que hacia allí.

Franco: no sé… creo que fue por Leandro. ¿Sabe lo que sí pienso? Que fue alguien de dentro quien les ayudó. Sabían muy bien por donde salir …  como si conociesen o les hubiesen mostrado la casa desde antes.

*El teléfono suena, todos se exaltan. Al otro lado, un hombre. El secuestrador, exigiendo como primera medida, que la policía no intervenga. Y que esperen la siguiente llamada*

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